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Opinión

¿Y todavía nos quedará algo? Opinión por Ender Arenas Barrios

Bancamiga

Al principio escaseó la comida y el desempleo aumentó, la gente que estaba entusiasmada con Chávez gritaba emocionada, acompañando al comandante: “Con hambre y sin empleo con Chávez me resteo”.

Un tiempo después faltó el agua y la gente todavía con entusiasmo gritaba:”Con hambre, sin agua y sin empleo con Chávez me resteo”.

En 2009, hizo crisis la electricidad, que se fue agravando paulatinamente. Ese año se pudo conocer que la cojera de Chávez se debía a un tumor maligno. Chávez, entonces, tenía mas pasado que futuro y la gente, menos gente, con menos gritos y mucha menos emoción gritaba: “Con hambre, sin agua, sin electricidad y sin empleo con Chávez me resteo”.

Así llegamos a 2013, y de manera firme, plena y absoluta como la luna llena, Chávez… se murió. Todavía, antes de morir, no contento con lo que había deshecho dejó encargado a Nicolás Maduro.

A lo largo de ese año y los siguiente, faltaron otras cosas, muchas cosas: un hueco demográfico de 4 millones y medio de venezolanos que se llevaron a otros países la miseria que ya aquí tenían, siguió la escasez de la comida, de las medicinas, del agua por supuesto, la CANTV ya no funcionaba, SIDOR empezaba a producir 0 toneladas de acero y al sucumbir Pdvsa se produjo algo impensado: faltó la gasolina.

Todavía se albergaba cierto sentimiento por Chávez y la gente, mucho menos, pero suficiente para armar una gritería, gritó: “con hambre, sin agua,  sin electricidad, sin gasolina y sin empleo… Maduro dale duro”.

Ahora estamos en el peor escenario: los problemas de siempre, pero con hiperinflación y la presencia de una pandemia que dada la crisis del sector salud amenaza con matar una porción importante de venezolanos. Nos quedan pocas cosas.

Entonces de esas pocas cosas que nos quedaban: la TV satelital Directv, esta decidió salir del país por razones que ya aburren de de ser explicadas, a pesar, de que la propaganda oficial como es su costumbre le echa la culpa a los demás: Guaidó, es quien más suena, Trump, no se queda atrás y ahora ha salido a relucir hasta Simonovis.

Pero el impacto de la salida de Directv ha sido importante, grande y sentido por su 2 millones de suscriptores y 10 millones de afectados. Tanto ha dolido que han reaparecido los cacerolazos como nunca. Y es que Directv era, probablemente, uno de los pocos divertimentos de los venezolanos y, que protestan su salida como no se había protestado ni siquiera por la ausencia de gasolina.

Para variar el régimen ha utilizado la voz de Ernesto Villegas, el más gris, errático y sin estrellas de sus funcionarios para decirle al venezolano que ahora puede leer más. Pero, ¿qué cosa podemos leer? Lo primero es lo primero, si todavía podemos comprar pan es porque todavía quedan panaderías. Si podemos comprar, por ahora, carne es porque, todavía quedan algunas carnicerías. ¿Pero libros?, dónde?, si ya no quedan librerías. Las emblemáticas quebraron y las que recién llegaron con el Mall El Sámbil han desparecido junto con el centro comercial.

Aquí no hay que leer: ni libros, ni prensa, ni internet. Todo eso dejó de existir porque el chavismo los liquidó. Dejo a la ciudad sin lectores.

@RojasyArenas

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