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Opinión

El abuso del grupo de derechos humanos de Bachelet en Venezuela Opinión por Gian Carlo Di Martino @GCDimartino

Bancamiga

Disculpen mi desconfianza, pero yo no puedo creer en el equilibrio, menos en la honestidad y la sensatez de una comisión de derechos humanos que se instale en Venezuela y, en primer lugar, no analice cómo y por qué la oposición terrorista quemó vivo a Orlando Figuera y aún, hoy en día, después de más de cien muertos que dejaron las “guarimbas” lideradas por el presidiario Leopoldo López en 2014, sigue intentando sacar por la vía de la violencia al presidente de la paz, Nicolás Maduro Moros.

Ahí están las imágenes grabadas del joven de piel morena corriendo prendido en llamas, hecho que cuesta creer haya ocurrido en la Patria de Bolívar; un caso atroz, incalificable, algo nunca visto en nuestro país, un tipo de acción criminal que lamentablemente fue heredado de la violencia de Colombia, cuna del narcotráfico y del paramilitarismo, males en los que los homicidas inventaron cualquier forma de matar para causarles a las víctimas mayor terror, dolor, agonía, y en Venezuela los han copiado y puesto en práctica terroristas de las organizaciones delictivas que fungen de partidos políticos como Voluntad Popular, Primero Justicia, Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo, entre otros.

Por eso no concibo que la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, llegara a Venezuela, y dejara un grupo de trabajo que poco tiempo después lo que hace es pedir en un comunicado la liberación de Juan Requesens, un hampón que participó en un homicidio frustrado con drones cargados de explosivos C4 en contra del presidente Maduro, cuando nuestro camarada mandatario el 4 de agosto de 2018, presidía los actos de los 81 años de la Guardia Nacional Bolivariana en la avenida Bolívar de Caracas.

¿No sabe ese grupo de trabajo de Bachelet lo que significa intentar asesinar a un Presidente? ¿O es que tienen el corazón del lado de ese terrorismo que, de la mano del imperio norteamericano y los presidentes bandoleros del cartel de Lima, en especial del subpresidente de Colombia, Iván Duque, quieren asesinar a Nicolás Maduro? Y no son juegos, ya mataron al

Comandante Chávez.

Pareciera que esa comisión solo se centra en preservar los derechos humanos de los violentos que han causado tanto daño al pueblo de Venezuela.

Porque, ¿qué más quieren? El presidente Maduro, como máximo jefe del Gobierno revolucionario, siempre ha dado muestras de querer buscar la paz para su pueblo. Le ha cumplido a la oposición con todo lo que exigen, bajo la promesa de un diálogo para llegar a un acuerdo, sin embargo, ella lo único que hace es responder con más terrorismo.

Fueron a un diálogo en República Dominicana y patearon la mesa, tan pronto como los gringos, que están detrás del poder y las riquezas de Venezuela, les dieron la orden. Les han sacado de la cárcel una buena cantidad de hampones dedicados a delinquir amparados en la política, y después se hacen llamar presos políticos con el apoyo de los medios al servicio del golpismo en Venezuela.

Hay un caso de un delincuente liberado que es emblemático, se trata de Lorent Saleh, este muchacho es un hampón reconocido. Recibía entrenamiento paramilitar en Colombia y organizaba atentados en Venezuela. Pidieron su excarcelación, se le concedió y se radicó en España, luego regresó a la nación neogranadina de paseo, cuando el famoso concierto de Cúcuta, y el gobierno santandereano tuvo que detenerlo, porque según alegaron, atentó contra la seguridad de ese país.

También dijeron que, junto a otros compinches todos en estado de ebriedad y drogados, intentaron violar a unas mujeres, lo cierto es que Intercedieron por él y regresó a Europa. Con Saleh fue dejado en libertad el exalcalde de San Cristóbal, Daniel Ceballos, quien estuvo preso, recapturado al reincidir en sus acciones hamponiles y ahí está en su casa nuevamente.

Tenemos el caso del general Angel Omar Vivas Perdomo, mejor conocido como el “General Guayas”, porque fue el ideólogo de colocar guayas de noche en las diferentes vías del país, para que se degollaran los motorizados, sin embargo, resultó excarcelado en esas peticiones que hace la oposición con el falso argumento de querer la paz.

Y hay muchos hampones políticos que el Gobierno ha sacado de prisión en su empeño de devolverle la tranquilidad a los venezolanos, tanto que a veces pareciera que se cae en el relajo. Da la sensación que ya muchos terroristas delinquen sabiendo que no les hacen nada o sabiendo que si caen presos después les van a dar la libertad. Así cayó preso el diputado Edgar Zambrano, quien participó en el golpe de estado de Guaidó y Leopoldo López el 30 de abril de este año, y ya anda en la calle como si no hubiese cometido falta alguna.

