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Durante entrevista @JulioBorges: “Se asombrarían si supieran quiénes mandan señales de querer un cambio en Venezuela”

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Tomado del trabajo realizado por la periodista Milagros Socorro

El canciller del presidente interino Juan Guaidó, quien, en agosto de 2019 lo designó Comisionado para las Relaciones Exteriores de Venezuela, Julio Borges explicó a La Gran Aldea los alcances de la acusación formulada por los Estados Unidos contra Nicolás Maduro y otras figuras del régimen. “El mundo ya sabe que Venezuela no solo lidia con un dictador represivo, violador de Derechos Humanos en el país, sino con el jefe de un cartel de crimen organizado”.

Milagros Socorro

-Nosotros hemos sufrido, -dice Julio Borges-, cuando se le pide que explique la relevancia de la acusación hecha en marzo pasado por los Estados Unidos contra Nicolás Maduro y otros jerarcas del régimen- en estos veinte años, un proceso que se ha construido muy poco a poco, porque no ha sido fácil convencer al mundo, cuando Chávez estaba vivo, de que íbamos hacia un sistema totalitario; y de que el plan de Chávez era convertir a Venezuela en una colonia cubana, y que eso estaba en marcha a toda velocidad. Cosas que hoy son sabidas, antes eran un escándalo, incluso para nosotros mismos; sobre todo, en lo referido a la relación con la dictadura de Cuba. Nosotros estuvimos años informando al mundo de que en Venezuela no había democracia y, luego, que Nicolás Maduro era un muy activo y militante dictador, que actuaba contra la sociedad.

“En 2018, Nicolás Maduro hace un simulacro de elecciones y, desde entonces, hemos estado advirtiendo que en Venezuela no solamente hay un dictador, un sistema totalitario que ha degradado al país a colonia cubana, sino que además de un Estado fallido, un narcoestado. Ese es, en resumen, el recorrido de las denuncias que hemos hecho los demócratas venezolanos en el mundo”.

“En Venezuela no solamente hay un dictador, un sistema totalitario que ha degradado al país a colonia cubana, sino que además de un Estado fallido, un narcoestado”

Julio Borges, Comisionado para las Relaciones Exteriores de Venezuela

-¿El indictment era el último paso de la escalada?

-No. Ahora viene un siguiente escalón, que es la admisión de que Maduro instauró un narcoestado que promueve el terrorismo. Los venezolanos deben comprender que esto se ha construido como un discurso progresivo, con mucho esfuerzo. Y lo logramos porque es verdad, pero conseguir que la verdad fuera conocida y asimilada por el mundo fue un proceso muy largo y difícil.

-Algunos dicen que la acusación de los Estados Unidos contra Maduro y otras figuras del régimen, a quienes han señalado de estar involucrados en el narcotráfico, es “más de lo mismo” y que podría ser una argucia electoral de Trump.

-Se equivocan. Hay cinco cosas que quiero destacar sobre el indictment. En primer lugar, esto es una investigación de gran escala. No es un juicio cualquiera, sino es algo que, incluso para los Estados Unidos, es un caso muy grande, que implica a muchas fiscalías de varios estados de los Estados Unidos; y que, por eso, tiene que ser asumida nada más y nada menos que por el Fiscal General de EE.UU.William Barr. Yo invito a los lectores a investigar el currículum de William Barr, para que comprueben la importancia de este caso. Son fiscalías que tienen que ver con asuntos de drogas, terrorismo, lavado de dinero y crimen organizado. William Barr fue el fiscal que llevó el caso de Noriega y del Chapo Guzmán; y ha llevado casos de terrorismo en el Medio Oriente, así como el del avión de PanAm. En suma, Barr tiene una trayectoria de lucha contra el perfil de Nicolás Maduro.

-El segundo punto.

