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Opinión

La caída del Maduro y su régimen Por Marlon Jiménez García

El Maduro y su régimen están, por acción y omisión, en una completa decadencia, en un declive constante y perseverante; sufre desde hace tiempo una pérdida progresiva de la fuerza o intensidad y su importancia para la sociedad es “nula absolutamente”. No hay espacios para recomponerse; su estructura gubernamental está colapsada porque hay ausencia absoluta de respuestas a los graves problemas de la sociedad que generan, simultáneamente, un rechazo apocalíptico a todo aquello que constituye la filosofía de acción de las ñángaras en el poder y también para los que simulen su apoyo, aunque éste parezca imperceptible. No existe motivación de ningún tipo por parte del Maduro y su régimen en buscar, ni siquiera en el ámbito coyuntural, una entrada de aire al ahogo que la población venezolana está sufriendo. En eso, los cubanos tienen un rol protagónico; todos sabemos que Maduro no ejecuta acciones sino cuenta con la APROBACIÓN del buró político del Partido Comunista Cubano y éstos, expertos en la materia, saben cómo actuar ante cualquier circunstancia, devenida ésta de la propia dinámica estructural que puede ocurrir en el país; tienen una experiencia, comprobada 100% de como “detener” cualquier movilización que ponga en jaque las políticas impuestas por ellos.

Resolver nuestros gravísimos problemas no es una cosa fácil; 22 años han transcurrido, al principio con euforia y emotividad esperanzadora por un cambio; por la construcción de un nuevo modelo en la relación Estado – Ciudadano; por una mayor Justicia Social; por un cambio político en democracia donde el ciudadano cada día tenga más libertad de acción, no solo en lo individual, sino en lo colectivo; donde  la sociedad sea más solidaria y que sea impermeable en efectos nocivos y brillen a perpetuidad los valores intrínsecos entre sociedad – hombre y familia. Lamentablemente, ocurrió todo lo contrario, se rompió lo más preciado de una sociedad, su núcleo vital, La Familia y el caos integral posterior es dantesco.

Todo fue planificado, los cubanos añoraban desde la llegada de Fidel al poder, que Venezuela tenía que ser parte de la fuerza revolucionaria y lo intentaron muchas veces para lograrlo, pero en cada intento fueron derrotados por la gloriosa y patriota FAN de la época. Nunca Fidel, a pesar de la derrota se sintió disminuido en sus intenciones primarias, hasta que llegó a su dominio la figura de un “payaso” revolucionario llamado Hugo Chávez Frías. Con este señor, comenzó la desgracia de nuestro país; comenzó a gestionarse de manera inteligente y estratégica la incorporación de Venezuela al eje comunista liderado por Fidel Castro. Maduro que, si era y es, ahora más que nunca, una “ficha” de los cubanos desde 1984, estaba en el “bulpen”; ya preparado por Fidel para asumir el poder y aprovechando la muerte de Chávez (aquí hay muchas dudas; solo el transcurrir de los años nos alumbrará la verdad) aprovechó para imponerlo en el poder y aquí tenemos los resultados: Venezuela convertida en otra Cuba (arrasada y miserable).

Todo esto nos lleva a una profunda y alertadora reflexión, ¿Qué vamos a hacer los que sentimos que, es urgente producir en nuestro país los cambios necesarios para salir del procubano Maduro? La respuesta inmediata e imperecedera es la caída de Maduro.

La caída del Maduro y de su régimen es evidente, solo tenemos que observar la actitud revanchista de muchos de quienes en otrora eran parte de ese mamotreto llamado PSUV; ellos se desmarcan sin ningún tipo de rubor moral y sienten públicamente la manera de cómo él burló el respaldo y la confianza que el “comandante eternamente enterrado” le dio cuando pidió en cadena nacional que lo eligieran presidente de Venezuela. Claro, es público y notorio que esos que critican al Maduro también son constructores del “fiasco histórico” más grande que ha tenido nuestro país y son corresponsables del desmadre estructural causado a la sociedad venezolana, entre muchos ellos, la mismísima familia Chávez; “patas” en el suelo y hoy encabezan la revista FORBES, sin haber realizado actividades empresariales y sin estudios conocidos. Ud. amigo lector, hágalo por prueba, meta en un “biombo” nombres de personas que conozca que hayan sido funcionarios de los gobiernos de Chávez y de Maduro y ponga una “mano inocente” que saque un nombre de allí y comprobará que, esa persona tiene un ritmo de vida totalmente distinto al que tenía antes de llegar al poder; es decir, de ser un pela bola, hoy, es un potentado de riqueza, pero mal concebida; por medio de actos ilícitos y no producto de su trabajo honesto.

