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¿Amas o dependes? Entrevista a Psicóloga Ainara Delpon

Entrevista a Ainara Delpon, la psicóloga que desnuda el amor en la era de la soledad.

Por José Luis Ortiz Güell

Vivimos más conectados que nunca… pero más solos que nunca. Buscamos amor en likes, en mensajes que nunca llegan, en relaciones que nos vacían. ¿Por qué nos aferramos a quien nos hace daño? ¿Por qué la soledad duele más ahora? Ainara Delpon, psicóloga en Zaragoza, nos abre los ojos… aunque duela.

Buenas tardes José Luis, te doy las gracias por abrir este espacio tan íntimo.
Hoy te hablo como psicóloga, pero también como alguien que ha vivido desamores digitales, esperas que nunca se resolvieron, ha esperado respuestas que no llegaron y que ha tenido que soltar incluso cuando lo único que quedaba eran recuerdos.

Vivimos más conectados que nunca sí, pero también en una época de vínculos veloces, frágiles, efímeros, donde el amor se filtra y desecha a través de pantallas. A pesar de tanta conexión instantánea como “likes”, “matches”, mensajes…seguimos buscando y esperando lo de siempre: ser vistos, elegidos y amados de verdad.


1-Ainara, usted trabaja cada día con personas que sufren por amor, con personas con problemas emocionales de la nueva pandemia que sufre la sociedad, la soledad… ¿realmente sabemos amar, relacionarnos hoy, o solo dependemos?»

Así es, cada día acompaño a personas que no solo lidian con rupturas, sino que están rotas por no sentirse vistas, valoradas o escuchadas. Personas que han dado lo mejor de ellas y, aun así, sienten no ser suficientes, esperan una respuesta, una señal… que a veces nunca llega. Y esto poco a poco, te desgasta.

Con el tiempo, he llegado a una conclusión, muchas veces no estamos amando, sino dependiendo.
Confundimos amor con necesidad, con el temor a estar solos, con la presión de cumplir expectativas que ni siquiera son nuestras. Nos han enseñado a creer que, si no nos eligen, algo está mal en nosotros. Pero nada de esto es amor sino miedo. Miedo al rechazo, a la ausencia y a la idea de no ser valiosos por nosotros mismos.


Y desde ahí, desde esa falta, desde ese lugar tan roto con carencias y heridas que, muchas veces ni siquiera sabemos que arrastramos, tratamos de construir relaciones. Pero claro, si uno mismo no está integro, ningún vínculo puede sostenernos sin que también se rompa.

Hoy, muchas personas se relacionan desde la necesidad de llenar un vacío, no desde el deseo real de compartir. Y ese vacío, en la mayoría de los casos, viene de muy atrás, de vínculos tempranos que no nos sostuvieron como necesitábamos, de falta de afecto o de validación emocional.

Por todo esto, es importante que antes de buscar fuera lo que nos falta, miremos hacia adentro, y nos conozcamos y sanemos. De lo contrario, lo que llamamos amor, en realidad, se convierte en una forma de sobrevivir. 


2-¿Por qué duele más la soledad ahora?

Porque a día de hoy vivimos en una contradicción: estamos más conectados que nunca, pero cada vez más lejos del verdadero contacto humano, es decir, más desvinculados.

Todo está a golpe de clic. Recibimos mensajes automáticos, interactuamos por redes, reaccionamos a historias, sin embargo, nos sentimos más solos que nunca. Esto genera una nueva forma de soledad, la soledad con Wifi, disfrazada de compañía virtual, pero sin presencia real, con un profundo vacío.

Hemos idealizado la conexión constante y la inmediatez. Si no nos escriben, si no nos contestan rápido o si no nos dan atención constante, creemos que algo está mal. Y es ahí cuando empezamos a aceptar migajas emocionales, con tal de no quedarnos solos.

Y es que esta dinámica no solo no nos acompaña, sino que nos rompe por dentro. Cuando comenzamos a conformarnos con poco, con lo mínimo, al no recibir la respuesta esperada, seguimos entregándonos y todo esto sin recibir nada… con el tiempo, termina repercutiendo y destruyendo nuestra autoestima, apagándola, haciéndonos cada vez más pequeños y creando más distancia con nosotros mismos.

3-¿Cómo distinguir  de la relaciones emocionalmente sanas , el  amor , tanto en familia, como  en pareja  de la dependencia?

Me parece una de las preguntas clave en esta entrevista, porque, aunque la teoría puede parecer clara, llevarlo a la práctica, emocionalmente cuesta muchísimo.

Hemos crecido con modelos de amor distorsionados. Nos enseñaron a través de películas, canciones, que el amor verdadero es el que lo da todo, incluso a costa de uno mismo. Que, si duele, si nos consume, entonces es que debe ser amor real. Y no, eso no es amor, es sacrificio.

El amor sano acompaña, no salva. No exige que te desgastes, renunciando a ti mismo, por ser visto o querido. Y sí, claro que hay conflictos, desacuerdos o momentos difíciles en las relaciones de pareja, pues pasa en cualquier relación humana, pero no deberían anular tu esencia.

En cambio, la dependencia emocional tiene otra cara, nace del miedo disfrazado de amor, miedo a quedarte solo, a no ser suficiente… Cuando necesitas a la otra persona para sentirte bien contigo, es resignarte a la incomodidad, al vacío.

