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Opinión

¡Rápidos, furiosos o reírnos pa’ no llorar! Por José Aranguibel Carrasco

“Más vale ser vencido diciendo la verdad que triunfar por la mentira”

Mahatma Gandhi

En el Zulia la chispa, chanza y el oportuno chiste que nos caracteriza a lo nacidos en esta bendita tierra no ha tenido mejores momentos desde que llegó la Revolución del Siglo XXI, ofreciéndonos villas y castillos que al cabo de 23 años, la cosecha que nos toca recoger es reírnos pa’ no llorar, debido al agravamiento y desmejoramiento de los servicios públicos de competencia nacional. Uno de ellos, el eléctrico que en las últimas semanas no perdona horario o cuantas veces en el bolsillo sintamos sus corrientazos, llegados los bajones y la desaparición de la luz como por arte de magia 4, 5 o 6 horas, además de la doble o triple ración diaria de patria que cuando terminamos de renovar fuerzas físicas y dejamos de bostezar, nos llega otro similar o más largo que el primero. Ahora, lo mas cómico, chistoso, resultan ser las elucubraciones oficiales cuando los responsables son conocidos, pero inofensivos miembros respetables del reino animal, terroristas sin rostro que como llegan así desaparecen y nadie los ve o a las malas intenciones que el malvado imperio del Norte nos tiene jurado a los herederos de Bolívar.

Los zulianos, claro, quizá no tengamos seguramente el monopolio absoluto del chiste oportuno porque en eso de descargar la subida de la adrenalina diaria que nos produce el léxico oficial de la “administración de carga”, —traducida coloquialmente en bajones o apagones— nuestros hermanos orientales, andinos y llaneros también padecen la misma pesadilla, eso si, nunca igual a quienes vivimos de este lado del país, caracterizado, por ejemplo, en tener de vecino al Astro Rey que casi creo que nació aquí también y que en estos predios su acción lumínica y calórica si es del monopolio de nuestra gente que mitiga a fuerza de cepillados, agua —cuando hay—, jugos, batidos, mucho líquido o empinando el codo disfrutando el sabor refrescante de un oso, águila o el de una catira vestida de novia. Esas son las opciones nuestras, porque meterse debajo de la regadera esperando que te caiga agua que refresque el acalorado organismo es mucho pedirle a Hidrolago, la responsable en suministrarnos el agua de la vida que no llega en un estado, irónicamente, rodeado y lleno de ríos, embalses y de un lago más grande que la superficie del estado Aragua.

Vin Diesel, Michelle Rodríguez, Tyrese Gibson, Jordana Brewster, Dwayne Johnson y el desaparecido Paul Walker en el Zulia tienen ya a sus dobles.


La famosa serie Rápidos y Furiosos en esta tierra, donde nació el cine venezolano, tiene en cada zuliano o zuliana la personificación de cada uno de ellos por las circunstancias de escasez de gasolina, electricidad y agua. En las cercanías de las estaciones de servicio ya es una leyenda urbana, porque es común presenciar una especie de carrera —promovida por los vivitos de la película— entre desvelados, cansados y trasnochados conductores que raudos encienden y arrancan sus vehículos en una frenética carrera para llegar a otra cola y no perder los primeros lugares para surtir combustible. No se trata de cine de ficción si no de otra ironía que en el Zulia la revolución se ha encargado muy bien de hacerle honor al “Hecho en Socialismo” para jorobarnos más la vida. Esa es otra ironía del tamaño del Sol en el momento de querer abastecernos de gasolina en un estado petrolero donde el reventón del pozo El Barroso nos bañó de fama. Qué decir de madres, padres o cualquier miembro de la familia cuando repentinamente llega un bajón o fluctuación eléctrica, rápidos y furiosos salen de donde estén metidos o haciendo lo que estén haciendo a apagar el aire acondicionado, el ventilador o a desconectar la nevera, televisor o cualquier electrodoméstico antes que el mal servicio queme el bien familiar que la situación presupuestaria no permite reponer o en muchos casos ni siquiera mandar a reparar.

En el Zulia a diferencia de Caracas u otras regiones del país ha habido una especie de ensañamiento, no desde dos o tres semanas atrás, sino que en la tierra del Sol Amada los apagones, fluctuaciones y el mal servicio que ofrece Corpoelec lo venimos soportando desde el año 2009, cuando nació este calvario eléctrico de los apagones que, por ejemplo, ni Cadafe en época de la IV República maltrató tanto como ahora a los suscriptores de la Costa Oriental del Lago donde saben de lo que hablo. No hay excusas. Son ya trece años transcurridos, ni tampoco las culpas son achacables a sanciones gringas si no más bien a la desinversión del sector eléctrico, donde si bien el entonces presidente Hugo Chávez Frías dirigió cuantiosos recursos económicos a la reposición de equipos, expansión de redes y otras acciones para mejorar el servicio, no es menos cierto que por los desaguaderos de la corrupción fue a parar mucho de ese dinero a cuentas bancarias de funcionarios corruptos que hoy disfrutan de una dolce vita fuera de Venezuela. Otros en el Zulia con responsabilidades de gobierno muy recientes a punta de mentiras y engaños burlaron la confianza de la gente, afirmando que el problema eléctrico estaba trabajándose, pero como las mentiras tiene patas cortas al final del camino la gente les cobró la factura del engaño.

Por lo pronto, cierto es que un refrán dice que las esperanzas son las últimas que se pierden. En esa idea buena parte de la población zuliana centra su interés. El gobernador Manuel Rosales Guerrero, alcaldes, legisladores, concejales, sectores de la producción y mucha gente preocupada sabe que el problema es una papa caliente. No obstante, no desistir ni claudicar debe ser el objetivo principal y, además de exhortar al gobierno a responder por una competencia que le es de su responsabilidad constitucional, también deben permitirse otras soluciones que en nuestro caso, antes como aspirante y ahora como Gobernador en ejercicio, Rosales Guerrero ha asegurado que a través de la Corporación Andina de Fomento, CAF, está la superación del deterioro eléctrico del Zulia a mediano plazo. La CAF además de financiar costo de equipos, instalación y mantenimiento es una garantía seria por tratarse de un organismo multilateral de prestigio en el área subregional andina. Claro, también agazapados y escondidos no faltará uno que otro revolucionario que desmerite esta propuesta, pero no es de asombrarnos porque en eso anda más de un “opositor” con piedras en las manos dispuestos a apedrear esta iniciativa en bien de los zulianos.

José Aranguibel Carrasco
CNP-5003
22/3/2022

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