Este domingo 17 de mayo de 2020, se celebra el Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia (Idahobit), para conmemorar la eliminación de la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Un hecho que tuvo lugar el 17 de mayo de 1990.
Proclama de Amnistía Internacional: amar derecho humano
El objetivo es el de coordinar las acciones para denunciar la discriminación del que son objeto las personas homosexuales, lesbianas, bisexuales y transexuales, y para hacer avanzar sus derechos en todo el mundo.
Sobre este hecho, la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, asegura ser consciente de que «el estigma y la discriminación es una cruda realidad para muchos homosexuales, bisexuales, transgénero e intersexuales. Y lo más desolador es que, al conmemorar el Día Idahobit, tengamos que lamentar que la pandemia de la COVID-19 haya empeorado las cosas».
«Las personas LGTBI a menudo están expuestas a estigma, discriminación y violencia incluso cuando buscan atención médica y, tal vez, lo más lamentable de todo, es que las padezcan dentro de sus familias y durante la cuarentena. En algunos lugares también están siendo tratados como chivos expiatorios de la propagación del virus», afirma Bachelet.
La comisionada insta a todos «a enfrentar el odio, a romper el silencio que rodea la discriminación y la violencia que sufren las personas LGTBI. Desarmemos las actitudes y los argumentos homófobos, transfóbicos y bifóbicos que tienen un efecto tan devastador en las vidas de tantos seres humanos en todo el mundo».
La oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha estado a la vanguardia en la promoción de la igualdad y el trato justo de las personas LGBTI, de lo que dice sentirse orgullosa.
No obstante, admite que están muy preocupados porque el estigma y la discriminación persisten, aunque reconocen que ha habido un considerable progreso en las últimas décadas, desde la descriminalización de las relaciones del mismo sexo, al matrimonio igualitario, pasando por la adopción de leyes que prohíben la discriminación homófoba y transfóbica.
Pero este progreso no es universal, reconoce Bachelet, ni tan poco es irreversible, como vemos actualmente.
Es por ello que llama «a unirse al esfuerzo común de luchar por los derechos de todos y de todas, incluyendo las personas LGTBI, en cualquier lugar del mundo».
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