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El Fraude Guaidó: Todo un Año de Engaño Por Dakar Parada

Para que un gobierno sea tal, debe tener tres cosas: Primeramente, el reconocimiento de los ciudadanos en su jurisdicción. Luego, el reconocimiento de otros gobiernos. Y por último, realizar el ejercicio de sus funciones, es decir, el trabajo que teóricamente es su responsabilidad. En todas, Juan Guaidó tiene cero.

Hace casi un año, un desconocido en el ámbito político nacional de nombre  Juan Güaidó, se hizo famoso gracias a que asumió como presidente de la Asamblea Nacional. Según el acuerdo alcanzado por la mayoría opositora en las últimas elecciones parlamentarias, la presidencia del parlamento le tocaba a su partido Voluntad Popular.


El cinco de enero se juramentó como nuevo presidente del parlamento y las expectativas de muchas de  las personas  que deseamos que los sátrapas que ostentan el poder se vayan, comenzaron a subir. En su primer discurso, Guaidó aseguró que “no reconocería el segundo mandato presidencial de Nicolás Maduro, previsto a comenzar cinco días después”. Esto, según el anuncio del Consejo Nacional Electoral dando la victoria a Maduro en las elecciones  del 20 de mayo de 2018.

En ese discurso se escucharon palabras que en pocos días pasarían a ser tendencia y a formar un mantra: “cese de la usurpación”,  “gobierno de transición” y “elecciones libres” (tenía que ser en ese orden). Además, se dio el lujo de decir que “contamos con el respaldo del pueblo, de la comunidad internacional y de las fuerzas armadas”.

Efectivamente, para que un gobierno sea tal, debe tener tres cosas: Primeramente, el reconocimiento de los ciudadanos en su jurisdicción. Luego, el reconocimiento de otros gobiernos. Y por último, realizar el ejercicio de sus funciones, es decir, el trabajo que teóricamente es su responsabilidad.


Efectivamente, para que un gobierno sea tal, debe tener tres cosas: Primeramente, el reconocimiento de los ciudadanos en su jurisdicción. Luego, el reconocimiento de otros gobiernos. Y por último, realizar el ejercicio de sus funciones, es decir, el trabajo que teóricamente es su responsabilidad.


Escogiendo una fecha histórica para darle mayor simbolismo, Juan Guaidó dejó pasar dieciocho días y se juramenta en una plaza como Presidente Encargado de Venezuela el 23 de enero, haciendo famosa otra palabra no muy utilizada: “encargaduría”. Fue un poema ver la cara de diputados Edgar Zambrano y Stalin González que lo flanqueaban durante dicha juramentación.

Así pues, Nicolás Maduro oficialmente pasaba a ser un usurpador.

Casi de manera inmediata el nuevo Presidente (E) de la República comenzó a recibir reconocimiento internacional, principalmente el de EEUU. Precisamente ese ha sido el mayor y principal logro obtenido por Guaidó, el reconocimiento internacional como el presidente legítimo de Venezuela por casi 60 gobiernos en el mundo, lo cual a su vez significa el desconocimiento expreso a Nicolás Maduro.

Guaidó también logró obtener el control algunos capitales financieros del Estado venezolano y el reconocimiento de la existencia de una crisis humanitaria, cuestión que terminó en que no pudo pasar la ayuda humanitaria que dijo que entraría “sí o sí”; un concierto en la frontera con Colombia que sirvió para que unos diputados se fueran con unas prostitutas (por cierto, ahora uno de esos diputados está en la Comisión de Contraloría de la AN, aunque parezca un chiste cruel). La que sí pudo entrar fue Bachelet, quien redactó un informe mínimamente decente criticando al régimen de Maduro.


Ese ha sido el mayor y principal logro obtenido por Guaidó, el reconocimiento internacional como el presidente legítimo de Venezuela por casi 60 gobiernos en el mundo, lo cual a su vez significa el desconocimiento expreso a Nicolás Maduro.


Lo cierto es que ya casi pasa un año desde la juramentación, así que toca hacer balance de la gestión de Guaidó. Si atendemos al mantra de hace diez meses “cese de la usurpación”,  “gobierno de transición” y “elecciones libres”, podemos decir que ninguna de las tres se ha cumplido. Pero no seamos reduccionistas y veamos su rol como presidente de una manera más formal e institucional.

