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Increíble: Maduro entregará un millón de hectáreas cultivables a regímen terrorista de Irán

El régimen de los ayatolás echa raíces en Venezuela para garantizarse la seguridad alimentaria. La operación se ha hecho a espaldas del Parlamento del país suramericano y sin que hayan trascendido las contraprestaciones

Nicolás Maduro se dispone a entregar un millón de hectáreas de tierra cultivable de Venezuela a Irán para producir alimentos, según anunció el viceministro iraní para asuntos económicos, Mohsen Kushki Tabar, a través de la agencia persa Tasmin.

Caracas no desmiente ni confirma la noticia, ni aporta detalles sobre en qué condiciones ocurre esta negociación, si es un préstamo, venta o comodato y por cuánto tiempo. Es la primera vez que un gobierno venezolano entabla un acuerdo de esta naturaleza sin consultar al Parlamento previamente.

El viceministro iraní se vanagloria con el anuncio: «Un plan tan importante para el cultivo extraterritorial como este revela que Irán se ha vuelto grande y fuerte y ha alcanzado un nivel alto en los intercambios científicos», dijo.

Irán pretende 7 millones de hectáreas de tierras agrícolas en el extranjero para garantizar su seguridad alimentaria. Además de Venezuela, Rusia ofreció recientemente 100.000 hectáreas, según la agencia Irna, para los proyectos agrícolas iraníes.

El director de la Asociación de Cultivos Transterritoriales de Irán, Ali Rezvanizade, ha asegurado que Venezuela puede brindar una mejor oportunidad que Brasil y Rusia para los proyectos agrícolas de Irán en el extranjero, incluido el cultivo de soja y maíz, según las agencias. La República Islámica de Irán se ha tomado muy en serio el acuerdo de colaboración -con una duración de 20 años- que firmó el mandatario venezolano el 11 de junio, en Teherán, en diversas áreas como petróleo, energía, minería, agricultura, tecnología en drones, producción de alimentos, cultura, turismo y aviación, entre otros.

Hasta ahora, el Gobierno chavista ha firmado unos 250 acuerdos bilaterales con el gobierno islámico. Tras la inusual firma de junio en Teherán, Maduro resaltó que el 70% del territorio de Irán es desierto, por lo que la producción de sus alimentos se da solo en el 30% restante.

Mientras que en Venezuela hay 30 millones de hectáreas cultivables que permiten no solo elevar la producción interna de alimentos, sino también «para exportar a Irán y toda esta región de Asia», explicó. Puntualizó que la alianza tecnológica es una arista fundamental para incrementar los niveles de producción. «Creo que se va a crear una amistad indestructible. Vamos a ser testigos de cómo nuestros países se crecen frente a las dificultades y cómo va creciendo un nuevo mundo», añadió Maduro.

Sanciones de EE.UU.

Subrayó que se impulsarán proyectos conjuntos con Irán para producir alimentos en Venezuela que surtirán al mercado interno y para exportar a Irán y Asia. «Es fundamental consolidar la soberanía y la seguridad alimentaria de nuestro país», enfatizó. La primera visita de Maduro a Irán se produjo en medio de tensiones en todo Oriente Medio por el fracaso del pacto nuclear entre el Gobierno iraní y las potencias mundiales.

Las sanciones estadounidenses y el alza global de los precios de los alimentos por la invasión de Rusia a Ucrania asfixian a la renqueante economía iraní y aumentan la presión sobre su Gobierno y su población.

Pero los productores nacionales ven con reticencia el desembarco de iraníes al campo venezolano. Alfonso de Agro Andino, activista en favor los derechos de los agricultores venezolanos, destacó en su cuenta de Twitter las dificultades por las que atraviesan los campesinos: escasez de insumos agrícolas, alto precio de combustible y bajos precios de las cosechas.

«Y el Gobierno le cederá a Irán un millón de hectáreas de tierra de cultivo. ¿Por qué no apoyar primero lo nuestro?», se pregunta.

El Gobierno interino de Juan Guaidó no se ha pronunciado todavía sobre este asunto concreto. Sin embargo, sí ha recalcado que este tipo de acuerdos bilaterales que ha firmado Maduro con sus aliados-Rusia, China e Irán- están fuera del reconocimiento parlamentario, por lo que no tienen validez en el futuro. Maduro también anunció hace un mes la reanudación de los vuelos directos entre Caracas y Teherán, suspendidos hace seis años. De hecho, comenzaron el 16 de julio con una frecuencia de dos vuelos semanales, los martes y sábados.
Lo curioso es que con la línea venezolana-iraní Conviasa se puede conectar desde Teherán a Guangzhou en China con la misma frecuencia de dos veces semanales. «Venezuela está abierta a recibir el turismo de Irán para que vayan a disfrutar de las bellezas del Caribe, de los Andes, del Amazonas», enfatizó Maduro durante una declaración conjunta ofrecida en el palacio de Saad Abad, situado en Teherán.

Vuelos sospechosos

Hace seis años, cuando se suspendieron los vuelos entre Caracas, Damasco y Teherán, inaugurados en 2009, se sospechaba que el Airbus 340 de Conviasa transportaba uranio para la planta nuclear iraní. Era un vuelo quincenal misterioso que llevaba pocos pasajeros, más bien funcionarios y empresarios iraníes y sirios.

«No es un vuelo rentable, es político», decían por entonces los observadores.


El reinicio del tránsito aéreo entre Caracas y Teherán no se ha interrumpido ni siquiera por el escándalo del avión de Conviasa retenido en Buenos Aires desde el 6 de junio por sospechas de servir para el transporte de terroristas iraníes.

El señor Nicolás Maduro, nombra a un militar golpista para su embajada de Irán

El régimen de Nicolás Maduro ha nombrado a José Rafael Silva Aponte como embajador en Teherán. Fue designado comandante de la Fuerza Aérea bolivariana en 2020. En noviembre de 1992 participó en el segundo intento de golpe de Estado contra Carlos Andrés Pérez, liderado por el fallecido Hugo Chávez. El ahora diplomático también fue edecán de Chávez. Los oficiales que se involucraron en las dos asonadas militares de 1992 se han enriquecido en estos 23 años de chavismo, ocupando altos cargos en la administración pública, además de haber protagonizado actividades ilícitas como contrabando, narcotráfico y corrupción.

Los vínculos de Silva Aponte con la tripulación del avión retenido en el aeropuerto de Ezeiza, en Buenos Aires, viene de su pasado común con los oficiales golpistas. Entre 2017 y 2018 fue comandante de la base aérea El Libertador, en Palo Negro, Aragua, cerca de Caracas, donde se encuentra la sede de Emtrasur, fundada en 2020 y filial de carga de la aerolínea venezolana Conviasa.

Fuente ABC de España

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