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Opinión: Y Después no le echemos la culpa a Maduro, Por Iván Colmenares

Según el CNE en las elecciones regionales del 21N se escogerán 3.082 cargos. Hay inscritos 70.244 aspirantes, de los cuales 3.082 son del PSUV y sus aliados. Los restantes 67.162 son candidatos distintos a los del régimen, pero en su mayoría, están puestos allí para dividir, para cumplir con aquella famosa máxima de Maquiavelo, que practica con mucho éxito y con mucha plata, el madurismo. Maña que también, a pesar de sus debilidades, algunas figuras de la oposición utilizan para satisfacer sus caprichos y saciar sus odios.

Portuguesa no escapa de esa tristísima realidad. Por ahora hay inscritas entre otras, las candidaturas del PSUV y sus aliados, de la MUD, G5, o Plataforma Unitaria, Antonia Muñoz con PCV, UPP 89, MAS y Puente, José Ruiz Parra por Alianza Democrática, la Mesita de Avanzada, Cambiemos, Esperanza para el Cambio y las tarjetas alacraneadas, Simón Briceño, por Compa, Hermes Cortéz por Soluciones, entre otros, lo que indica, aunque la batalla no ha comenzado en forma, que el caballo de Agua Blanca cruzará la meta final, sin agotamiento y en carrera cómoda y veloz. Ya se comporta como tal. Tiene comisiones de enlace en la Gobernación. Todo el protocolo regional le acompaña en los actos en lo que antes era una irracionalidad castigada como peculado de uso, además de la utilización abusiva de los autobuses rojos. No hay que ser adivino para pronosticar tan lamentable resultado. Y aunque sus actos sean portátiles, la maquinaria roja aceitada con dólares y con chantaje prevalece ante la dispersión. Por ejemplo, el sábado 11 de septiembre, Primitivo Cedeño hizo su primer acto masivo de calle en Biscucuy. No llenó cuadra y media, aunque los drones, las tomas cerradas y el fotoshop intenten esconder la verdad, la comparación fue en tiempo real, porque Jóbito Villegas recibía el baño de afecto y compromiso de la mujer sucrense en una concentración que superó con amplio margen a la “tivera”.

La polarización que debe producirse en estos dos meses, pudiera conducir a las victorias que se han venido construyendo en algunos municipios y a consolidar la alicaída candidatura regional de la tarjeta de la manito.

Ello debe obligar a un barajeo pragmático con los que de verdad quieran impedir que el candidato del oficialismo corone el 21 de noviembre, para desgracia del pueblo portugueseño, que si hubiese organismos que de verdad exijan que se rindan cuentas, sobre todo por el aparataje de recursos que maneja esa opción que no puede salir de los esmirriados presupuestos de la Gobernación y de la Alcaldía, no tendría ni siquiera la posibilidad de ser candidato. Claro, estamos en un mundo bizarro. Todo al revés.

Lorenzo Piña después de plantear varias aspiraciones, ha propuesto la realización de encuestas o primarias, aunque abre mucho el abanico para la participación. El problema son los tiempos, porque algunos candidatos nuestros apenas están recibiendo su unción como tales, mientras hay otros que tienen más de cuatro años en campaña. Pero pudiera ponerse un plazo de un mes para llevar a cabo las mediciones de opinión pública que reduzcan los candidatos a alcaldes a uno solo, por lo menos en los ocho municipios focales de Portuguesa, donde se concentra el 80 por ciento del electorado regional, aunque como decía el siempre bien recordado Elías D´Onghia, siempre había que esperar que llegara la alcancía rural para cantar victoria. Municipios como Unda, Papelón, Santa Rosalía y Agua Blanca pudieran ayudar a cambiar el cuadro, aunque la insinceridad de algunos dirigentes regionales impidió por demagogia, decirle la verdad a sus cuadros municipales.

Los vientos que soplan en Ospino y Sucre están contagiando a Araure, Guanare, Guanarito aunque la unidad allí fue explosionada, aunque hay errores que se pueden corregir, Agua Blanca, Páez y Araure. Pero hay que quitarse el pañuelo de la nariz y enfrentar con hidalguía la posibilidad de derrotar al que se cree invencible. Revisar algunas candidaturas, mandar a la porra las diferencias y construir unidades con posibilidad de victoria. Ceder algunos territorios, porque gane quien gane tendrá que rendirle cuenta, no a los partidos, sino a sus electores, que están usando la última oportunidad que le dan a los políticos, antes del apocalipsis. Mucha gente quiere votar, pero para ganar y aunque Portuguesa ha sido difícil electoralmente, es por falta de trabajo y voluntad. Pero hoy el rechazo es tan grande a las gestiones, nacional, regional y municipales, que lo importante es salir de ellos.

La historia está llena de ejemplos. Hay que leer y aplicar esas experiencias sin tapujos. Lo demás es negocio político y por mampuesto, favorecen al régimen. 

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