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Cómo enfrentar la falta de información sobre la pandemia en regímenes autoritarios, Por Andrés Colmám Gutiérrez

En alianza con nuestra organización matriz, el Centro Internacional de Periodistas (ICFJ), IJNet conecta a periodistas con expertos en salud y redacciones internacionales a través de una serie de seminarios web sobre COVID-19 como parte del Foro de Cobertura de la Crisis Mundial de Salud.

El presente artículo corresponde a nuestra serie sobre el coronavirus. 

Informar sobre los procesos de vacunación contra la Covid-19 en regímenes autoritarios que ocultan información o buscan controlar los contenidos periodísticos bajo intereses políticos constituye un gran desafío para los periodistas, y en algunos casos supone enfrentar situaciones de riesgo.

Comunicadores de Cuba, Nicaragua, Venezuela y Brasil compartieron su experiencia en un seminario web del Foro de Cobertura de la Crisis Mundial de la Salud, del Centro Internacional de Periodistas (ICFJ) y la Red Internacional de Periodistas (IJNet), y brindaron recomendaciones para enfrentar los retos.

Periodistas sin reconocimiento legal

En Cuba, los medios periodísticos independientes no son reconocidos por el Gobierno y por tanto no existen de manera legal, explicó Elaine Díaz, fundadora y directora de Periodismo de Barrio. “Los profesionales de estos medios no están reconocidos como trabajadores, lo cual significa un riesgo enorme, ya que son acosados, hostigados, interrogados, detenidos”, indicó.

Uno de los principales problemas es que los periodistas no reconocidos por el régimen cubano no tienen acceso a las fuentes oficiales, ni siquiera a los técnicos o científicos, porque casi todos ellos están ligados a instituciones estatales.

“Lo que hacemos es buscar información y asesoramiento de científicos de otros países, o de científicos cubanos que están estudiando o trabajando en el exterior. Para informar sobre el proceso de vacunación acudimos directamente al Registro Público Cubano de Ensayos Clínicos (RPCEC), un sitio web en donde encontramos datos importantes sobre lo que se está haciendo, sin la propaganda informativa”, dijo Díaz.

Cárcel para periodistas que filtren datos

“En Nicaragua, el régimen del presidente Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, han mantenido desde el principio una actitud negacionista hacia la pandemia de COVID-19, han ocultado información y han buscado castigar a los periodistas que informen en contra de la postura oficial”, dijo Wilfredo Miranda Aburto,  cofundador de Divergentes y corresponsal del diario El País de España.

 “Cuando se empezaron a morir las personas, las causas de las muertes se registraban como otras enfermedades y no como consecuencia de la COVID-19. Los sepelios se realizaban a escondidas, de manera exprés, entre la medianoche y la madrugada. Hasta que los sistemas de salud colapsaron y ya fue imposible ocultar lo que estaba sucediendo, el gobierno tuvo que admitir que existía una crisis”, indicó.

Una investigación periodística en la que Miranda participó permitió filtrar datos oficiales que demostraban que el gobierno alteraba los datos de los certificados de defunción, buscando reducir el número de personas fallecidas por COVID-19.  “Como represalia, el gobierno puso guardias en los hospitales para alejar de manera violenta a los periodistas, en sus conferencias de prensa convoca solamente a los periodistas afines al régimen y lo más grave es que sacaron una ley que castiga con ocho años de cárcel a los periodistas que publiquen filtraciones de documentos oficiales”, señaló Miranda.

Falta de información, la mayor dificultad

En Venezuela, la principal dificultad radica en no poder acceder a información oficial confiable sobre el desarrollo de la pandemia de coronavirus y el proceso de vacunación, indicó Luisa Salomón Ochoa, periodista de Prodavinci.

Según relató, el régimen encabezado por Nicolás Maduro oculta datos. “No hay un plan de vacunación pública, no hay lineamientos técnicos, no se conoce la capacidad logística y de cadena de frío que existe en Venezuela. No hay un documento escrito y público al respecto sobre cuánto se ha aplicado ni a quienes, ni en dónde”, señaló Salomón.

Al igual que en Cuba o Nicaragua, en Venezuela el gobierno convoca solamente a los periodistas que son afines al modelo político a las conferencias de prensa o a la entrega de información. “Hay información oficial, que generalmente responde a los intereses del gobierno, pero no se permite hacer preguntas”, describió.

Llamando a seguidores a atacar a periodistas

En Brasil, el presidente Jair Bolsonaro hace sus conferencias de prensa en el patio del Planalto (Palacio de gobierno), asistido por números seguidores, y cuando no le gustan las preguntas de los periodistas, llama a sus seguidores para que los agredan, relató Mauri Konig, reportero brasileño especializado en periodismo de investigación de temas relacionados con el crimen organizado y los derechos humanos.

“Desde el principio de la pandemia, el presidente Bolsonaro estuvo en contra de enfrentar a la COVID-19 y con su actitud negacionista, convirtió al Brasil en un peligro para el mundo. Ya tenemos más de 300.000 muertos por esta enfermedad. Es una cifra impresionante”, enfatizó.

Ante los cuestionamientos periodísticos, Bolsonaro empezó a atacar a los medios críticos a través de sus redes sociales e incluso a convocar a sus seguidores para que agredan a los periodistas en las conferencias de prensa. “Esto llevo a que muchos medios ya no envíen periodistas a cubrir actos oficiales y se formó una alianza entre medios para compartir la información”, explicó.

Recomendaciones para informar en regímenes autoritarios

  • Los participantes del panel compartieron una serie de consejos para poder informar sobre la pandemia a pesar de los obstáculos de los regímenes autoritarios.  
  • Formar alianza entre medios. Cuando los medios se unen, las debilidades disminuyen. Aumenta el impacto y el alcance de las coberturas.
  • Usar en forma creativa los recursos. La información de interés público puede ser limitada por los regímenes, pero la información científica está disponible. De allí pueden salir buenas historias y buenas preguntas.
  • Estimular la colaboración periodística entre colegas y redacciones independientes. Son pequeñas, pero al trabajar juntos tienen mucha más fuerza.
  • Cuidar el rigor en las publicaciones, no dar pie a que encuentren fallos. Blindar la información con buenas fuentes y documentos, para evitar que sea atacadas o desprestigiadas.
  • Apoyarse en los especialistas, principalmente en temas médicos y científicos. Dar solidez a los reportajes.
  • Cuando los periodistas se enfrenten con restricciones para acceder a la información o para publicarla, deben denunciarlo sin temor. La sociedad debe saber cuándo un gobierno se niega a dar información de interés público.  

Puedes ver el seminario web completo aquí: 

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