Las organizaciones no gubernamentales (ONG) y otros grupos filantrópicos privados tienen cada vez más importancia, para ayudar con la crisis humanitaria de Venezuela.
A esta conclusión llegaron los tres paneles de diversos y destacados expertos, convocaron recientemente en Houston-USA, a través de un seminario web organizado por la Fundación Simón Bolívar.
Los panelistas del sector de desarrollo internacional y ayuda humanitaria señalaron, que si bien la pandemia de COVID-19 devastó América Latina, aumentando la pobreza en toda la región, el sufrimiento de Venezuela es dramáticamente peor debido al colapso económico en curso que precedió al brote de COVID-19.
La hiperinflación, un sector privado destrozado, la disminución de las reservas de divisas y el desempleo masivo estaban bien arraigados en el país antes de la pandemia.
Las familias venezolanas ahora dependen significativamente de las remesas, bonos, tigritos y no de los salarios, para satisfacer sus necesidades básicas.
El COVID-19 es una crisis dentro de la Emergencia Humanitaria Compleja de Venezuela. Catorce millones, de los 27 millones de ciudadanos del país, luchan ahora por satisfacer necesidades humanitarias básicas como la nutrición, la salud o la subsistencia económica.
En definitiva, el 95% de la población vive en la pobreza y casi el 70% de los venezolanos vive en la pobreza extrema.
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