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Investigación: Trama de intereses políticos y económicos crea incertidumbre en trabajadores de Monómeros

La Confederación General del Trabajo de Colombia apela a que por encima de cualquier interés político se garantice la sostenibilidad de la empresa. Juan Guaidó anunció una reestructuración de la junta directiva. La AN 2016-2021 se ha resistido a debatir sobre las denuncias de hechos irregulares en la empresa. Esta semana la Comisión Delegada pidió a Iván Duque acompañar el proceso de revisión junto con Estados Unidos.

Caracas. La Superintendencia de Sociedades de Colombia sometió a Monómeros Colombo Venezolanos S. A. a la figura de control, luego de que detectara varias irregularidades y situaciones que comprometen la sostenibilidad de la compañía. Entre las prácticas que llevaron a la institución colombiana a tomar esa decisión están problemas de liquidez por dificultades que han provocado las sanciones de Estados Unidos, a pesar de que cuenta con una licencia desde 2019 que le permite operar; incumplimiento en protocolos de transparencia para evitar blanqueo de capitales, o renuncias de trabajadores por haber experimentado acoso.

Desde 2017 la compañía ha enfrentado dificultades para acceder a financiamiento debido a las sanciones de Estados Unidos, situación que no ha sido solventada, a pesar de que la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) le otorgó una licencia que la exime de la sanciones que pesan sobre el gobierno de Nicolás Maduro y Petróleos de Venezuela. Además, en abril de 2019 Monómeros pasó a ser controlada por la administración del opositor Juan Guaidó, a quien Estados Unidos reconoce como presidente encargado de Venezuela, situación que provocó mayor incertidumbre entre los trabajadores colombianos y las empresas de Barranquilla, donde opera la filial de Pequiven.

El primer vicepresidente de la Confederación General del Trabajo (CGT) de Colombia, Jorge Iván Díez Vélez, dice en entrevista a Crónica.Uno que la situación de Monómeros es un tema “bastante sensible” en la región de Barranquilla, no solo por lo que significa la compañía en Colombia, al abastecer 40 % del mercado de fertilizantes, sino también por las relaciones bilaterales entre los gobiernos de Colombia-Venezuela y la oposición. “Frente a esos dos fenómenos bastante complejos y delicados se genera una gran incertidumbre, la situación de los trabajadores de Monómeros es de mucha incertidumbre, porque está en riesgo la sostenibilidad de Monómeros en Colombia, los puestos de trabajo, la conservación del empleo y la convención colectiva. Frente a este panorama la incertidumbre es la que está rondando en la empresa y en la región de Barranquilla”, dice.

SuperSociedades sometió a control a Monómeros en agosto de este año, al evidenciar que la compañía “atraviesa por una situación crítica económica, derivada de las limitaciones impuestas por el sistema financiero, a raíz de haber estado en la lista de la OFAC y los efectos sobre su flujo de caja”. En la resolución 2021-01-515418 de SuperSociedades se lee que a partir de agosto de de este año el flujo de caja de Monómeros se proyecta negativo. La institución advirtió que la compañía no tendría liquidez para seguir desarrollando su operación normal a partir del 16 de agosto y que podría incumplir con los pagos de sus obligaciones. La deuda con los proveedores en el exterior asciende a $129.649.177.602.

A juicio del representante de la CGT, más allá de la decisión de SuperSociedades hay una disputa de tipo político, que debe manejarse con prudencia y poniendo de primero la sostenibilidad de Monómeros para preservar los empleos que genera y su impacto en el agro colombiano.

“En el transcurrir de estos años ha habido muchas dificultades de tipo administrativo, es muy inestable lo que tiene que ver con los trabajadores, ha habido algunos despidos, en algunas ocasiones incumplimiento con el contrato colectivo; sin embargo, en términos generales, la empresa se ha venido manteniendo de una manera positiva y ha mantenido una política de respeto hacia los trabajadores, pero se han reiterado situaciones de manejo administrativo que tocan aspectos de política”, señala Díez.

Foto monomeros

La junta directiva ha hecho intentos para aliviar su situación financiera a través de acercamientos con el presidente de Citibank en Colombia, y el encargado de los negocios del sector público para Latinoamérica, pues la respuesta que dan las entidades financieras en Colombia, que actúan como intermediarios del mercado cambiario, es que solo podrán operar en la compraventa de divisas para Monómeros si se tiene el consentimiento de Citibank, pero hasta ahora Citibank se ha mostrado reacio, aparentemente, por considerar que la junta directiva no es la más capacitada para la actividad.

