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Opinión

El malvado (pérfido, perverso, vil, ruin, cruel, canalla y diabólico) Alejandro Granko Por el Soc. Ender Arenas Barrios

El 15 de enero de 2018, el régimen movilizó 500 hombres de todas las fuerzas de seguridad del Estado y con la presencia del colectivo “Las tres raíces” se dirigieron como si fueran a una batalla decisiva a la población de El Junquito. Allí, había sido localizado Oscar Pérez y seis acompañantes.

Las Fuerzas de seguridad movilizadas después de bombardear la casa donde se encontraban, masacraron y ejecutaron tanto Pérez como sus ocupantes luego de entregarse. La orden, ya lo había comunicado Pérez en los videos que logró grabar, durante los sucesos, era asesinarlo y Oscar Pérez fue ejecutado de varios disparos recibiendo tiros de gracia en la cabeza y en la nuca.

 Horas después en una reunión de alto nivel, hace su presencia un militar, todavía en traje de campaña y riéndose se pavonea y se ufana diciendo a los presentes que él había dado muerte a Oscar Pérez “metiéndole” un tiro en la cabeza. El militar se presenta como Alejandro Granko Arteaga.

Lo narrado anteriormente viene a cuento porque justo hoy jueves, que es el día en la que escribo esta nota, aparece como repuesta que da Granko al rumor de su detención por hechos de corrupción, en un video donde hablando con una cacatúa a la que llama Tamara Sujo (directora ejecutiva del observatorio de derechos humanos del Centro de Estudios para América Latina (CASLA) y coordinadora internacional de Foro Penal Venezolano), quien había escrito el miércoles un tuit donde señala que Granko había sido detenido por el régimen acusado de corrupción.

No sorprendería para nada que Granko esté implicado en la enorme red de corrupción detectada dentro del gobierno (no es que haya una red de corrupción detectada por la policía anticorrupción del régimen, es todo un sistema de corrupción instalado en toda la estructura del Estado), este sería con todo y lo escandaloso que ya es el robo de los dineros públicos el delito menor ejecutado por Granko.  

Sus mayores delitos están en el ámbito de la violación de los derechos humanos.

Así, Granko ha sido señalado por la Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos de la ONU de múltiples crímenes, así lo señala el informe: “…. Al menos 52 personas fueron víctimas de tortura y otros tratos crueles, inhumanas y degradantes…al menos 59 fueron detenidas arbitrariamente, al menos 13 personas fueron víctimas de desaparición forzada de corta duración y al menos 6 personas fueron víctimas de violencia sexual.

Entre 2007 y 2022 Granko Arteaga ordenó, supervisó y participó directamente en arrestos, detenciones arbitrarais, desapariciones forzadas de corta duración, torturas, incluida violencia sexual y otros tratos crueles e inhumanos y degradantes…

Las víctimas señalan que Granko Arteaga se diferenciaba de los otros funcionarios que como él torturaban que él lo hacía sin cubrirse el rostro, mientras golpeaba y daba órdenes a sus subordinados que incluía actos de violencia sexual, descargas eléctricas en los genitales y desnudez forzada”.

¿Encaja Granko Arteaga dentro de la denominación “banalidad del mal” que hizo Hanna Arendt en su análisis de Adolf Eichmann, durante su juico en Israel por crímenes de guerra y de humanidad?

Arendt utiliza el concepto “banalidad del Mal” para “expresar que algunos individuos pueden ejecutar las peores acciones de manera burocrática, cumpliendo con las reglas del sistema al que pertenecen sin reflexionar sobre sus actos, sin considerar lo correcto o no de sus procederes eliminando toda implicación moral, solo obedeciendo con eficacia los mandatos de sus jerarcas.

Así que la tortura, la ejecución de seres humanos o la práctica de “actos malvados” no son considerados a partir de sus efectos o de su resultado final, con tal que las ordenes para ejecutarlas provengan de estamentos superiores”

Puede decirse que Granko cristaliza, perfectamente, en sus ejecutorias este concepto.

Obviamente la orden de asesinar a Oscar Pérez, así como los métodos de tortura, y tratos crueles e inhumanos, hasta llegar al asesinato,  empleados contra manifestantes, miembros de la oposición y personajes sumidos como sospechosos de conspiración por el régimen son órdenes emitidas desde la cúpula del régimen, basta leer, por ejemplo, los trinos de Diosdado Cabello el día de la llamada “Masacre del Junquito” y los infelices trinos  de Iris Varela para darnos cuenta que ellos estaban al tanto de todo lo que allí sucedía y del lamentable desenlace final.

Pero, hay más y tiene que ver con factores oscuros de la personalidad de Alejandro Granko Arteaga y, es que además de recibir órdenes y tratar de cumplirlas con eficacia el personaje tiene una mente retorcida caracterizada por la psicopatía y oscuros rasgos de sadismo, ese deseo, patológico de infligir daño mental y física a otros por puro placer y que el informe de La Misión de la ONU recoge en toda su amplitud.

Así que estamos enfrentando, por un lado al torturador que se congracia con sus superiores ejecutando con fidelidad perruna sus órdenes, con la justificación de “la razón de Estado” y por otro lado, el mismo, personaje que siente placer sin remordimiento alguno el causarle dolor moral y físicos a otros.

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