En la caída del Maduro también tiene un rol estelarísimo la FANB; ¿Quién duda que el alto mando militar son los impulsores del fracaso del engendro y de su régimen? Ellos aceptaron de rodillas que los cubanos gobernaran el país y permitieron que el G2 cubano asumieran las riendas de la totalidad del gobierno. La FANB entregó a los cubanos la soberanía nacional, violando irresolutamente lo que están obligados a cumplir: la Constitución Nacional. Además, son protagonistas in situ de todo el espectro de corrupción que desfalcó las arcas del tesoro nacional y de las “mafias” (Maduro le ordena a su Fiscal combatir esas mafias y meterlos presos, caiga quien caiga. ¿Habrá cárcel pa’ tanta gente?) constituidas para el control de la gasolina, narcotráfico, oro, abigeato y que tiene al pueblo al borde de la muerte. Son los únicos que quieren evitar la caída del Maduro, pero su caída lamentablemente para ellos, es tarde. La traición a la patria del Maduro y de Padrino López, no tiene referentes en ninguna otra parte del mundo; entregaron la soberanía nacional, solo por intereses crematísticos, a grupos subversivos como ex FARC, ELN y grupos terroristas provenientes del medio oriente a través de la relación con Irán; que decir, de la relación putrefacta que se mantiene con RUSIA no solo en el campo económico, sino en el campo político- militar.

La caída del Maduro no tiene espera, está con luz incandescente brillando en todo el espacio nacional y su reflejo extrapola fronteras; las alarmas están encendidas en todas las organizaciones internaciones que tienen el poder de defender la democracia y las libertades en el universo. Venezuela está en la mira, el Maduro está en la mira, los militares de alto rango están en la mira, los miembros del PSUV están en la mira. Podrán salvarse de un paludismo, (por cierto, está en todo su esplendor en el país) pero no de los tribunales internacionales (ya la CPI ejecuta su papel de justicia, y solicita al Maduro que en tres meses debe dar aportes significativos a la investigación). Las mentiras, a las cuales nos tiene acostumbrado, en este juicio no tendrán cabida e inobjetablemente tendrá que dar la cara y asumir (aunque es un connotado cobarde) su responsabilidad en los asesinatos ocurridos y donde su protagonismo es inequívoco.

Sobre la caída del Maduro, la sociedad civil, política y económica está afinando las estrategias que apunten a ese objetivo puntual. No es fácil hacerlo, tienen todo el poder del Estado forajido que lo integra, tienen el poder de protección de una FANB desmedidamente corrupta y parcializada; pero no tiene respaldo popular. Hay muchas opciones para estimular su “caída de derecho”, se trabaja denodadamente en la aplicación del art. 72 CN, en el Referendo Revocatorio, éste se implementó justo en el momento preciso del llamado constitucional; se configuran elementos bien importantes para llevarlo a cabo y se cristalice su ejecución en el tiempo previsto; todo va a depender del aporte integral de los entes participantes en la denominada oposición; parece mentira, pero las mayores críticas a esta iniciativa nacen en ese entorno. No es un objetivo remoto, de expedito desarrollo y de éxito en el corto plazo. Elecciones libres y justas, es otra alternativa a plantear; ello depende de múltiples factores, todos ellos vinculantes a las negociaciones de México y a los actores internos y externos participantes de las mismas.

La caída del Maduro de hecho, se visualiza por la realidad del país y por la ausencia de un compromiso, en buscarle cambios a esa propia realidad que globalmente nos afecta a todos los venezolanos, sin distingo de género, de raza, de clase social, ni ideológico; a pesar de que ello se produce por el desmedido respaldo del régimen a la filosofía de vida del comunismo que no es otra cosa que: hambre, miseria y muerte. Dejemos de ser pasivos, ello nos conducirá, irremediablemente, a ser inútiles.

Profesor Universitario.

Marlons.jimenez55@gmail.com

@marjimgar

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