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Reportaje ¿Cuánto cuesta la atención domiciliaria de un paciente COVID-19 con déficit respiratorio?

Una semana de atención domiciliaria, entre gastos de recargar y alquiler de cilindros de oxígeno, enfermeras, médicos, exámenes y medicamentos equivale a un gasto promedio superior a los mil dólares

Tomado de El Carabobeño

Un mes ha pasado desde que Heriberto Osío, de 52 años, se contagió con COVID-19. Lo que inició como una gripe más derivó en el rápido deterioro de su sistema respiratorio, debido a una condición preexistente: ha sido fumador durante la mayor parte de su vida. Las complicaciones asociadas al coronavirus lo llevaron a hoy depender de dos cilindros de oxígeno al día para vivir.

Su hermana, Doris Osío, es quien se encarga diariamente de recargar ambos cilindros. Uno en la mañana y otro en la tarde. “En las condiciones en las que está mi hermano, que depende totalmente del oxígeno, lo ideal sería tener cuatro cilindros”, dijo Doris en entrevista con El Carabobeño. Pero el presupuesto no les alcanza para alquilar los dos adicionales.

En horas de la madrugada sale a recargar el primero, en el establecimiento ubicado en el sector La Candelaria, Valencia, donde paga 20 dólares por el llenado. Como después del mediodía ya el gas se ha acabado en ese lugar, le toca ir hasta la urbanización Las Palmeras, Naguanagua, donde también hay un punto de recarga.

(Foto: Kevin Arteaga González)

Uno de los cilindros es prestado y el otro, alquilado. Por ese último debe pagar 50 dólares semanales. Solo entre las dos recargas diarias y el alquiler de un solo cilindro son unos 330 dólares cada semana. “En unos sitios la recarga de la bombona llega a costar 30, 40 y hasta 50 dólares”, agregó Doris.

El drama

De lunes a viernes no se le hace tan difícil conseguir oxígeno, aseguró. Su verdadera peregrinación inicia cuando llega el fin de semana, ya que la mayoría de los centros de recarga y distribución se queda sin inventario o no trabaja. Para evitar la angustia, muchos optan por alquilar cilindros extra para el sábado y domingo, una opción que se escapa de las manos y el bolsillo de Doris.

Doris Osío. (Foto: Kevin Arteaga González)

“El domingo pasado fue bastante difícil conseguir oxígeno. Estuve desde las 11 de la mañana hasta las cuatro de la tarde esperando para una bombona”, sostuvo. “Toca peregrinar. Aunque sí se consigue, es una situación angustiante”.

Para evitar el trajín de recargar y alquilar cilindros, algunos optan por invertir en un concentrador de oxígeno, un equipo médico que por medio de la electricidad logra administrar a un paciente una mayor relación de dioxígeno por volumen,​ para compensar la deficiencia, en este caso a causa de la COVID-19, en la captación de este gas y aumentar la eficiencia de la respiración.

“Sí hemos pensado en un concentrador de oxígeno, pero son costosísimos. No he podido conseguir a alguien que me lo preste y los he visto en 500 y 600 dólares, y no contamos con esos recursos”, señaló al explicar que tiene otros gastos porque, por recomendación del médico, decidieron atender a su hermano en la casa y no llevarlo a un hospital.

Comenzaron pagando por una enfermera que se quedaba las 24 horas junto a Heriberto. Pero se les hizo insostenible. Ahora tienen a una enfermera que va en las mañanas únicamente a ponerle el tratamiento endovenoso y otra que va entre la tarde y la noche.

“La enfermera de la noche cobra 50 dólares y la que va a ponerle el tratamiento, 20 dólares. En total, son 70 dólares diarios. Es bastante fuerte”, detalló. Además, ambas solo aceptan divisas, no bolívares.

El médico tratante acude a la casa de Heriberto dos veces a la semana para hacer el seguimiento correspondiente a su estado de salud: los martes y jueves sin falta. Cada visita son 40 dólares.

A este punto, una semana de atención y cuidados domiciliarios a un paciente con COVID-19 representan un gasto promedio de 900 dólares, que se van en recarga y alquiler de cilindros, enfermeras y doctores.

(Foto: Kevin Arteaga González)

“Los exámenes también son carísimos, porque tienen que ir a tomarle la muestra a la casa. Esta semana pagamos 100 dólares por una serie de pruebas que son rutinarias”, expuso.

A esto se le suman los medicamentos, que no son menos costosos. Una ampolla de Remdesivir, por ejemplo, supera los 200  millones de bolívares (casi 100 dólares). “Ya él salió de la fase de antibióticos y está ahora en la de esteroides, para mejorar su sistema pulmonar”.

Para Doris y su familia no ha sido sencillo. Han logrado costear la atención de Heriberto vendiendo cosas de su patrimonio y a través de donaciones.

“Muchas gente nos ha ayudado gracias a Dios, pero una persona que no tenga debe irse a un hospital o un CDI a la buena de Dios, a rezar que lo atiendan y que haya medicamentos”.

Fuente: Por Kevin Arteaga González para El-carabobeno.com

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