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Ricardo Cusanno: En Junio Empresas perdieron un promedio de 200 mil dólares por Covid-19

Ricardo Cusanno, presidente de Fedecámaras, expresó que debido a las medidas de confinamiento por el coronavirus, durante el mes de junio, las empresas en Venezuela perdieron un promedio de 200 mil dólares.

Indicó que es necesario reestructurar las medidas de la cuarentena para evitar el quiebre de las compañías, ya que durante ese mes, 50 por ciento estaban totalmente cerradas.

“El promedio de afectación a cada empresa estaba por alrededor de los 200.000 dólares. Y digo promedio porque había empresas pequeñas y grandes, el 50% estaban totalmente cerradas. Detrás de cada uno de esos indicadores hay un drama social”, expresó este miércoles en entrevista con Unión Radio.

Posteriormente, se presentó en la Cumbre de la OIT: COVID-19 y el mundo del trabajo, Jornada de los líderes mundiales, donde presentó un documento en el que reitera que la crisis económica en el país, no es debido solo debido a la pandemia, sino también por el actual modelo político.

“Venezuela sufre los estragos no solo de la pandemia, sino de un modelo político, económico y social que ha desmantelado la institucionalidad democrática, cercenado la libre iniciativa y la propiedad privada y devastado el aparato productivo y las fuentes de empleo, con un gran deterioro en las condiciones de vida de los venezolanos”, afirma el discurso en la cumbre.

A continuación el discurso íntegro expuesto ante la OIT:

Fedecámaras celebra esta Cumbre Mundial sobre la COVID-19 y el mundo del trabajo para construir un futuro mejor. Se trata de un gran desafío y un reto aún más arduo para Venezuela, pues la enfermedad llegó en medio de la recesión económica más profunda de nuestra historia, con grave impacto humanitario.

A casi 4 meses del confinamiento, Venezuela sufre los estragos no solo de la pandemia, sino de un modelo político, económico y social que ha desmantelado la institucionalidad democrática, cercenado la libre iniciativa y la propiedad privada y devastado el aparato productivo y las fuentes de empleo, con un gran deterioro en las condiciones de vida de los venezolanos; situación agravada por el Coronavirus. No por casualidad hemos pasado a ser la economía más pequeña de Latinoamérica.

La diatriba política en el país ha obstaculizado el acceso a las fuentes financieras internacionales y la atención de los 4 pilares promovidos por la OIT ante la pandemia, dificultando la adecuada ayuda a las empresas y la preservación de los empleos. Asimismo, la precaria situación del sistema de salud y de la seguridad social compromete la vida de nuestra gente, de escalar la pandemia, como se espera según las estimaciones regionales.

Nuestro mensaje a los gobiernos, empleadores, trabajadores del mundo y organismos internacionales, se centra en el sentido de urgencia para la adopción de medidas que permitan detener de inmediato el cierre de empresas, el crecimiento del desempleo, la pobreza, la desigualdad y la violencia, exacerbadas en este complejo escenario mundial.

El mundo se ha volcado a la adopción de medidas tendientes a mitigar los efectos de la pandemia hacia lo interno de los países, pero se requiere que la comunidad internacional se avoque al rediseño de una estrategia global a largo plazo, con un propósito común de contribuir, fuera de los esquemas tradicionales, a que todos los países puedan adaptarse a los cambios que impone el nuevo mundo post-pandemia, para así poder entrar a una fase de desarrollo. Ello, debe ser el marco estratégico de la Agenda 2030.

El sector privado es factor clave para la recuperación y el sostenimiento del empleo. Los gobiernos deben concientizar la urgente necesidad de generar confianza para estimular la inversión, lo que exige fortalecer el marco institucional y democrático de los países.

Ante tanta incertidumbre sobre cómo será el mundo del trabajo post-pandemia, es vital ofrecer a todos los trabajadores, una mayor cobertura social y apoyo para su formación adecuada a las nuevas realidades y a la transformación digital, para lograr un aumento de la productividad y la mejora de sus condiciones de vida.

La contribución de los gobiernos al fortalecimiento del sistema financiero interno y una estrategia compartida de cooperación financiera internacional a las empresas y a los trabajadores, al igual que una flexibilización tributaria, constituirían base fundamental para un tránsito exitoso hacia la recuperación.

Es también indispensable facilitar las condiciones para la inserción de más puestos de trabajo bajo esquemas de flexibilización laboral, en sectores estratégicos como: manufactura, construcción, comercio y servicios, turismo y transporte, entre otros.

El mundo demanda a los gobiernos focalizar la agenda en la solución de la grave crisis sanitaria y económica que padecemos por encima de la confrontación política; al igual que resaltamos la importancia de cesar los ataques al sector empleador. En Venezuela lo decimos con propiedad. Aún se mantiene la inobservancia del Gobierno a los Convenios y Recomendaciones de la Comisión de Investigación de la OIT. Y, en cuanto a la emergencia económica y sanitaria, seguimos a la espera de respuestas a las múltiples propuestas formuladas por el sector privado.

Apostamos al diálogo social como pilar para mantener la actividad económica y renovar la confianza. Es la única forma de superar el enorme desafío que tenemos por delante, donde el sector privado y sus trabajadores constituyen, sin duda, parte de la solución.

FEDECAMARAS y las organizaciones de trabajadores independientes del país, suscribimos un Manifiesto Bipartito el 29 de mayo, comprometiéndonos a trabajar en una agenda conjunta para superar con rapidez la pandemia y poner en marcha un plan de reactivación y vuelta al trabajo de forma segura; mantener y aumentar los empleos; promover el trabajo decente y mejorar las condiciones de vida; fomentar la transición de la economía informal a la formal; y explorar fórmulas de financiamiento internacional; todo, en el marco del diálogo social. El Manifiesto es una expresión de consenso que resalta la necesidad de reformas estructurales para la reconstrucción del país, en un marco de trabajo decente y productivo, justicia social y respeto a los principios democráticos y los derechos humanos fundamentales.

Trabajemos unidos para construir un mejor futuro del trabajo. ¡Está en nuestras manos!

Caracas, 8 de julio de 2020

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