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Fanáticos perturbados porque: El Barca no pudo hacer nada

El Barcelona se quedó el miércoles sin estrenar su casillero en el Sánchez Pizjuán, algo inédito en los últimos dos meses.

Los azulgranas llevaban desde el pasado 8 de diciembre celebrando siempre alguna diana. Concretamente, desde el compromiso de la fase de grupos de la Champions contra la Juve, cuando el cuadro de Koeman perdió por 0-3, con dos dianas de Cristiano Ronaldo y una de McKennie.

Desde entonces, siempre ha celebrado algún tanto.


Desde aquel encuentro en el Camp Nou, los azulgranas han disputado 16 compromisos, entre La Liga, la Champions, la Copa del Rey y la Supercopa y siempre han logrado ver puerta.

Han sido dos meses llenos de compromisos pero con goles. Aunque el miércoles los catalanes no estrenaron su casillero pese a que  Koeman tenía su parcela de ataque de lujo para medirse al Sevilla. El Barcelona tuvo tres o cuatro ocasiones de gol claras, dos de Leo Messi, pero el argentino no estuvo acertado anoche.

De todas formas, Koeman no ha dejado de repetir que el equipo debe ser más efectivo. El Barcelona necesita generar muchas ocasiones para marcar y eso termina siendo un problema.

De hecho, los azulgranas se han acostumbrado a remar a contracorriente y con el marcador en contra en este 2021. El miércoles, a diferencia de otros compromisos, no pudo remontar.

Los errores en las áreas, por lo tanto, han condenado al Barcelona.

En la parcela defensiva porque han supuesto dos tantos y, en la zona de ataque, porque no concreta las ocasiones de las que dispone. Por lo tanto, se ha puesto de manifiesto los dos puntos débiles de los azulgranas esta temporada.

“Nos llevamos un resultado que no nos gusta pero aún queda la vuelta y se puede. Tuvimos oportunidades y no llegó el gol. Todavía quedan 90 minutos que son muy largos y da tiempo para mucho”, ha explicado Pedri.



Cambios tardíos


El Barcelona llegaba a Sevilla con lo justo por culpa de las muchas lesiones que están castigando al equipo y eso provocó que Koeman casi no pudiese mover en el banquillo.

De hecho, los cambios llegaron muy tarde y el técnico sólo realizó dos. Entraron Riqui Puig y Trincao. El preparador holandés no quiso dar la responsabilidad a ningún jugador del filial y menos con el marcador en contra.

Vía: Marca

Redacción Angel Emilio Monagas

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