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The New Herald recuerda: Los mataron por estar en el lugar y momento equivocados en un tiroteo de película ¿Quién apretó el gatillo?

Tres años después de que un atraco a una joyería en Coral Gables condujera al secuestro de un camión de UPS, a una persecución interestatal a gran velocidad y a un caótico tiroteo con la policía en una intersección abarrotada del Condado Broward que dejó muertos a dos atracadores y a dos hombres inocentes, aún queda por responder una pregunta central: ¿Quién disparó las balas que mataron a Frank Ordóñez, un conductor de UPS secuestrado, y a Rick Cutshaw, conductor de un auto cercano?

La agencia investigadora principal, la Policía Estatal de la Florida (FDLE), sigue negándose a revelar los detalles de sus conclusiones sobre un tiroteo que se desarrolló como una película en las pantallas de televisión del sur de la Florida

. La dependencia solo ha dicho que completó su investigación en el verano de 2021 y que pasó la información a la Fiscalía Estatal de Broward. Esta semana, el fiscal de Broward dijo que la información solicitada por el Miami Herald y otros medios de comunicación –desde los reportes de los incidentes hasta las llamadas al 911, pasando por los memorandos de cierre y las declaraciones de decenas de testigos– están exentos de registro público hasta que la investigación esté oficialmente completa.

“El fiscal ha estado en contacto con las familias de las víctimas fallecidas”, dijo Paula McMahon, portavoz del fiscal estatal de Broward.

Ella refirió la mayoría de las preguntas sobre el tiroteo a una respuesta de la oficina en septiembre de 2021, cuando los fiscales dijeron que estaban revisando las declaraciones y las pruebas y “anticipan que esta revisión tomará algún tiempo”.

Y a pesar de los reportes de que se convocaría a un jurado de instrucción si los fiscales encuentran causa probable para una acusación, no está claro si eso ha sucedido o si sigue siendo el plan.

El agujero negro de información no sienta bien a los familiares de Ordóñez o Cutshaw, que fueron asesinados ese día por estar simplemente en el lugar y el momento equivocados. Ordóñez, de 27 años, estaba haciendo una entrega rutinaria en su camión de UPS en Coral Gables cuando fue secuestrado a punta de pistola. Cutshaw, de 70 años, simplemente estaba atascado en el tráfico en un cruce muy concurrido durante la hora pico.

Frank Ordóñez, conductor del camión de UPS que fue secuestrado el jueves, murió en la persecución y el tiroteo que siguió. Facebook
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Tres años después del tiroteo, los miembros de las familias dicen que las fuerzas del orden todavía no han explicado porqué la policía abrió fuego en la intersección, o incluso quién disparó primero. Siguen sin saber quién hizo los disparos que acabaron con la vida de sus seres queridos. Y no les han dicho cuántas balas atravesaron los cuerpos de Ordóñez y Cutshaw.

“Supongo que es cualquiera de las etapas del duelo en este momento, porque ya ha pasado la frustración”, dijo el hermano de Cutshaw, Tom Cutshaw, desde su casa de Mount Dora.

“Sé que tenían las respuestas a las preguntas, incluso hace un par de años”.

Un robo a mano armada de una joyería Miracle Mile en Coral Gables, FL, se convirtió en una situación de rehenes después de que los sospechosos robaron un camión UPS. La persecución policial terminó en un tiroteo con cuatro muertos. POR VIDEO DADO AL MIAMI HERALD.

ROBO DE JOYAS Y TIROTEO

Los eventos que llevaron a la muerte de los dos hombres comenzaron durante una tarde relativamente clara y fresca del 6 de diciembre de 2019, cuando un par de ex convictos de 41 años llamados Lamar Alexander y Ronnie Jerome Hill entraron en Regents Jewelers en 386 Miracle Mile en Coral Gables, vestidos como mensajeros. Uno llevaba una máscara de color carne y una gorra del Servicio Postal de Estados Unidos. Ambos tenían armas de gran potencia. Abrieron fuego casi de inmediato y una bala rebotó en el suelo e impactó en la cabeza de una empleada. Ella sobrevivió.

Pero las balas volaron en ambos sentidos después de que el propietario tomara un arma. La batalla continuó afuera de la tienda cuando los dos hombres subieron a un camión que estacionaron en un callejón. Durante el tiroteo, una bala de una de las armas cruzó LeJeune Road y atravesó una ventana de la oficina del secretario del Ayuntamiento de Coral Gables. Afortunadamente, nadie de los presentes resultó herido.

Con decenas de miles de dólares en efectivo y joyas en su poder, los hombres se dirigieron a Southwest Eighth Street en Coral Gables y abandonaron el camión. Allí vieron a Ordóñez, padre de dos niñas, haciendo una entrega rutinaria en su camión de UPS. Tomaron el vehículo a punta de pistola. Con la policía de Gables siguiéndoles, los helicópteros y otras fuerzas del orden se unieron a la persecución por la Interestatal 75. Disparando a la policía a lo largo de la autopista, el camión se dirigió al Condado Broward, quedando finalmente atascado en el tráfico en la concurrida intersección de Miramar Parkway y Flamingo roads.