Según la Constitución en su Artículo 236, las “atribuciones y obligaciones del Presidente o Presidenta de la República” son veinticuatro:

1. Cumplir y hacer cumplir esta Constitución y la ley.
2. Dirigir la acción del Gobierno.
3. Nombrar y remover al Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva; nombrar y remover los Ministros o Ministras.
4. Dirigir las relaciones exteriores de la República y celebrar y ratificar los tratados, convenios o acuerdos internacionales.
5. Dirigir la Fuerza Armada Nacional en su carácter de Comandante en Jefe, ejercer la suprema autoridad jerárquica de ella y fijar su contingente.
6. Ejercer el mando supremo de la Fuerza Armada Nacional, promover sus oficiales a partir del grado de coronel o coronela o capitán o capitana de navío, y nombrarlos o nombrarlas para los cargos que les son privativos.
7. Declarar los estados de excepción y decretar la restricción de garantías en los casos previstos en esta Constitución.
8. Dictar, previa autorización por una ley habilitante, decretos con fuerza de ley.
9. Convocar la Asamblea Nacional a sesiones extraordinarias.
10. Reglamentar total o parcialmente las leyes, sin alterar su espíritu, propósito y razón.
11. Administrar la Hacienda Pública Nacional.
12. Negociar los empréstitos nacionales.
13. Decretar créditos adicionales al Presupuesto, previa autorización de la Asamblea Nacional o de la Comisión Delegada.
14. Celebrar los contratos de interés nacional conforme a esta Constitución y a la ley.
15. Designar, previa autorización de la Asamblea Nacional o de la Comisión Delegada, al Procurador o Procuradora General de la República y a los jefes o jefas de las misiones diplomáticas permanentes.
16. Nombrar y remover a aquellos funcionarios o aquellas funcionarias cuya designación le atribuyen esta Constitución y la ley.
17. Dirigir a la Asamblea Nacional, personalmente o por intermedio del Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva, informes o mensajes especiales.
18. Formular el Plan Nacional de Desarrollo y dirigir su ejecución previa aprobación de la Asamblea Nacional.
19. Conceder indultos.
20. Fijar el número, organización y competencia de los ministerios y otros organismos de la Administración Pública Nacional, así como también la organización y funcionamiento del Consejo de Ministros, dentro de los principios y lineamientos
señalados por la correspondiente ley orgánica.
21. Disolver la Asamblea Nacional en el supuesto establecido en esta Constitución.
22. Convocar referendos en los casos previstos en esta Constitución.
23. Convocar y presidir el Consejo de Defensa de la Nación.
24. Las demás que le señalen esta Constitución y la ley. Podemos decir que Guaidó ha sacado en el examen, cero de veinticuatro.

El gran balance que presenta Guaidó es: cero de 24, toda una proeza.

¿Qué hacemos?

Ya sabemos lo que hizo Juan, ahora la pregunta es qué hacemos nosotros.

Los malandros que ostentan el poder se mantienen gracias a cuatro columnas que lo sostienen: en primer lugar, el Poder Político. Entiéndase la estructura de Estado y las relaciones políticas de este con otros gobiernos, como Rusia, China e Irán. En segundo lugar, las armas: Las del Estado formal, unidas con la de los grupos guerrilleros, delincuencia común y grupos de apoyo al narcotráfico. En tercer lugar el dinero proveniente de los dos puntos anteriores y por último la  Matriz de opinión. La misma está moldeada por la MUD y sus repetidores de mensajes que son los medios de comunicación  y que a su vez se encuentran secuestrados por el Estado, tanto los estatales como los privados. Sus efectivos son los periodistas de dichos medios dentro de Venezuela y también periodistas en el exterior.

Reconocer a dichos “periodistas” de la izquierda venezolana es fácil, comparten las siguientes características: Trabajan en pro de la agenda MUaDeca, más que información, lo que quieren dar son órdenes; se fanatizan hacia los políticos MUD-FA  y trabajan en medios venezolanos, cuyos recursos tienen dudosa procedencia.

¿Ahora sabes de quienes hablamos?, por si aún no lo sabes, te daré un ejemplo con nombre y apellido: Carla Angola. Este año 2020 tenemos que quitarles la Matriz de Opinión. Comenzando por las RRSS. Paralelamente hay que hacer un plan para llegarles a los que no las usan o no tienen acceso a internet. Para ello se está trabajando en el movimiento político Derecha Ciudadana @DCiudadanaV y en esta misma revista en la formación de la Comunidad de Colaboración Libertaria (CCL). Para quienes quieran formar parte, porque tu opinión y trabajo importan, mediante este enlace puedes unirte a nosotros.

Este año, mediante la CCL, vamos a arrebatarles el monopolio de la matriz de opinión a los repetidores de mensaje de la MUD- PSUV.

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