El encuentro de los dos presidentes tiene lugar en este momento, cinco días después de que una delegación de Washington se reuniera con Nicolás Maduro.
El pragmatismo que caracteriza las relaciones diplomáticas a veces luce desconcertante: este jueves se reúnen en Turquía, por primera vez desde que Vladimir Putin ordenó la agresión, los ministros de Relaciones Exteriores de Ucrania y Rusia, mientras el ejército invasor sigue bombardeando a la población civil; y este mismo jueves se desarrolla este encuentro entre el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, y el de Colombia, Iván Duque.
La reunión entre Duque y Biden no tiene nada de extraordinario, salvo por el hecho de que Duque casi acaba su mandato sin haber conseguido una cita oficial con Biden de no ser porque las dos naciones celebran 200 años de relaciones diplomáticas, y porque Biden acaba de enviar el fin de semana pasado una comisión para hablar con Nicolás Maduro, buscado por la justicia estadounidense y por quien ese país ofrece 15 millones de dólares de recompensa.
Ese sorprendente vuelco del gobierno estadounidense es aún más incomprensible si se considera que Estados Unidos y, según se dice, su principal aliado en la región, Colombia, lideran una ofensiva diplomática para sacar a Maduro del poder. De esa misión no se informó previamente a Duque ni a Juan Guaidó, a quien Estados Unidos y otros 50 países reconocen como el presidente de Venezuela. Solo la situación en Ucrania y la decisión de Biden de prohibir la importación de petróleo y gas rusos explican su nueva actitud hacia Maduro.
Claro que, a los ojos del ministro de Energía de Colombia, Diego Mesa, la actitud de Biden sería contradictoria. “Si acabas de prohibir el petróleo de a quien llaman dictador ruso, es difícil explicar por qué le vas a comprar petróleo al dictador venezolano”, dijo Mesa al Financial Times, en declaraciones, este miércoles, a instancias del evento CERAWeek, en Houston.
El mismo diario reportó que Duque, un feroz opositor de Maduro, señaló que no le correspondía “ni juzgar ni justificar”, pero que seguiría viendo al mandatario venezolano como “un criminal de guerra”, o la versión latinoamericana del líder serbio Slobodan Milosevic.
En Colombia, hubo voces como la del exembajador en Washington Francisco Santos, para quien, con esa actitud, Biden le dio “una bofetada” a Duque. Según Santos, lo que esperan todos los que se han “jugado por la libertad” es que Duque “sea muy claro y diga: ‘¿Aquí qué pasó? ¿A dónde van ustedes? ¿Vamos a cambiar? ¿Vamos a reconocer a Maduro? ¿Ustedes qué van a hacer con el narcotráfico? ¿Ustedes qué van a hacer con el Eln?’”.
En Estados Unidos, el senador republicano Marco Rubio dijo en NTN24 sobre el encuentro del gobierno de Biden con Maduro: “Me imagino que el candidato [Gustavo] Petro va a decir: ‘Ve, hasta Estados Unidos está de acuerdo conmigo: nadie sigue la línea de Duque, la línea esa sobre Venezuela’”.
El legislador no duda de que la reunión en Miraflores “tiene el impacto de que no importa que Venezuela dé territorio para que elementos terroristas puedan actuar contra territorio y la población colombiana, no importa si ese mismo grupo trata de asesinar al presidente de Colombia, como trataron de hacerlo hace varios meses. No importa si están interfiriendo directamente en influenciar la dirección de las elecciones dentro de Colombia. Nada de eso importa. Si Estados Unidos quiere más petróleo, se va a arreglar con Maduro y que Colombia tenga que arreglarse como tenga que arreglarse. Esto, sin duda, es una manera directa de apoyar al candidato de izquierda dentro de Colombia”.
En cambio, Carlos Vecchio, embajador de Venezuela ante Estados Unidos, está seguro de que la visita de Duque a Biden “es una gran oportunidad porque va a ser el primer presidente latinoamericano en reunirse con Biden, y ya sabemos la complejidad que hay con dos crisis tremendas: una, la de Ucrania y Putin, que cambió el orden mundial; y otra, la de Venezuela, que tiene un impacto para nosotros, para la región, grandísimo”.
“Así que es una gran oportunidad más bien del presidente Duque, que ha sido un aliado incondicional en la defensa de la democracia en el continente y por supuesto en apoyar a la causa de los venezolanos para expresarle claramente su visión y los riesgos que significa un régimen de Maduro, no solo para los venezolanos, sino también para Colombia y toda la región”, sostuvo Vecchio, también en NTN24.
De qué hablarán Iván Duque y Joe Biden
La reunión entre delegados de Biden y Maduro, sin embargo, no es un tema considerado en la agenda de este jueves entre los mandatarios de Estados Unidos y Colombia. Por lo menos así se desprende de la información que ofrece la Presidencia de la República.
Según el Gobierno, en el “trascendental encuentro” en la Casa Blanca, en Washington, a la 1:30 de la tarde, se “reafirmarán los lazos de cooperación y amistad que unen a los dos países desde hace 200 años”, en un “momento especial” en el que “la relación bilateral está en su punto más alto y en el que los dos gobiernos avanzan firmemente en el propósito de llevarla hacia un nuevo nivel, consolidando a nuestro país como el principal aliado estratégico de Estados Unidos en la región”.
Los ejes temáticos de la reunión serán la agenda bilateral, los retos y desafíos de la actual coyuntura global, “entre ellos, la marcha de la democracia en América Latina y la invasión a Ucrania”, la profundización de las relaciones comerciales, los incentivos para el fomento de la inversión, y las acciones de política para consolidar la reactivación económica en los dos países. También, el cambio climático.
Duque viajó a Washington con la Canciller y Vicepresidente Marta Lucía Ramírez; el embajador de Colombia en Estados Unidos, Juan Carlos Pinzón; la jefe de gabinete de Presidencia, María Paula Correa, y los ministros de Defensa, Diego Molano; de Comercio, Industria y Turismo, María Ximena Lombana, y de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Carlos Eduardo Correa.
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