El presidente Maduro ha sido tan condescendiente con la oposición terrorista y los organismos de derechos humanos que, en el ingenioso humor de mis hermanas y hermanos maracuchos, dicen que el Sebin tienen la cura contra el cáncer. Ahí los delincuentes políticos entran detenidos, al poco tiempo aseguran que padecen la terrible enfermedad, y cuando salen, salen curados, como ocurrió con “Mazuco” Sánchez, de Un Nuevo Tiempo, quién liberado enseguida se reintegró sano a la política; igual sucedió con el ex comisario asesino Iván Simonovis, quien decía tener cáncer y se fugó curado con tan buena salud y energía, que allá en EEUU sigue conspirando contra la revolución bolivariana.

Hay otro caso cumbre que no puedo dejar de mencionar, como el de Henrique Capriles Radonsky, con este facineroso se inició la violencia en Venezuela; perdió las elecciones presidenciales en abril de 2013, desconoció el triunfo de Maduro y esa misma noche hizo un llamado de arrechera que dejó más de diez muertos. Y ese delincuente no ha pisado ni una prefectura por esos delitos.

Ahora yo le pregunto a ese grupo de Bachelet en Venezuela: ¿Todos esos muertos y sus familiares, toda esa gente que ha matado la oposición criminal ocasionándole un grave daño a sus parientes, madres, padres, hijos, hermanos, primos, no tienen derechos humanos?

¿Ese grupo no ha escuchado al canalla Julio Borges pidiéndole a los EEUU y a la Unión Europea más sanciones contra el pueblo venezolano? ¿No sabe que esas sanciones significan más hambre para el pueblo, y la falta de medicinas y equipos médicos la muerte para los enfermos? ¿Desconoce el grupo de Bachelet que la alimentación y la salud son derechos fundamentales de las personas?

¿No ha visto el equipo de derechos humanos de Bachelet los delitos –perfectamente demostrados en los que está incurso el golpista Juan Guaidó que, además de ladrón, de robarse con los gringos y los colombianos los activos de Venezuela en el exterior (Citgo en EEUU y Monómeros en Colombia), sale abrazado con miembros de la banda paramilitar “Los Rastrojos”? Un hampón estrechamente vinculado con los narcoparacos Alvaro Uribe Vélez, presidente de Colombia, e Iván Duque, subpresidente.

¿No lo ha visto en videos en el Concierto musical de Cúcuta, rodeado de paramilitares y otros hampones, intentando que los gringos a través de Colombia invadieran a Venezuela, con el argumento de una supuesta ayuda humanitaria? Juan Guaidó pretendió una guerra civil, una matanza, que ameritara la intervención norteamericana, violándole los derechos humanos a todos los venezolanos que queremos paz, y pese a eso, anda en la calle diciendo que va a tumbar al presidente Nicolás Maduro y este monstruo, este cruel dictador, ni siquiera lo menciona.

Y yo no veo a ese grupo pidiendo en un escrito público que se haga justicia con respecto al rastrojo Guaidó por violar los derechos humanos de un pueblo entero, ¡ah!, pero si sorprendió en un comunicado exigiendo la liberación de Requesens, cuando este mismo delincuente admitió la participación de él y la de Julio Borges, quien se encuentra fugitivo en Colombia, en el magnicidio frustrado contra Maduro.

Requesens dijo en una grabación, que Borges le había pedido ayuda para hacer ingresar al país a un soldado retirado llamado Juan Monasterios, y después que le envió un número de teléfono, mantuvo contacto con Rayder Alexander Russo, sindicado por las investigaciones como el facilitador de las operaciones en la frontera que permitieron, entre otras cosas, el ingreso a Colombia del ya señalado como coordinador del magnicidio en grado de frustración, Juan Carlos Monasterios.

De tal forma, que no puedo interpretar la acción del grupo de Bachelet en Venezuela de otra manera, sino como un abuso, como una falta de respeto contra las acciones que plantea la revolución bolivariana, para que retorne la paz a Venezuela, mejor dicho, para que se pueda gobernar sin tropiezos a favor del pueblo, porque paz hay. Maduro le desarticuló a la oposición golpista las acciones terroristas con la Asamblea Nacional Constituyente. Eso debemos recordarlo.

Debe saber el grupo de marras que en las acciones delincuenciales denominadas “guarimbas”, los muertos los pusimos los revolucionarios. ¿Y todavía eso no le dice nada?

De allí que no dejo de pensar en que ese comunicado que emitieron pidiendo la liberación de Requesens, en el fondo tiene como finalidad que el Gobierno revolucionario se niegue, y de esa manera tener algún argumento, para seguir diciendo con apoyo de la canalla mediática nacional e internacional, que en Venezuela se violan los derechos humanos. No se puede ser tan ingenuo con ese grupo, y menos con Michelle Bachelet haciéndole el juego por el mundo a los criminales del imperio gringo.


Gian Carlo Di Martino

Politólogo, profesor, abogado. Ex-Alcalde de Maracaibo. Cónsul de Venezuela en Milán – Italia.  giancarlodimartino2017@gmail.com


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