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Opinión: Día del abogado, Por Gonzalo Oliveros Navarro



Barra Plural 927

Eso se celebra hoy en Venezuela, ayer veintidós se hizo en Colombia.

En nuestro país se hace bajo las condiciones más sorprendentes, pues la máxima instancia judicial del país está desconfigurada desde hace más de cuatro años cuando la Asamblea Nacional dejó sin efecto la designación decembrina del 2015 de su predecesora relativa a 13 magistrados principales y 30 suplentes por no cumplir estos los requisitos de ley.

Ocurre en una época en la cual -como en la Colombia pre independencia se hizo contra el abogado del prócer Antonio Nariño- se persigue penalmente a algunos de ellos por ejercer la representación que es ínsita a su ministerio.

Acontece en una etapa venezolana en la cual se designa una comisión para la restructuración de la justicia que preside quien no es abogado y desde sus posiciones políticas anuncia al país a través de la tv, a quien se perseguirá el día de hoy o mañana, con la certeza de que ocurrirá.

Mientras eso acontece en nuestra tierra de gracia, el Congreso de Colombia acaba de aprobar una reforma judicial preterida por más de 25 años, en la cual intervinieron buena parte de las fuerzas que hacen vida en esta nación lo cual, sin duda es una notable diferencia de lo que en Venezuela ocurrirá donde –nadie lo dude- la misma se discutirá en cenáculos gobierneros y estará dirigida a fortalecer a quienes ocupan hoy asiento en las instituciones caraqueñas.

Son casi 20 años de tormenta los que ha atravesado el ejercicio profesional de la abogacía en Venezuela.

En materia judicial, lejano –por no decir olvidado- es el tiempo de los concursos de oposición para ser jueces dado que ahora otras condiciones son las necesarias y quienes lo viven diariamente las conocen mejor que otros. Adicionalmente en desmedro de las universidades constituidas antes de 1999, se ha privilegiado en la institucionalidad la integración a esta de egresados de los centros creados por el chavismo gobernante estos 20 años, con todas las implicaciones que esto conlleva.

Estoy persuadido que es menester una reforma judicial y también lo estoy que quienes fueron designados para implementarla no son los más indicados para hacerlo, más lamentablemente esa es la Venezuela que actualmente vivimos, una donde carece absolutamente de valor el texto constitucional en el cual están previstas las líneas maestras para ello –así como para otras materias- pero que no habrán de cumplirse pues desde tiempo atrás decidieron que ella carecía de valor.

Ahora que el señor Arreaza declara en Moscú la disposición de quienes ocupan Miraflores de negociar en cualquier parte del mundo que se acordare todas las materias que se pongan sobre la mesa, bueno sería que dentro de los temas a tratar estuviere la re institucionalización del Poder Judicial. Mientras fuera del sistema se encuentren los Magistrados designados por la Asamblea Nacional en julio del 2017, lo que se haga en Venezuela en esa materia, serán palabras vacías.

Seguramente, dada la libertad de opinión en la cual creemos, alguno dentro de nuestra tierra creerá que es día de celebración. Otros, por el contrario, en cualquier parte del mundo donde nos encontremos, estimamos que es uno más de preocupación. En un país donde el sistema de justicia está sometido a las presiones que afectan al venezolano, no es momento de celebrar. Eso personalmente estimo.

Estoy orgulloso –más que nunca- de haber elegido esta profesión. A quienes conmigo la comparten, que este dia nos sirva para reflexionar su situación y sobretodo su futuro en Venezuela, de mantenerse el estado de cosas en que está actualmente.

Gonzalo Oliveros Navarro
@barraplural

www.caigaquiencaiga.net, no se hace responsable de las opiniones expresadas en este artículo, los cuales son de la entera responsabilidad de su autor.

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