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¡IMPRESIONANTE! | Zuliano atravesó en tres días la selva del Darién y cuenta su experiencia

Darío Armando Bracho, 25 años, nacido en San Francisco, El Bajo, estado Zulia, atravesó la selva a pesar de las alertas de organismos internacionales. “De acuerdo a informes de las autoridades panameñas, en las últimas semanas han desaparecidos 76 venezolanos” en esa zona fronteriza entre Colombia y Panamá.

“Vi una mujer… solo pude detallar que era mujer, no lo recuerdo muy bien. En ese momento no quise ver el cuerpo, volteé la cara y seguí”. En una de los caminos del Tapón del Darién, Darío Armando Brachose topó con algunos cadáveres, sin embargo, eso no fue motivo para que el grupo de al menos 20 venezolanos con los que estaba cruzando la selva, se detuvieran a ver si algunos de esos cuerpos seguían con vida.

Bracho, estaba consciente del riesgo que asumía al internarse en los caminos de la selva donde podrían concentrarse virus y enfermedades, causadas por la contaminación que dejan los cadáveres en los ríos, además de las picaduras de insectos y animales que podrían ocasionarle la muerte. Pero eso fue lo que más le mantuvo en pie: “lograr que valiera la pena todo el riesgo, donde expuse por completo mi vida, mis sueños… y a pesar de sentir miedo de no volver a ver a mi madre”.

Cada montaña que Darío Armando debía recorrer sabía que era altamente peligrosa, “pero era un riesgo que había asumido desde un principio”, estaba consciente de los escenarios (muertes, violaciones, robos…) con los que se iba a topar.

De acuerdo a informes de las autoridades panameñas, en las últimas semanas han desaparecidos 76 venezolanos en el Darién, selva fronteriza entre Colombia y Panamá. De igual forma, en una lista publicada por el reportero Roberto Bermúdez, de Chamos Noticias Panamá, los migrantes no han llegado al albergue panameño de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en San Vicente.

 Asumí el riesgo de travesar la selva

A sus 25 años de edad, este constructor quiso tomar decisiones más extremas en su vida. Luego de salir del sector El Bajo, municipio San Francisco del estado Zulia, vivió un año en Colombia donde trabajó en la chatarrería y la cocina, hasta que le surgió la idea de irse a los Estados Unidos.

  “Yo estaba consciente del riesgo que iba a tomar, pero no me dejé llevar por las noticias y redes sociales, así que me preparé psicológicamente bien, pues sabía que para entrar al Darién la clave era mantener la calma y concentrarte en salir de allí”, aseveró.

Su madre, Leiris García, le suplicó en medio de llantos que no atravesara la selva, pero Darío fue firme en su decisión y se marchó. “Por más que yo quería regresar a mi casa con mi familia, ya yo estaba comprometido conmigo mismo a seguir adelante pase lo que pase. De momento, no había vuelta atrás, mi meta era seguir”, confesó.

Darío reconoce que cruzar la selva es “terrible”. “No desmiento lo que dicen en las noticias de ese lugar, porque si presencié todo tipo de sucesos terribles, desde fallecidos hasta personas lesionadas, pero la clave era no enfocarse en eso y seguir tu camino para no perder el enfoque. Mi fe y mi confianza me llevaron a salir sano y salvo de esa travesía”, afirmó.

Lo que vió en el Darién

Uno de los momentos más escalofriantes para Darío, fue presenciar el alto peligro a lo que muchos infantes estaban expuestos.

“Al pasar el río por medio de una cuerda tendida de extremo a extremo, las personas más vulnerables eran los niños y las mujeres, pues entraban en pánico y perdían la calma; eso a mí me aterraba porque sabía que estaban en peligro sus vidas.

Lo que más me marcó, recuerda, fue ver la cara de trauma a muchas personas; eso era terrible para mí el ver esa imagen tan espeluznante. En muchas ocasiones ayudé a algunas personas a superar ese obstáculo que, la verdad, fue bien difícil”, dijo.

Para despejar la mente de tantos escenarios hostiles, el zuliano se concentraba en los momentos favoritos con su familia. “Tenía sentimientos encontrados con respecto a eso; es allí donde los empiezas a extrañar”.

La travesía junto a 20 personas

Darío Bracho no estaba solo, lo acompañaron en el recorrido un grupo de 20 personas, desde niños de tres meses, cargados en brazos por sus madres, hasta personas adultas de entre 25 a 55 años de edad, la mayoría venezolanos que compartían, así como él, un mismo fin: llegar a Estados Unidos.

A lo largo de esta ruta migratoria, Darío no solo luchó contra el agotamiento físico de escalar por horas grandes montañas fangosas, además soportó lluvias, desbordamientos de ríos y escuchaba de cerca animales salvajes.

“En la selva hay una atmósfera pesada, no es un ambiente adecuado para estar. Es una realidad cruel la que se vive ahí dentro; gente aterrada. Además, hay lomas altas llenas de lodo de principio a fin y eso es agotador”, detalló

Según los datos aportados por el Servicio Nacional de Fronteras de Panamá, en lo que va de año han cruzado la selva más de 28.079 venezolanos, casi el 60% del total de migrantes que emprende ese recorrido.

 En busca de nuevas oportunidades

El motivo principal de Darío Bracho es el mismo de todo ciudadano venezolano migrante: “buscar una mejor vida llena de nuevas oportunidades”.

“Lamentablemente por la situación de nuestro país y la poca garantía de nuestra propia integridad nos vemos obligados a vivir en otro país, en este caso Estados Unidos”, refirió el sanfranciscano.

Dejar Venezuela no es lo que Bracho quería, muchos menos dejarse de sus padres que, para él, son el pilar fundamental para seguir adelante. “Fue una despedida momentánea porque en mí todavía está la esperanza de volver a verlos. En conclusión, no fue un adiós si no un hasta luego”.

De México a Estados Unidos

Aunque a Darío Bracho solo le tomó tres días atravesar el tapón selvático del Darién, aún tiene un largo camino por recorrer. El siguiente paso es seguir su viaje con destino a México, entrar por la vigilada frontera sur y cruzar el territorio estadounidense de lado a lado para así lograr tener la “libertad” que tanto desea.

“Libertad en el sentido que seas libre de darte tus gustos a raíz de tu propio esfuerzo y dedicación al trabajo, cosa que en nuestro país no es posible por extorsión, por el propio gobierno y la inseguridad que no te deja ser libre en ese ámbito”, aseveró.

En una reciente investigación realizada por el Departamento de Salud de Panamá “Corazones Sin Fronteras” son las mujeres migrantes quienes llevan la peor parte. Al menos 88 de ellas han reportado haber sido agredidas sexualmente al ser registradas en busca de dinero y con frecuencia, haber sido objeto de violación.

Sin embargo, muchos migrantes siguen obviando las advertencias de las autoridades. Como Darío, muchos cruzan la selva del Darién a costa de su propia vida.

“Atravesar todo el Darién a salvo, lleno de vida, es una bendición y milagro”. Pero, esa no es toda la travesía. Quienes quieren llegar a Estados Unidos les toca esconderse en México hasta lograr huir a las fronteras norteamericanas.

“No hay peor pesadilla que vivir escondiéndose de la policía. Estar escondido siempre es traumante. Para mí, apenas estoy viviendo la peor parte de esto”, reveló Bracho, quien aún sigue soñando en lograr el “sueño americano”.

Fuente: versionfinal.com.ve

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