-Como dijeron los norteamericanos, al presentar la acusación, esta es el resultado de más de diez años de investigación. La opinión pública debe manejar el hecho de que lo que se está investigando es un delito de asociación criminal en el tiempo. Es decir, no es solamente una persona que cometió un delito, sino que es una organización permanente en el tiempo, que tiene unos fines, unos medios y unos sistemas concretos; y lo que se ha investigado no es solamente a las personas particulares sino toda la red con la cual estas personas vienen construyendo un delito extendido en el tiempo. Es como el secuestro, que no es solamente agarrar a la persona, sino mantenerla cautiva. En este caso es igual. Es un delito organizado, que tiene muchas caras: Una de ellas es el narcotráfico, pero también ha habido tráfico de armas, tráfico de personas, lavado de dinero, apoyo a grupos irregulares. Es una multinacional del crimen.

-¿Podría pensarse que las acusaciones son una extensión de las sanciones?

-No. Las sanciones son de carácter administrativo, son del Ejecutivo americano, que, por una serie de razones puede sancionar a empresas o personas. Esto se trata, más bien, de que estas personas fueron imputadas y se les dictó un auto de detención. Ya no es que sobre esas personas hay una investigación o que se les está acusando, sino que hay pruebas muy sólidas, que constituyen elementos suficientes para pedir que estas personas sean detenidas en cualquier parte del mundo. Y por eso se han ofrecido recompensas por su cabeza.

“El mundo ya sabe que Venezuela no solo lidia con un dictador represivo, violador de Derechos Humanos en el país, sino con el jefe de un cartel de crimen organizado”

Julio Borges, Comisionado para las Relaciones Exteriores de Venezuela

-¿Cuál es el tercer punto?

-La manera como se ha llevado esta investigación implica que las pruebas son sólidas, puesto que hay muchas agencias del gobierno de los Estados Unidos cooperando en la construcción del rompecabezas: La DEA, el FBI, la CIA, el Homeland Security… La densidad de las pruebas debe ser incontestable.

-De dónde salió esa información.

-Ese es el punto cuatro. Y pasaré sobre él sin mucho detalle, no porque no sea importante. Al contrario, es fundamental. Sino porque es muy delicado.

-Una fuente me comentó que, para sustanciar este caso, ha habido informantes venezolanos, cercanos a las personas acusadas, que han dado pruebas muy contundentes, para salvarse ellos de una vinculación muy peligrosa.

-Hubiera sido imposible construir todo esto sino hubiera habido informantes locales, que en estos diez años aportaron pruebas, como cuentas bancariasvideosconversacionesconexiones de estas personas con grupos irregulares. Este momento es muy especial, porque aquellas personas que siguen siendo investigadas tienen una oportunidad de oro para negociar, puesto que la investigación continúa y se está armando la red de todos los implicados. El elenco que apareció en la reciente acusación es apenas la punta del iceberg.

-¿Todos esos infiltrados son venezolanos?, ¿no hay cubanos, por ejemplo?

-Una cosa son los informantes, que son gente del entorno de los acusados, que han suministrado información; y otra cosa son los infiltrados. Entre los informantes hay de todo, hay personas que han decidido colaborar con la justicia y que por diferentes razones están proveyendo pruebas de lo que han visto. Los funcionarios de la DEA, por otra parte, tienen un fuero especial, que les permite infiltrarse y participar en delitos para recabar información.

-Se dice que el empresario colombiano Alex Saab es el sostén financiero de Nicolás Maduro. Se dice que Saab, quien tiene conexiones con las FARC y con Piedad Córdoba, es el cerebro detrás del manejo no solo alimentario sino también petrolero y de la circulación de dólar y euros en Venezuela.  Saab sería, en los hechos, el verdadero ministro de Finanzas y presidente de PDVSA de Nicolás Maduro. ¿Alex Saab figura en la investigación sobre Maduro como jefe de un narco-estado?

-Sí, ese nombre está incluido en la investigación.

-Falta el quinto punto.