Y esto de lo que estamos hablando no se limita a las relaciones de pareja. La dependencia también aparece en vínculos familiares, amistades, incluso en laborales. Donde hay control, chantaje emocional, manipulación o invalidación constante, estaremos ante una relación no sana.

Por todo esto, considero que la clave está en el autoconocimiento, saber que necesitas, cuáles son tus heridas, tus límites, y que partes de ti no deberías negociar por amor. Porque cuando desconocemos nuestro propio valor, es fácil caer en este tipo de vínculos en los que nos perdemos.

4-¿Cuál es la relación entre amabilidad y felicidad? Quiero decir, ¿cómo ser amables nos hace felices?

La amabilidad no es solo un gesto hacia el otro, también es una forma de recordarnos a nosotros mismos que seguimos siendo capaces de sumar, incluso cuando a nuestro alrededor parece complicado. Y esto tiene un gran impacto en nosotros. De la neurociencia sabemos que ser amables activa ciertas áreas del cerebro relacionadas con la empatía, gratitud y el bienestar. Nos hace sentir útiles, conectados y presentes. Es decir, ser amables nos conecta con lo mejor del ser humano, con ese lado que a veces se pierde entre tanta prisa, tanta exigencia y tanta pantalla.

Ahora bien, es importante hacer una aclaración. Ser amables, no es complacer siempre ni decir “si” por miedo al rechazo. Tampoco es dar esperando algo a cambio. Esto es amabilidad disfrazada de falsedad. La verdadera amabilidad nace desde dentro, es generosa y genuina. Damos cuando consideramos que podemos hacerlo de forma genuina y sentirnos en paz y es ahí, donde surge la verdadera felicidad.

5-En una época dominados por las nuevas tecnologías ¿No cree que la prosociabilidad explica en parte porqué el homo sapiens desplazó al neandertal? Con la expansión de internet y las redes sociales y la cultura de lo online, ¿corremos el riesgo de retroceder y convertirnos en una especie menos prosocial?

Totalmente José Luis. La capacidad de vincularnos emocionalmente, de cooperar o de cuidar al otro, es lo que nos permitió sobrevivir y evolucionar como especie. Pero tal y como dices, con la expansión de internet y de esta nueva cultura del “todo rápido” estamos empezando a perder esa capacidad de vincularnos de verdad, corriendo el riesgo de deshumanizarnos.

Premiamos lo rápido, lo superficial, lo impactante y en esa dirección, se van perdiendo habilidades que son esenciales para los vínculos sanos como lo son, la paciencia, la escucha atenta, el cuidado mutuo incluso el simple acto de estar presente con el otro sin distracciones.

Si no tomamos consciencia de todo esto, correremos el riesgo de vivir conectados tecnológicamente, pero desvinculados emocionalmente. 

La tecnología no es el problema ni mucho menos, el problema está cuando dejamos que reemplace lo humano.

6-Ainara, para terminar… ¿un mensaje para quien se siente atrapado en esta dinámica?

Les diría algo que muchas veces necesitamos escuchar con el corazón abierto: “No estás solo, ni roto. Estás en proceso”

Es normal sentirse perdido, tener miedo a soltar, querer aferrarse a una mínima señal. Pero eso no es amor, puede ser que lo fuese, pero si lo que queda ahora es dolor o silencio, ya no lo es.

Mereces un amor que te cuide y que no te duela. Que te siga eligiendo cada dia, sin tener que dejar de ser para encajar.

La próxima vez que sientas que todo se derrumba porque alguien no te responde, no te elige o no te ve, para un segundo, respira y respóndete con sinceridad y calma a las siguientes preguntas: ¿Qué necesito de mi ahora mismo?,¿Qué parte de mi estoy descuidando por seguir esperando fuera lo que debo construir dentro?

El amor sano no te hace sentir pequeño, no te obliga a desaparecer para ser querido. El verdadero vinculo empieza cuando te miras y te eliges, cuando te priorizas y cuando decides que mereces paz, no solo compañía.

Ainara, hoy no solo ha puesto en evidencia el amor; además ha hecho brillar las sombras de un tiempo que confunde la conexión con la presencia, la dependencia con el amor y la soledad con el vacío. Tus palabras no solo son un reflejo de nuestra identidad, sino también una brújula que nos indica lo que podemos llegar a ser si tenemos el valor de mirarnos con sinceridad.

Esta conversación se eleva más allá de lo personal y se transforma en un manifiesto cultural imprescindible. Su voz se destaca como una luz de lucidez y humanidad en un mundo que exalta la inmediatez y la superficialidad. No solo caracterizas el problema; además, brindas una solución: la amabilidad como resistencia, el amor sano como la única dependencia que merece ser cultivada y el autoconocimiento como un acto de revolución.Su voz es tranquila pero poderosa.

 No es solo psicología, es filosofía de vida.

Gracias por recordarnos que en la época del ruido, lo más revolucionario es escucharse. Y que el amor, después de todo, no se encuentra, se construye —desde dentro hacia fuera—.

Pero la entrevista no termina ahí. Será leída, compartida, subrayada. Será un espejo incómodo para algunos, un abrazo para otros, pero siempre un referente. Para España y más allá. Porque el idioma del dolor y la esperanza no tiene fronteras.

Ainara Delpon no es solo psicóloga, es una voz necesaria en la conversación mundial sobre el amor y la  esperanza no tiene fronteras.

Ainara Delpon no es solo una psicóloga; es una voz necesaria en el diá global sobre el amor y la soledad. Y hoy, con estas palabras, ha quedado claro por qué.

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