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Testimonio: Paul Martucci, el joven trans que lucha por un banco de hormonas en Venezuela

Cuando Paul Martucci entregó las dos primeras ampollas de enantato de testosterona sudó, sonrió y lloró a la vez. Pionero en la creación de un banco de hormonas para hombres trans, hasta ahora inexistente en Venezuela, ha dado respuestas a 15 jóvenes transgénero que no cuentan con $300 para acceder a un tratamiento asistido por un médico endocrino. 

Reconoce que su emprendimiento no es sostenible sin apoyo oficial, pero no claudica en el empeño porque la lucha por sus compañeros también es la suya: es un chico trans y a sus 34 años no ha logrado la transición, pese a que siempre se sintió diferente. La falta de recursos económicos le ha negado el derecho a reafirmar su identidad auto percibida.

En medio del confinamiento por el COVID-19, Martucci ideó la plataforma digital Transcendiendo fronteras. Atrapado en la isla de Margarita, aprovechó la potencialidad de Facebook y creó una página, cuyo perfil le sirvió, además, para conformar 4 grupos de WhatsApp y organizar un blog. Así, poco a poco, pudo acercarse a quienes, como él, sufren en Venezuela por la falta de aplicación de terapias hormonales para reafirmar la identidad de género.

Por muchas cosas tuvimos que suspender el tratamiento. Entonces, entendimos que había una necesidad de encontrarnos, de expresarnos y de buscar alternativas

Paul Martucci

“Descubrí que no era yo solo el de la carencia; había muchos compañeros que tuvieron que parar su tratamiento hormonal durante la pandemia porque no había médicos, todo estaba cerrado. No había trabajo, no teníamos dinero. Por muchas cosas tuvimos que suspender el tratamiento. Entonces, entendimos que había una necesidad de encontrarnos, de expresarnos y de buscar alternativas”, contó a El Pitazo en una entrevista sostenida por vía telefónica.

El proyecto en medio de la cuarentena

A un año de la pandemia, y de vuelta a su Caracas natal, Martucci sigue adelante con Transcendiendo Fronteras, que ya no es solo una ventana para expresarse. Ahora se perfila como un medio de reconocimiento de la comunidad transgénero de Venezuela: a través del perfil de Facebook y de los grupos de WhatsApp, decenas de jóvenes se dan apoyo mutuo y logran contención emocional, relató.

A la par de brindar espacios de apoyo, responder preguntas y dudas, y de generar motivación, Paul Martucci gesta el banco de hormonas, iniciativa que ya ha dado los primeros pasos. El proyecto, en el que suman también las energías a tiempo completo de Ángel y Alejandro, y de dos voluntarios a destajo, consiste en que muchas personas donen dinero para la compra y distribución gratuita de hormonas masculinas entre la comunidad trans de Venezuela.

Según Martucci, el proyecto ya ha distribuido 40 dosis de enantato de testosterona entre 15 compañeros de 12 estados de Venezuela. “No es mucho, pero es un orgullo haberle dado dos ampollas a cada compañero que las necesitaba, porque aparte de cubrir una necesidad, brindamos esperanza, subimos la autoestima, y le enviamos el mensaje a esa persona de que es un ser valioso y que estamos allí para apoyar su proceso de transición”, cuenta con satisfacción.   

El banco de hormonas que impulsa Martucci es un apoyo. En ningún caso le garantiza tratamiento mensual al usuario. “Por ahora, no hemos recolectado dinero suficiente para asumir la terapia completa de 15 personas, que son las asistidas hasta este momento”.

En Venezuela, el sistema público de salud no brinda la opción de distribución de hormonas masculinas. En las farmacias no se consiguen. La oportunidad la brinda algunos gimnasios, que las importan y las ofertan a $60 el empaque de 10 ampollas. Este fármaco androgénico y esteroide anabólico también es usado por los fisicoculturistas. Martucci indica que, en sus casos, las dosis se aplican cada 21 días, por lo que una caja te alcanza para siete meses. 

“La terapia puede ser de por vida o hasta que la persona lo decida, es un asunto muy personal. Para 14 meses, el tratamiento sale en $160”, explica.

Acceder a una salud especializada en personas trans es un sueño lejano

Paul Martucci

Un grupo que crece

En la base de datos del banco de hormonas se han registrados, a la fecha, 28 chicos transgénero de 10 estados de Venezuela, quienes alegan que no pueden acceder al tratamiento por insolvencia económica, la cual se acentúa, de acuerdo con Martucci, por una discriminación negadora de oportunidades laborales y de apoyo para emprender con un algún negocio propio. 

Para ser un hombre transgénero no es obligatorio utilizar testosterona. Martucci aclara que ese proceso es muy personal y que todo depende de cada quien, de cómo se visualiza y de la identidad que se quiere construir. “Hay personas trans que deciden no utilizar hormonas, y es muy importante investigar las diferentes alternativas que existen para quienes optan por una transición sin testosterona”.

No es mucho, pero es un orgullo haberle dado dos ampollas a cada compañero que las necesitaba, porque aparte de cubrir una necesidad, brindamos esperanza, subimos la autoestima, y le enviamos el mensaje a esa persona de que es un ser valioso

La lucha de Paul Martucci no acaba con el banco de hormonas, que considera un proyecto en construcción. También se orienta a denunciar la invisibilidad de la comunidad trans en el sistema de salud venezolano. “Acceder a una salud especializada en personas trans es un sueño lejano”, afirma. En el blog Transcendiendo fronteras destaca una encuesta que revela que 82% de los chicos pretestosterona no ha conseguido tener acceso a la terapia de reemplazo hormonal por falta de endocrinos sensibilizados con sus requerimientos.

No es mucho, pero es un orgullo haberle dado dos ampollas a cada compañero que las necesitaba, porque aparte de cubrir una necesidad, brindamos esperanza, subimos la autoestima, y le enviamos el mensaje a esa persona de que es un ser valioso

Paul Martucci

Para apoyar el banco de hormonas para hombres trans, Martucci declara que los interesados pueden comunicarse a través de las cuentas @Transcendiendof en Instagram y Transcendiendo.fronteras.9 en Facebook, @Transcendiendof en Twitter, y del correo electrónico tracendiendofronteras@gmail.com

Tomado El pitazo

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