-Es un asunto judicial. Hay que recordar que, para la imputación de Noriega, fue fundamental el narco colombiano Carlos Lehder, quien se entregó y dio la información para que se abriera ese juicio. Aunque no puede decirse que el caso de Maduro sea réplica del de Noriega, lo que sí es cierto que, como Noriega, ya Maduro cruzó un umbral y no podrá dar vuelta atrás. El mundo ya sabe que Venezuela no solo lidia con un dictador represivo, violador de Derechos Humanos en el país, sino con el jefe de un cartel de crimen organizado, con tentáculos en grupos violentos, como los disidentes de las FARC, Hezbollah, para hacer de Venezuela un paraíso del tráfico de drogas, de gasolina, de personas, de armas… Venezuela es en la actualidad la agencia de festejos del crimen organizado, que con un chasquido de dedos monta el grotesco festín de estos acusados. Eso es lo que encabeza Nicolás Maduro.

“Los militares saben que, si no son parte de la solución, van a terminar siendo la causa del problema. La situación en Venezuela no es sostenible. La Fuerza Amada tiene la oportunidad de oro de ser parte de esa transición democrática”

Julio Borges, Comisionado para las Relaciones Exteriores de Venezuela

-¿Dónde diría usted que está parado Nicolás Maduro en este momento?

-Maduro quiere proyectar una imagen de solidez, y no falta quien le crea el cuento, pero la verdad es que la situación de Venezuela es lo que llaman un equilibrio frágil: Como ese juego en el que vas quitan ladrillos hasta que la pieza menos esperada provoca la demolición del edificio entero. Ahí está Maduro hoy. En un contexto donde confluyen hechos tan graves como la pandemia, el desplome de los precios del petróleo… Puede decirse que el régimen de Maduro se quedó sin ingresos.

-Bueno, si lo acusan de narcotráfico es porque sus ingresos no provienen de la venta de petróleo sino del entramado irregular.

-Absolutamente. Pero en esa operación es donde las sanciones funcionan, porque están concebidas para desmantelar y desintegrar la actividad criminal. Por otra parte, por inmensa que sea la actividad ilegal no puede compararse con el negocio petrolero.

-¿A qué atribuye usted el hecho de no se haya producido el esperado quiebre de los factores que sostienen a la dictadura?

-La Fuerza Armada venezolana, en su inmensa mayoría, está contra Maduro y contra sus vinculaciones con Cuba y con las diferentes mafias. Pero en ella reinan dos factores: El miedo y la corrupción de la cúpula militar. Por las antenas que tengo en la Fuerza Armada, tengo certeza de que el mensaje de los Estados Unidos llegó nítido. Van a tener que decidir muy pronto, porque la crisis venezolana va hacia un clímax que ni nosotros mismos imaginamos. Los militares saben que, si no son parte de la solución, van a terminar siendo la causa del problema. La situación en Venezuela no es sostenible. La Fuerza Amada tiene la oportunidad de oro de ser parte de esa transición democrática, en la que, sin duda, tienen un futuro como institución. Lo que todo el mundo debe tener claro es que Venezuela va a un cambio y nosotros estamos tratando de que sea lo más positivo posible, y salirnos de la lógica de destrucción y de tierra arrasada en la cual nos ha metido Maduro.

-El régimen lo hace culpable a usted de las acusaciones hechas por los Estados Unidos. ¿Lo han amenazado?

-Sí. Las amenazas son permanentes, pero en ocasión del indictment han cobrado mayor fuerza. Es parte de esta tarea. Estamos conscientes de que estamos tocando intereses, no solo en Venezuela sino también fuera. Seguiremos adelante, desde luego.

-¿Lo han contacto también para establecer puentes?

-Sí. Eso también es permanente. Mandan señales para que uno, a su vez, mande señales a gobiernos, a agencias. Se asombrarían si supieran quiénes mandan señales de que quieren un cambio en Venezuela.

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