Entonces se desató el infierno.

Con docenas de coches atrapados en un laberinto de tráfico, estalló un furioso tiroteo entre 19 agentes de policía de al menos tres dependencias y los dos ladrones. La policía avanzó sigilosamente por la abarrotada vía, y los agentes se protegieron de los disparos detrás de los coches atascados en el tráfico. Los conductores, desconcertados y en peligro, no tenían ni idea de lo que estaba ocurriendo.

Cuando terminó, Hill y Alexander, que habían intercambiado más de 200 disparos con la policía, estaban muertos. Pero también lo estaba Ordóñez, que en un momento dado salió del camión de UPS a la calle. También murió un trabajador sindicalista local “tranquilo y sin pretensiones” de 70 años llamado Rick Cutshaw, que estaba sentado en su coche y se dirigía a su casa cuando comenzó el tiroteo.

Rick Cutshaw, de 70 años, murió en el tiroteo entre policías y ladrones en el tráfico de Miramar el jueves. Era un representante sindical de Pembroke Pines.

“Era simplemente una persona alegre”, dijo el representante del sindicato y ex alcalde de Coral Gables Don Slesnick. “Odio pensar en esto, pero en el mismo momento en que las balas impactaron, Rick probablemente estaba sonriendo y escuchando la radio. Ese era Rick”.

AÑOS DESPUÉS, AÚN NO HAY RESPUESTAS

Desde el principio, las respuestas fueron difíciles de obtener. Con el paso de los meses, los miembros de la familia, frustrados, presentaron una demanda por homicidio involuntario ante un tribunal civil. Argumentaron que seis organismos policiales –la Policía de Miami-Dade, la Patrulla de Carreteras de la Florida, y las Policías de Broward, Miramar, Pembroke Pines y Doral– fueron negligentes en sus acciones y responsables de la muerte de sus seres queridos. Los abogados presentaron un testigo que afirmaba que la policía había hecho el primer disparo.

Pero a principios de este año la demanda fue desestimada por el juez del Tribunal de Circuito de Broward Keathan B. Frink. El juez determinó que la policía no podía ser considerada responsable de sus acciones porque estaba protegida por la inmunidad soberana, un principio que se remonta al derecho consuetudinario inglés y que impide en gran medida que los gobiernos sean demandados sin su consentimiento. En un momento dado se refirió a la situación como un “escenario de elección de Hobson”, dejando a la policía en la precaria posición de no tener ninguna buena opción.

“Como resultado, los demandados tienen derecho a la inmunidad soberana porque se vieron obligados a tomar una decisión ejecutiva que ha sido descrita como un acto discrecional”, escribió Frink.

Cuando el abogado de la familia Ordóñez, Michael Haggard, presentó la demanda a finales de 2020, calificó las acciones policiales de “pura imprudencia”.

“No hubo ninguna estrategia táctica”, dijo Haggard en ese momento.

“Intentaron encajonar a dos secuestradores y usaron a civiles como escudos humanos. Entraron disparando sin tener en cuenta la vida humana”.

Un oficial de policía sostiene la cinta de precaución en la escena de un tiroteo entre ladrones en un camión de entrega de UPS y la policía en Flamingo Road y Miramar Parkway en Miramar el 5 de diciembre de 2019. Cuatro personas murieron, incluidos los ladrones, un conductor de UPS que fue tomado como rehén y un automovilista cercano. CHARLES TRAINOR JR ctrainor@miamiherald.com

LA MUERTE DEL HIJO ES DEMASIADO DURA

La semana pasada, recordando la pérdida de su hermano, Tom Cutshaw dijo que vio cómo se desarrollaban los acontecimientos de aquel trágico día en la televisión, pero que no fue consciente de que su hermano había sido asesinado hasta que le informó un amigo cercano de su hermano al día siguiente.

“Usaban los coches como escudos mientras gastaban cargadores. Lo vi en la televisión y solo negué con la cabeza. A la mañana siguiente, el amigo de Rick me llamó y me dijo que era Rick”, dijo.

Tom Cutshaw dijo que su familia dudó en hablar de la muerte de su hermano durante el primer año porque temían que la matriarca de la familia, de 100 años, sufriera. Así que durante casi un año, los miembros de la familia no le dijeron a Evelyn Cutshaw que su hijo había sido asesinado.

Cuando finalmente lo hicieron, su salud empeoró casi de inmediato, dijo Tom Cutshaw. Evelyn Cutshaw murió en diciembre de 2020.

“Para ser honesto”, dijo Tom Cutshaw, “no sé qué querría para la resolución. Todo el asunto fue simplemente trágico”.

Con información de ENH

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