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Triunfa Ron DeSantis, tras juez desestimar regulaciones de los CDC para cruceros

Se anota rotunda victoria

Un juez federal desestimó el viernes las reglas de seguridad de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) para las compañías de cruceros que operan en la Florida durante la pandemia del COVID-19, lo que es una rotunda victoria para el gobernador Ron DeSantis.

En una decisión de 124 páginas, el juez de Distrito Steven Merryday, del Distrito Central de la Florida, escribió que “la orden condicional de viaje” de la agencia —el marco de regulaciones donde se dicta la forma en que los cruceros pueden volver a funcionar en Estados Unidos durante la pandemia del COVID-19— puede continuar en vigor para los cruceros de la Florida solo hasta el 18 de julio, lo que garantiza la solicitud de DeSantis que buscaba una orden preliminar mientras todo el caso se discute más.

El gobernador de Florida, Ron DeSantis, anunció el jueves que está demandando a los CDC en un esfuerzo por reiniciar los cruceros de inmediato. Los expertos legales lo llaman un truco político. BY THE FLORIDA CHANNEL

Después del 18 de julio, las reglas de seguridad se convertirán en recomendaciones no vinculantes para las compañías de cruceros, del mismo que lo son para otras industrias. Los CDC tiene hasta el 2 de julio para proponer a la corte un conjunto de regulaciones más limitado.

La decisión tiene lugar en momentos en que el barco de Royal Caribbean International, Freedom of the Seas, tiene previsto llevar a cabo este domingo el primer crucero de prueba desde PortMiami, bajo el plan de los CDC. El primer barco con pasajeros que han pagado su pasaje, el Celebrity Edge, de Celebrity Cruises, tiene fijado zarpar de Port Everglades el 26 de junio. Desde marzo de 2020, ningún barco crucero con pasajeros ha zarpado de un puerto de Estados Unidos.

“La decisión de hoy es un triunfo para los esforzados floridanos cuyos sustentos dependen de la industria de los cruceros”, dijo en un comunicado, la procuradora general de la Florida, Ashley Moody. “El gobierno federal no debe, ni nunca debería, tener la autoridad para cerrar toda una industria indefinidamente”.

En un comunicado a los medios de prensa, DeSantis dijo que “los CDC han estado equivocado todo el tiempo, y lo saben”. Calificando la decisión del juez como “una victoria para las familias de la Florida”, el gobernador dijo que las regulaciones de la agencia eran una reacción sumamente exagerada del gobierno federal.

En octubre, el CDC publicó su orden condicional de viaje, y señaló cuatro fases para que los cruceros volvieran a viajar en medio de la pandemia. Primero, las compañías tenían que ampliar la capacidad de hacer pruebas para detectar el COVID-19 en sus barcos y reportar semanalmente los resultados de los exámenes hechos a la tripulación.

La agencia esperó cinco meses para emitir instrucciones para la segunda fase, donde les exigía a las compañías asegurar los acuerdos con los puertos y las autoridades locales de salud en las ciudades estadounidenses que planeaban visitar. En las fases finales, los CDC le daba a las compañías dos opciones para regresar a trabajar: los barcos que tuvieran el 98 por ciento de su tripulación y el 95 por ciento de sus pasajeros vacunados podían recomenzar los viajes sin hacer pruebas, mientras los demás debían hacer un viaje de prueba de dos días para asegurar otros protocolos del COVID-19 y evitar nuevos brotes.

Frustrado por la larga demora, DeSantis demandó al CDC el 8 de abril, argumentando que las compañías de cruceros deberían comenzar de inmediato a realizar viajes, sin ninguna supervisión de los CDC. Según la demanda estatal de DeSantis, la agencia trataba injustamente a la industria de cruceros al prohibirle trabajar desde marzo de 2020 y de este modo, impedía que la Florida cobrara importantes ingresos fiscales. Por su parte, los CDC argumentaron que tenían toda la autoridad para proteger la salud del público, y regular el negocio de los cruceros.

En la decisión del viernes, que se aplica únicamente a los cruceros que parten de la Florida, el juez Merryday determinó que los CDC no justificaron de forma suficiente la necesidad para sus regulaciones sobre la seguridad en los cruceros, y que la Florida tenía la autoridad para demandar a los CDC en primer lugar debido al “daño económico” que, en parte, las regulaciones le causaron al estado.

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Las regulaciones en la orden condicional para zarpar que le exigen a las compañías de cruceros reportar los casos de COVID-19 al CDC están dentro de la autoridad de la agencia, de acuerdo con la decisión de Merryday. Otras regulaciones —como un requerimiento de que los barcos tengan laboratorios para hacer pruebas de COVID-19, nuevos sistemas de ventilación y umbrales de evacuación— no lo están.

Merryday dijo que el argumento que sustentan los CDC para cerrar un crucero debido a la transmisión de COVID-19, “es algo sin precedentes, y singularmente autoritario”, y lo compara con un cierre hipotético del practicar el coito en todo el país para evitar la propagación del sida.

Caitlin Shockey, portavoz de los CDC, dijo que la agencia no tiene como política comentar los litigios que enfrenta.

Lea este artículo en inglés en el Miami Herald.

Traducción de Jorge Posada

Fuente El Nuevo Herald de Miami

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