Las ONGs Luso Orientales y Fundación Cerro Bolívar nacimos con el firme propósito de ayudar a todas las personas o entidades que así lo necesiten, conociendo la situación que actualmente nos afecta a todos, es que hemos decidido emprender esta gratificante tarea de ayudar y darle acceso a medicinas y servicio médico a quienes lo necesiten siempre y cuando tengamos en nuestro poder esa medicina para el tratamiento requerido sin ningún tipo de costo. Al igual que apoyar a las instituciones públicas, privadas, nacionales, internacionales en el cumplimiento de actividades.
Hoy 30 de enero 2022 en la Ciudad de Barcelona, estado Anzoátegui en el marco de las Elecciones Legislativas de la República Portuguesa hemos entregado al Excelentísimo Cónsul Honorario de Portugal Sr. Rui Pereira un lote de medicamentos para los pacientes lusos radicados en el Oriente Venezolano con enfermedades crónicas hipertensivas, diabéticos.
Igualmente hemos traído a las instalaciones del Consulado Honorario de Barcelona desde el Sur del estado Anzoátegui (San José de Guanipa, El Tigre, Cantaura, Anaco) los votos postal de los ciudadanos portugueses que ejercieron su derecho al sufragio.
En Venezuela se necesitan más ONG cómo Luso Orientales y Fundación Cerro Bolívar qué unidas crean en el valor de las pequeñas cosas. Gente que construya la historia y no se deje arrastrar por los acontecimientos.
Más corazones desarmados, en un país lleno de protestas. Almas magnánimas en una sociedad interesada.
Espíritus fuertes para un siglo de mediocridades. Más trabajadores y menos personas que quieran limosnas.
Más ciudadanos que digan: “Voy a tratar de hacer algo”, y menos que se contenten con: “Es imposible”.
Un número mayor de audaces que se lancen al fondo del problema para resolverlo y un número menor de fatalistas acomodados en la omisión.
Más amigos que se arremanguen con nosotros cómo lo hacemos en Fundación Cerro Bolívar y Fundación Luso Orientales, y menos demoledores que apunten solo defectos.
Más gente que almacene esperanza, y menos frustrados que acarreen toneladas de desánimos.
Más personalidades que perseveren y menos colegas que comienzan y nunca acaban. Más rostros sonrientes y menos frentes nubladas.
Necesitamos con urgencia, sin falta: un país en manos de profesionales en Derechos Humanos encendiendo una luz, para iluminar el pesimismo de la multitud. Un fósforo en la mano… pequeño, ¡pero tan importante!, insignificante, ¡pero como ilumina disipando la oscuridad de nuestra Venezuela!
Dr. Luis Augusto Domingos Dos Santos
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