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Opinión

Luchar contra la miseria Por Marlon Jiménez García

Nadie pone en duda que las ideologías fueron diseñadas y desarrolladas en “buena fe”; en verdad, a pesar de que soy un consumado anticomunista, no me pasa por la cabeza por ejemplo que Marx y Engels, en su manifiesto comunista, hayan pensado en el bienestar de una sociedad bajo la consigna de reprimir las libertades y de estar en contra de lo que es el término democracia.

Quizás Marx, por sus propias condiciones de vida fue un “resentido social”, que lo fue y de a mucho; pero Engels era un tipo adinerado, conocedor de la importancia de la economía en su época; él quería era una repartición más igualitaria de la riqueza, pero buscó  e  ideó una manera incorrecta de la equidad y de la justicia social, atacando si se quiere su propia condición burguesa y que, por supuesto, la historia lo colocó en el lugar indeseado para él. Sin ninguna duda, los resultados de su “praxis” fueron nefastos (Limitó al máximo las libertades individuales y por antonomasia éstas a las colectivas) para el hombre y su vinculación social.

Igualmente, pienso que Thomas Hobbes, pensó de muy buena fe que, las libertades ciudadanas y el liberalismo económico como corriente ideológica, era la mejor manera de alcanzar  la equidad y la justicia social a través de la inmediatez del capitalismo como factor de “calidad de vida” para las personas y la sociedad en general. Con todo y sus errores, que los hay, el capitalismo ha sido exitoso en sus resultados (expande las libertades individuales y éstas automáticamente desarrollan las colectivas).

Pero éste mamotreto llamado socialismo del siglo XXI, hecho a la medida de la revolución cubana no funcionó, por muy buenas intenciones que se tengan (dudo que las hayan tenido) porque lo que hace es anestesiar las voluntades, al ocultar las verdades dolorosas con mentiras populistas. Por esa razón el comunismo está casi abolido en toda Europa. También está claro que Cuba es un fiasco de 63 años; hasta ahora.

Su propaganda funcionó en los tiempos de ausencia de las RRSS y se desmoronó con su presencia activa; el mundo comenzó a descubrir a finales del siglo XX la inmundicia (ni salud, ni educación) gubernamental realizada al pueblo cubano.

Esa propaganda, después de la caída de la URSS no justificaba ni lograban compensar la pobreza y el fracaso económico que mantuvo a esta isla y a su pueblo como miserables.

Imagínense éstas palabras de Fidel en 2010: “El modelo económico cubano no nos sirve ni a nosotros mismos”. Quizás donde es más evidente, donde se hace más patética la comparación es en las dos Alemanias, las dos Coreas, los dos Vietnam.

Alemania Oriental es una especie de rémora para la exitosa hermana occidental, como también han resultado ser los últimos países ex comunistas que se han incorporado a la Unión Europea y los que próximamente se incorporarán, con el conflicto bélico que el “carnicero del Volga” llevó a Ucrania.

China quiere vivir entre dos aguas, pero cada día las cifras de millonarios privados crecen como pan molido, ¡paradójico, verdad!.

En Venezuela, el USURPADOR PROCUBANO vive de desaciertos en desaciertos; éstos han destruido la economía y el aparato productivo, provocando el desarraigo de las familias y la emigración más grande vista en el continente, sobre todo de jóvenes y profesionales, la devaluación de la moneda y el empobrecimiento automático de la sociedad en general.

Éste Sr. Usurpador se jacta en cadena nacional todos los días, en defender a los pobres y sin embargo, los llevó a una etapa superior, a la miseria. Según cifras de la UCAB, la miseria llegó a cifras alarmantes del 75%, es decir, solo consumen Un (1) solo “plato de comida” con un 90% de carbohidratos y de ellos solo el 8,4% se beneficia de alguna de alguna misión o del CLAP.

Esta revolución incrementa adrede los niveles de miseria tan alto como sea posible; la gente en estas condiciones s más fácil de controlar y no va a luchar si se le está proveyendo lo mínimo para que sobre viva en la miseria, y para colmo se hacen llamar en todo el mundo como “progresistas”.   

No hay cosa que más ofenda a los defensores de la democracia, escuchar a un recalcitrante comunista llamarse progresista, y hablar de gobiernos progresistas cuando estos están en manos de corruptos y de personas inescrupulosas que violentan las libertades ciudadanas y que disponen de la CN de su país como un traje a la medida; y llaman de derecha a gobiernos liberales y de progreso, donde hay un avance significativo de desarrollo individual y colectivo.

Un buen momento para recordar: Hermano colombiano, no permitas que éstos “progresistas” te engañen.

Profesor Universitario

marjimgar54@hotmail.com

@marjimgar

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