“Este bloqueo financiero puede desestimular el interés de los proveedores de materias primas internacionales, ya que se debe continuar utilizando intermediarios para el pago de sus facturas, lo que lleva a Monómeros a incurrir en costos financieros adicionales, esto sumado a los perjuicios de reputación negativa, causados por los bloqueos de la OFAC”, se lee en el documento levantado por SuperSociedades tras una inspección en la compañía.

Las restricciones que enfrentó Monómeros en 2017 a causa de las sanciones fue hacia productos en moneda extranjera, acceso a cupos de crédito, intermediación de transacciones de pago de importaciones y recaudo de exportaciones. A pesar de que la empresa cuenta con una licencia que la exime de sanciones hasta el 30 de junio de 2022 y que le ha permitido mantener relaciones con la banca nacional colombiana, sigue con trabas para acceder a operaciones de compra y venta de divisas, productos en moneda extranjera, acceso a cupos de crédito, intermediación de transacciones de pago de importaciones y recaudo de exportaciones. “Los servicios mencionados anteriormente los tiene bloqueados”, asegura la empresa.

Lo anterior ha llevado a que Monómeros no tenga acceso a compra y venta de divisas con ninguna entidad financiera, para la compra de suministros, que en un 85 % corresponden a empresas del exterior, por lo tanto, continúa con sobrecostos en las transacciones de pago a los proveedores de materias primas a través de factoring, los cuales superan $1,5 millones al año. Al no poder negociar directamente con algunos productores, la empresa está obligada a comprar materias primas a través de traders, con el sobrecosto correspondiente, situaciones que han agravado su estado financiero.

La Confederación General del Trabajo de Colombia apela a que cualquier decisión que tomen los involucrados en el proceso tenga presentes a las miles de familias y centenares de trabajadores que dependen de la generación de empleo de Monómeros y de los insumos agrícolas que esta produce.

No es una decisión sencilla, por eso llamamos a que haya mucha prudencia en el manejo de la situación y, sobre todo, en garantizar el empleo de los trabajadores, dice el vicepresidente del gremio.

A juicio de Díez, todo lo que en este momento se haga con Monómeros de Venezuela genera incertidumbre en ambos países. “Uno podría decir que la medida de SuperSociedades puede favorecer en el entendido de que se pueda ejercer un control parcial o muy limitado, debido a la coyuntura que existe, pero esto va más allá de cualquier medida, por eso hemos hecho el llamado de que por encima de cualquier interés político, lo que se debe garantizar es la sostenibilidad de la empresa, de los empleos y todos los acuerdos convencionales que se tienen al interior de la compañía, así los trabajadores tendrán una garantía de que la empresa sobreviva en el tiempo y de que las coyunturas políticas se vayan atemperando”, indica.

Monómeros tiene en nómina a 555 empleados, pero en total genera unos 1500 empleos indirectos. La compañía enfrenta demandas laborales en la actualidad que llegan a 218, sobre esto la Superintendencia dijo: “El gran volumen de demandas de naturaleza laboral constituye un aspecto de relevancia que amerita una supervisión mayor, en la que por parte de la Sociedad se presenten los respectivos planes y programas de mejoramiento, tanto respecto del número de demandas laborales, como de los posibles efectos que pudieran tener las contingencias, en el evento en que los respectivos fallos resultaran desfavorables para la empresa”.

La CTG apunta que los empleados de Monómeros tienen buena calidad de vida dado los ingresos que perciben allí, debido a que, además de los salarios de ley, el sindicato tiene suscrita una convención colectiva con la empresa que tiene beneficios supralegales, que son un soporte importante: “Por eso es muy importante que esta empresa se estabilice, no solo por la situación actual, sino para que los trabajadores tengan certidumbre en el futuro”. 

La empresa ha incumplido algunas de las obligaciones que guardan relación con el Sistema de Autogestión del Riesgo de Lavado de Activos y Financiación del Terrorismo (Sagrlaft), por lo que la Superintendencia decidió que en unos meses reciba una visita para supervisar la implementación del Sagrlaft. Adicionalmente, “de manera preliminar”, se evidenció que la sociedad tampoco ha seguido las instrucciones relacionadas con la adopción del Programa de Transparencia y Ética Empresarial (PEE).

Otra de las irregularidades detectadas fue que la totalidad de las actas de la Junta Directiva de 2021, carecía de las firmas de quienes actuaron en cada una como presidente y secretario. Solo después de la inspección de la Superintendencia fue que Monómeros procedió a legalizar la totalidad de las actas, afirma la institución.

Fuente Crónica Uno

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