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¿Cómo hablarle a las nuevas generaciones sobre las ideas de libertad?

Los libertarios tenemos una dicha hoy día y es el hecho de que la gran mayoría somos jóvenes. Lejos de esa idea de que «las nuevas generaciones son socialistas» o «estúpidas», la realidad demuestra que entre los jóvenes hoy día resulta mucho más atractivo hablar en favor de la libertad y la propiedad.

Los medios tradicionales nos han hecho creer que los más jóvenes se acarician con el socialismo, porque los principales artistas de Hollywood, los cantantes, algunos influencers y Youtubers solo promueven ideas progresistas, pero los que son más apasionados, fieles y preparados con ideas hoy día son los jóvenes libertarios.

Pero incluso cuando muchos somos jóvenes, unos más que otros, debemos admitir que no sabemos hablarle ni siquiera a nuestra propia generación. Los debates entre los jóvenes libertarios son tediosos, aburridos, demasiado académicos y ofensivos, pues de un simple choque de ideas pasamos muy fácilmente a la imposición de las ideas. A los libertarios no nos gusta que no estén de acuerdo con nosotros, que nos lleven la contraria, que nos digan que estamos equivocados y somos de mente cerrada cuando alguien habla de las ideas y no lo menciona de la misma forma que está en «nuestros» libros.


Los debates entre los jóvenes libertarios son tediosos, aburridos, demasiado académicos y ofensivos, pues de un simple choque de ideas pasamos muy fácilmente a la imposición de las ideas. José Miguel


El lenguaje de las nuevas generaciones

Como a tus hijos los están educando otros, lo aceptes o no, antes de querer hablarle a las nuevas generaciones tenemos que entender que somos nosotros quienes debemos hablar su lenguaje, no ellos el de nosotros. Y la razón de esto es clara, somos nosotros quienes tratamos de posicionar ideas en ellos, no al revés.

Cada generación más vieja siente que la que viene es «más tonta» o «menos preparada» que la anterior, lo que nos hace caer en una especie de «guerra de generaciones» que además de innecesaria, es uno de los tantos logros del comunismo en ese famoso «divide y vencerás». Nuestros abuelos criticaron la música y la forma en la que se divertían nuestros padres, nuestros padres hacen lo mismo con nuestra música y nuestra diversión; nosotros hacemos lo mismo con nuestros hijos y ellos harán -seguramente- lo mismo con los de ellos.

Esta «guerra de generaciones» debemos detenerla si queremos que nuestras ideas lleguen, porque los tiempos cambian, las tradiciones cambian, hasta la biblia ha cambiado con el pasar de los años y no podemos pretender que las cosas sean por siempre de la misma manera. Como dicen: «lo único seguro en esta vida son los impuestos y la muerte», yo le agregaría «y los cambios».

¿Queremos que las nuevas generaciones sean mejores en su vocabulario? Tenemos que hacérselo atractivo. ¿Queremos que las normas y reglas de comunicación se mantengan? Debemos predicar con el ejemplo y dejar de solo criticarlos. ¿Queremos que las ideas les lleguen? Tenemos que servirlas en un lenguaje y vocabulario sencillo, hablarles en su tono, en su jerga, sin exagera, pero tampoco pretendiendo que «si no nos entienden, los tontos son ellos» porque esos «tontos» son los votantes del futuro, mientras las democracias sigan existiendo.


Como a tus hijos los están educando otros, lo aceptes o no, antes de querer hablarle a las nuevas generaciones tenemos que entender que somos nosotros quienes debemos hablar su lenguaje, no ellos el de nosotros.José Miguel


¿Cómo se comunican y qué tipo de contenido consumen las nuevas generaciones?

Mientras personas nacidas entre los setenta y ochenta podemos estar más familiarizadas con los mensajes de texto y la televisión, las nuevas generaciones lo están con con WhatsApp y YouTube.

Para nosotros, el mensaje de texto significó «un acto de magia», mientras que las nuevas generaciones nacen y se educan viendo a la tecnología como algo normal. Para nosotros, ver un programa de televisión a la misma hora todos los días sin poder grabarlo, retrodecerlo ni adelantarlo era lo normal, pero para los más jóvenes, sus programas y series favoritas se ven a la hora que quieran, se pausan, se retroceden, se adelanta y se descargan para verlos desde donde quieran.

¿Cómo podemos pretender que las ideas vayan a llegar a los más jóvenes de la misma forma que llegaron a los más adultos? No entender estas diferencias te convierten en un Blackberry: obsoleto.

Las ideas deben viajar por los medios que usan los jóvenes. Si queremos hablares de libertad, mejor lo hacemos por Whatsapp, por Instagram, por Snapchap, por Discord, en lugar de pretender que se enteren a través de un SMS o del periódico local. Si queremos que entiendan las ideas de libertad de forma simple, creativa y en su propio formato, mejor creamos contenido para las plataformas en las que ellos pasan más horas, como YouTube, Instagram o en los propios videos juegos. O nos adaptamos a esta realidad o nos quedamos en el aparato.

¿Vamos a pretender que un joven nacido en el año 2000 lea un libro en una biblioteca? Absurdo. ¿Vamos a pretender que entiendan las ideas de libertad leyendo periódico? Retrógrado. ¿Vamos a esperar que el contenido les llegue por SMS y en formatos que no usan? La izquierda llegará primero.

La izquierda ha entendido muy bien esto, porque si bien un socialista es malo por convicción, también es listo en aceptar la realidad y adaptarse. Los libertarios -en cambio- quieren que el tiempo y la vida permanezcan estáticos, como si el mundo no girara, como si el universo no estuviese en constante movimiento, como si el viento no existiera. Las cosas cambian, el mundo está en constante cambio y aquellos que se adaptan más rápido llevan la delantera.


Si queremos que los jóvenes entiendan las ideas de libertad de forma simple, creativa y en su propio formato, mejor creamos contenido para las plataformas en las que ellos pasan más horas, como YouTube, Instagram o en los propios videos juegos.José Miguel


Conclusiones

Mientras más viejos, más necios, esa es una realidad. Por suerte, los libertarios destacan porque la juventud es una de sus virtudes.

Si somos jóvenes aún y nuestras ideas tienen gran aceptación dentro de las nuevas generaciones, ¿por qué vamos a pretender que se vendan el formato old school? Solo por la necedad de considerar que «todo debe permanecer igual» y «nade debe cambiar a como nosotros lo conocemos», pero el mundo no funciona así, ni siquiera por naturaleza.

Las nuevas generaciones se comunican, se educan, se divierten, forman su criterio -errado o no- y consumen el contenido de manera diferente, y cada generación por venir así lo hará. ¿Qué debemos hacer? Preparar estas ideas en ese formato y contribuir con que las ideas fluyan entre ellos, solo así el futuro será construido por individuos libres, conscientes y defensores de la vida, la libertad y la propiedad.

  • Escrito por: Jose Miguel

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