Hoy cuando reivindicamos con este especial el papel de la mujer en todos los campos del conocimiento humano, incluyendo la medicina, lo hacemos a través de la doctora Graciela González quien se ha destacado no solo en la atención del paciente sino también en la formación de los nuevos profesionales de la salud, tanto en pregrado como en postgrado.
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A su juicio, uno de los aspectos que le agrega la mujer a la medicina es el hecho de ir más allá de atacar el padecimiento físico, de escribir el tratamiento en el récipe y ya, es de incorporar la sensibilidad propia de la mujer a la atención del enfermo.
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“La mujer médico nunca deja que las personas se queden sin ser atendidas y siempre van más allá: Se preocupan por ver qué les pasa más allá del padecimiento que lo llevo hasta el hospital”.
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La doctora Graciela González, proveniente de un hogar conformado por Valenty Sinecio González y Alida Navarro llegó a la medicina desde muy pequeña. Desde niña decía que sería médico para sanar a las personas y docente para educarlos. Y la vida le regaló la oportunidad de ser médico y docente universitario, simultáneamente.
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A su entender, la mujer de hoy debe asumir tres retos fundamentales. El primero es poder lograr la formación de valores en el hogar, ya que en la actualidad más que una crisis económica y social el país pasa por una fuerte crisis moral donde la falta valores cumple un papel preponderante.
En segundo lugar, contribuir en el manteniendo de la calidad y la calidez en todo lo que se hace. En esencia es procurar ser el mejor en lo que se hace. Se puede ser barrendero, docente o médico pero se debe intentar ser el mejor.
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Las mujeres que tenemos en salud son bien formadas, y no nos desligamos de nuestra responsabilidad como ama de casa, madres, gerentes de un hogar donde debemos administrar no solo lo tangible sino también lo intangible y de allí nuestra lucha constante contra de la corrupción.
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Texto: Zuly JIménez
Foto: Cherry Domínguez
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