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Según TalCual Analistas: Propuesta de negociación de Guaidó es una brazada para mantenerse a flote

Para el politólogo Ricardo Sucre Heredia los cambios en la dinámica política que comenzaron a producirse a partir de las primeras conversaciones que sostuvieron los grupos minoritarios de la oposición venezolana (la mesita) con el gobierno en 2019, dejaron cada vez más desubicado al llamado G4 del cuadro político

Una brazada para mantenerse a flote. Así tildan expertos en materia política consultados por TalCual el planteamiento hecho por el presidente de la Asamblea Nacional (AN) electa en 2015, Juan Guaidó, de entablar nuevas negociaciones con el gobierno de Nicolás Maduro para lograr  un «acuerdo de salvación nacional», en el que se pondría como prioridad el establecimiento de un cronograma electoral «real» e incluso el posible levantamiento de las sanciones que han sido impuestas contra funcionarios de la cúpula oficialista, empresas y organismos del Estado.

Para el politólogo Ricardo Sucre Heredia los cambios en la dinámica política que comenzaron a producirse a partir de las primeras conversaciones que sostuvieron los grupos minoritarios de la oposición venezolana (la mesita) con el gobierno en 2019, dejaron cada vez más desubicado al llamado G4 del cuadro político.

«Pienso que el G4 hizo un análisis y se dio cuenta que en la política se mueven cosas, incluso dentro de los mismos partidos», dice. Con esa tesis, Sucre Heredia infiere que la oposición liderada por Guaidó -quien es reconocido por parte importante de la comunidad internacional como presidente encargado de la nación-, vio necesario entrar de nuevo en el juego político.

A su juicio, la negociación, que según Guaidó, contemplaría también el otorgamiento de garantías para todos los actores políticos, es un revés al discurso mantenido desde 2019 respecto a que la crisis venezolana solo se solucionaría con la salida de Maduro.

El politólogo subraya que con el anuncio hecho por Guaidó este 12 de mayo, todo el discurso que construyó la estructura de la fuerza política se desploma, pues todo lo que en algún momento satanizaron y aseveraron que no se podía hacer ahora lo hacen. En este sentido, recalca que la apuesta que tenía la oposición de esperar el supuesto quiebre que impulsaría la salida del poder de Maduro, lejos de sumarles puntos, alejó a su público.

«Guaidó entra derrotado a este juego político», dice, lapidario, Ricardo Sucre Heredia, pues aunque recuerda que Nicolás Maduro aceptó la entrada del G4 a la arena política «les dijo que entrarían como uno más». Afirma que si hace dos años, cuando Guaidó tenía mayor apoyo en el país, hubiera puesto la propuesta sobre la mesa posiblemente sería el líder político nacional.

«Se ensañaron en una estrategia de leer unos textos que interpretaron mal y se quedaron en una especie de conducto político, y la realidad no opera así. Faltó sentido político», agrega.

Apoyo moral de cara a la negociación

Mientras que por un lado el presidente de la AN del 2015, Juan Guaidó, aseveró el miércoles 12 de mayo que la fuerza política está lista para negociar y afirmó que el pueblo venezolano no quiere otro proceso fallido, sino un acuerdo en el que se ponga como prioridad la salvación de la nación, el diputado Freddy Guevara confesó que la fuerza política está consciente de no estar en las condiciones para exigir lo mismo que en 2019.

Tras las recientes declaraciones de los dirigentes opositores, el doctor en ciencias políticas Carlos Raúl Hernández afirma que el presidente del Parlamento electo en 2015 «va de rodillas» a hablar con el régimen de Nicolás Maduro porque no tiene fuerzas para negociar. Lamenta que este sector de la oposición no haya sido capaz de negociar cuando era el momento.

Sostiene que se pretende ir a dialogar en las peores condiciones: con una representación destruida y fragmentada. Hernández destaca que el único apoyo, y muy limitado, que tiene la oposición actualmente son las sanciones. Al igual que Ricardo Sucre Heredia, enfatiza que si esa negociación se hubiera puesto sobre la mesa en 2019 el país estuviera en circunstancias distintas.

Subraya que la maquinaria política siempre ha estado vinculada a los mecanismos de poder. Recalca que la abstención lo único que hizo fue lanzar a la miseria a unas 40.000 ó 50.000 personas que vivían alrededor de la política y ahora la gente quiere volver a sus espacios.

Asevera que la oposición liderada por Juan Guaidó quedó devaluada porque no han dejado de contradecirse.

Para Carlos Raúl Hernández, las aseveraciones de Freddy Guevara, quien dijo que están dadas las condiciones para intentar dialogar con el régimen de Maduro, son una manifestación más del sector.

«Buscan silbar en la oscuridad, no tienen nada. Van en una noche sin luz y para darse valor hacen esas entonaciones, pero te repito no tiene valor porque lo que tuvieron por un tiempo fueron las sanciones y ya están en un proceso de regreso porque Estados Unidos y Europa entendieron que no sirven para nada», agrega.

A su juicio, con la negociación la oposición liderada por Guaidó busca una forma de «medianamente sobrevivir».

Sobre la participación que ha tenido Guevara en los últimos días, Ricardo Sucre Heredia, cree que ha sido para completar el discurso de Guaidó. No cree que haya mayores diferencias entre su discurso y el del jefe del Parlamento porque, de por sí, el G4 se ha ido quedando con el avanzar del tiempo. Reitera que por más que el G4 se jacte de que procurará que las sanciones sean levantadas, no entra victorioso al diálogo.

Sucre Heredia completa su tesis afirmando que la oposición del G4 ahora busca justificar ante su público por qué hace lo que hasta poco tiempo atrás señalaba como prohibido. «Tienen que comenzar a explicar por qué hay que conversar. Tienen que cubrirlo bien en todo el aparato comunicacional del que disponen».

Fuente Talcual

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