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Francés repartió besos: en marcha oficialista Por Esther Yáñez Illescas

Un francés que llegó a Caracas con 2 casos de COVID-19 habla se encuentra en cuarentena… David Uzal es francés, tiene 50 años y llegó a Caracas el pasado 8 de marzo, es la primera vez que visita Venezuela y el motivo es un tanto estrambótico.

David es el coordinador para América Latina del Movimiento Raeliano Internacional; un movimiento raeliano es una religión ovni que cree que no estamos solos en el universo y que somos la creación de seres extraterrestres de una civilización mucho más avanzada que la nuestra.Los raelianos eligieron el mes de marzo para hacer un encuentro internacional con todos sus miembros en Caracas y David, ciudadano francés, voló en el vuelo de Iberia 6673 junto a la ciudadana de 41 años venezolana y el ciudadano de 52 años venezolano que han dado positivo en COVID-19, convirtiéndose en los dos primeros casos registrados en Venezuela.

En Sputnik consiguió hablar con David en su cuarentena desde su hotel de Caracas y nos cuenta cómo ha sido el proceso en las últimas 24 horas. Lo hacemos a través de una conversación de WhatsApp: texto, audios y vídeos.

“Cuando esta mañana [viernes 13 de marzo] volví de la calle a mi hotel, me encontré en la recepción con unas personas que me estaban buscando y yo no había visto nunca. Me preguntaron si recordaba el vuelo en el que había venido. Les dije que sí, que era el vuelo de Iberia del domingo [8 de marzo] y me dijeron que estaba en cuarentena por esas razones”, detalla. Después de eso, David subió a la habitación donde continuaron las preguntas. Primero le dijeron que tendría que ir al hospital para hacerse las pruebas del coronavirus, pero finalmente no hizo falta. Fue una doctora la que vino a su hotel acompañada de varios policías y ella fue la encargada de realizarse el test. “Me sacaron saliva de la boca y recogieron una muestra de mi mucosa nasal. Pregunté si la prueba se podía hacer a través de la sangre pero me dijeron que no. En 24 horas me dan los resultados y la verdad es que todo es una incógnita. No tengo más información y no sé qué tendría que hacer en caso de dar positivo. No sé si voy a recibir tratamiento aquí, si me van a llevar al hospital, no sé nada”, asegura David.

Sobre su estado físico, el francés asegura que se encuentra cansado y que no descarta estar enfermo, ya que se siente algo febril, pero que los síntomas son leves.

“Mi cansancio también puede venir porque llevo un tiempo viajando. Antes de venir aquí estuve un mes y medio en Japón… Aunque eso no se lo he dicho a los médicos porque no me lo han preguntado. Allí estuve en contacto con personas de riesgo porque viví la cuarentena en ese país. Sé lo que es ver a la gente encerrada en sus casas sin ir a trabajar porque lo viví allí cuando el virus todavía no había llegado a Europa”, comenta.

David lleva pocos días en Caracas, pero suficientes para haberse relacionado con bastante gente. Ha dado paseos por la ciudad y el martes 10 de marzo participó de la marcha chavista que convocó el Gobierno de Nicolás Maduro y que recorrió las principales avenidas de Caracas. Fue una marcha multitudinaria donde acudieron miles de personas.”Allí la acogida fue fantástica y estuve en contacto directo con mucha gente. Nos dimos abrazos, besos, apretones de manos, nos hicimos fotos. Todo. Estas personas no se han hecho las pruebas del COVID-19 aunque habrá que esperar a saber qué pasa con mis resultados”, sostiene.

Sobre la cuarentena, dice que se siente un poco “prisionero” y que tiene una sensación un poco “rara y desagradable” porque se siente “culpable sin haber cometido ningún crimen. En seguida, solo por estar en cuarentena, los demás te miran como si fueses portador de una enfermedad y yo no he hecho nada, solo tomar un avión donde había unas personas infectadas”.

Sin embargo, a pesar de que David asegura que se siente “prisionero” en su cuarentena, en nuestra conversación con él comprobamos que no está solo en la habitación. Está con una compañera del Movimiento Raeliano. Cuando le preguntamos si no debería estar solo dice que sí, pero que las normas del hotel respecto al encierro son muy laxas y que sí permiten que reciba visitas.

David tampoco lleva la mascarilla puesta. En un momento, la enseña en uno de los vídeos y dice que “eso de las mascarillas es una payasada. Yo estuve en Japón, donde había mascarillas más grandes y hasta los propios médicos decían que no sirve para nada”.

Sobre Venezuela dice que está sorprendido de lo que se ha encontrado. “Veo que hay crisis, pero pensaba que era un país que estaba mucho peor y que su Gobierno no tenía nada de apoyo, pero veo que no es así. En Europa, en Francia, escuchamos otras cosas en los medios de comunicación”.

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