La Organización Internacional del Trabajo (OIT) nos recuerda que un 10 de junio de 2008 se adoptó una declaración sobre justicia social para una globalización equitativa en el mundo.
Dicha declaración de principios y políticas de gran alcance, fue adoptada por la Conferencia Internacional del Trabajo desde la Constitución de dicha entidad en 1919.
Bajo el lema, «cerrar la brecha de las desigualdades para lograr una justicia social», Naciones Unidas nos convoca como países a seguir adelante con los derechos humanos para procurar una convivencia capaz de solucionar los problemas asociados a esas injusticias que todavía salen a la luz en pleno siglo XXI.
La justicia social es un principio fundamental para la convivencia pacífica y próspera dentro los países. Si se promueven conceptos tales como la igualdad de género, se eliminan barreras por la raza, la etnia, la orientación sexual, la religión, la discapacidad o la cultura, seremos una sociedad libre e igualitaria.
La Asamblea General de Naciones Unidas ha reconocido que el desarrollo social es indispensable para la consecución y el mantenimiento de la paz y la seguridad entre las naciones y esto no puede alcanzarse si no se respetan los derechos humanos y las libertades fundamentales.
Actualmente en el mundo conviven problemas relativos a la pobreza, la exclusión, la desigualdad, las crisis financieras, la inseguridad, así como otros problemas relativos a crisis financieras importantes, bajo crecimiento de la economía en algunos países y baja participación de los países en desarrollo en determinadas áreas. Por tanto, para lograr dicha justicia social, es necesario cambiar las cifras que aún figuran en muchos países, incluida España.
Los datos siguen siendo estremecedores ya que uno de cada cinco trabajadores vive en pobreza moderada o extrema y muchos trabajadores se enfrentan a salarios estancados que producen desigualdad de género (máxime si se han cumplido ya los 45 años), sobre todo en países desarrollados.
Por otro lado, las desigualdades entre los países, incluidos los menos desarrollados, producen lo que actualmente contemplamos como falta de cohesión social y se impide que la sociedad alcance su máximo potencial debido a los datos anteriores.
Según la OIT el crecimiento del empleo desde 2008 ha registrado un promedio de 0,1 % anual, frente a 0,9 & entre 2000 y 2007. Por otro lado, más del 60 % de todos los trabajadores carecen de cualquier tipo de contrato de trabajo y menos del 45 % de los trabajadores asalariados tienen un empleo a tiempo completo y permanente, (y la tendencia parece ser hacia la baja).
En 2019, más de 212 millones de personas estaban desempleadas, frente a los 201 millones en años anteriores. La Organización manifiesta que es necesario crear 600 millones de nuevos empleos de aquí a 2030 en todo el mundo, solamente para mantener el ritmo de crecimiento de la población en edad de trabajar.
Para conmemorar este día, la cita dirigida a valorar las desigualdades sociales y lograr una justicia social será en Kirguistán ante la ONU y la OIT.
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