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Opinión: La verdadera Revolución cubana Por Alberto Halabe

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En 1895, Winston Churchill viajó a la isla de Cuba junto con el ejército español para presenciar la independencia de dicha isla como parte del conflicto bélico que se estaba gestando entre Estados Unidos y España; Churchill contaba solo con 21 años de edad cuando conoció en ese viaje uno de los negocios más prósperos de la Historia, hasta ahora: el de los puros cubanos; es interesante también analizar esa relación de Churchill con el ejército español, misma con la que más adelante orquestaron la Guerra civil española.

Después de independizarse de España y de eliminar de este planeta al anti-imperialista José Marti, en Cuba ya era muy fácil establecer la producción y exportación de puros, mismos que fumó Churchill el resto de su vida; así, más adelante, permitieron que alguien como Fidel Castro gobernara en la isla cubana dictatorialmente, con la casi única condición de que la producción y exportación de puros cubanos, incluyendo puros de las marcas Cohiba y Romeo y Julieta, ésta última la preferida de Winston Churchill, no se afectara, independientemente si en algún momento se convertirían al socialismo, y ésta sería también la razón por la que muchos empresarios judíos de Cuba involucrados en el negocio de los puros hayan preferido no emigrar en su momento y mantener su Comunidad ahí.

De ser esta teoría conspiracional cierta, se explicaría muy bien el porqué varios conflictos bélicos que han ocurrido en  no han evolucionado cómo se esperaba, incluyendo a la misma revolución cubana que inició en 1953, a la invasión extranjera de la Bahía de cochinos en 1961, a la crisis de los misiles rusos en 1962 y a la instalación de la base militar americana en Guantánamo, lo más importante en Cuba, repito, era mantener la fabricación y exportación de sus puros intocables, hasta ahora.

Lo más trascendental para entender esta parte de la Historia tan interesante, la del comercio de puros cubanos, es el hecho de que Winston Churchill viajó nuevamente a Cuba, después de la Segunda Guerra Mundial, y casualmente justo 2 semanas antes de que declarara la guerra fría y la famosa cortina de hierro en Estados Unidos, el 5 de Marzo de 1946, por la invitación del Presidente de ese país, Harry S. Truman, al parecer, esa visita a Cuba fue para consolidar y proteger el comercio de puros tan lucrativo hasta nuestros tiempos, repito nuevamente; los verdaderos fumadores de puros, incluyendo a varios directivos de la Comunidad Judía de México, saben que los puros cubanos son inigualables.

De corroborarse racionalmente lo expuesto en el presente ensayo, de que en realidad toda la política existente en Cuba, incluyendo a los conflictos bélicos mencionados, a ese socialismo que permitió a una Comunidad Judía establecerse, y a la permanencia única en el Mundo de la dictadura de Fidel Castro, hayan sido primordialmente una fachada para mantener el comercio de puros internacionalmente, hasta Elias Canetti, también judío, autor de “Masa y Poder”, se hubiera quedado impresionado al analizarlo.

NOTA CULTURAL AGREGADA: Durante el Gobierno de Fidel Castro en Cuba permitían durante algunos días poder tomar refresco de cola con ron, como esos días eran libres para dicho evento, la bebida mencionada se nombró: cuba libre.

Alberto Halabe
Twitter: @DrAHalabe

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