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Opinión: La socialdemocracia emergente, Por Juan Villa Romero



Aunque no sea aceptado claramente como tal por el radicalismo de derecha, no cabe duda de que estamos asistiendo al ascenso de la socialdemocracia en Centro América y Latinoamérica.

Tanto Xiomara Castro, como Gabriel Boric, dan señales que los diferencian del populismo fraguado por los fallecidos ex presidentes Fidel Castro y Hugo Chávez.

Una nueva y renovada izquierda se incuba en el seno de Latinoamérica, que no quiere ser cómplice de regímenes autoritarios que violan derechos humanos e imponen culto personalista. Que no confunde distribución de riqueza con repartición de renta, ni creación de fortuna con el alza de los precios de un commodity, y que entiende la necesidad de crear capital con inversión genuina para que la distribución sea sostenible.

Esa nueva izquierda plural, dispuesta a denunciar los crímenes de Estado sin importar el carnet ideológico que muestre el régimen que los comete, está dando señales de su advenimiento a través del presidente electo de Chile Gabriel Boric y de la presidenta electa de Honduras Xiomara Castro.

El joven líder chileno que venció en las urnas el pasado 19 de diciembre de 2021, seguramente rechazará cualquier medida coercitiva extranjera hacia nuestro país o Nicaragua, pero no tartamudea al decir que ambos regímenes violan derechos humanos, cosa que nunca ha podido hacer el Correísmo, ni el MAS de Evo Morales.

Sobre el rumbo que tomará el gobierno de Xiomara Castro en Honduras, lo que parece revelador es que a su asunción del mando no hayan sido invitadas las máximas figuras de los regímenes autoritarios hegemónicos que imperan en Venezuela, Nicaragua y Cuba.

Además, el gobierno norteamericano da señales de confianza y apertura hacia liderazgos emergentes como la presidenta hondureña Xiomara Castro y el primer mandatario de Chile Gabriel Boric, apostando a que intentarán transitar un camino institucional y reformista que apruebe el esfuerzo privado, no implique modelos autoritarios de poder, ni culto personalista, ni economías estatistas que no sean sustentables.

En síntesis, va naciendo en medio de la crisis un social progresismo institucionalista, liberal y democrático con el cual podemos dialogar, negociar y entendernos.

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