La contratación de extranjeros ha crecido cinco veces más que la de los nativos nacionales desde 2018.
El empleo de extranjeros en España ha crecido cinco veces más que el de los nativos nacionales desde que Pedro Sánchez llegó a La Moncloa en 2018. Es decir, la afiliación a la Seguridad Social de foráneos ha aumentado en estos siete años un 55,3%. Ha pasado de 1,9 millones a tres millones. Mientras que la de los ciudadanos españoles ha subido un 11,3%.
Los datos confirman que la mayor parte de la ocupación en este periodo es para el personal extranjero.
Esto es consecuencia del modelo de crecimiento económico basado en el sector servicios. Éste propicia a corto plazo una mejor estadística cuando no hay turbulencias nacionales o internacionales. Sin embargo, entraña un aumento de la precarización laboral y salarial, y un elevado riesgo en época de crisis. No hay datos oficiales del denominado empleo informal en la economía sumergida.
Por nacionalidades, se observa que los más favorecidos son los que proceden de los países con los que el Gobierno de Sánchez mantiene una relación política más cercana. Se trata sobre todo de Marruecos y Venezuela. Igualmente, hay una relación con Colombia, Honduras o Cuba. El empleo de marroquíes lidera la presencia de extranjeros en España. Esto desbanca claramente a los rumanos que hasta ahora acaparaban las ocupaciones.
Según la estadística oficial, a finales de abril había 370.051 inmigrantes de este país norteafricano censados en la Seguridad Social. Casi el 70% son hombres. Esto se contrasta con los 250.782 computados en 2018. Es decir, se ha registrado una cifra récord con un incremento de casi 120.000 en este periodo (casi un 50% más). Estos representan el 12% del total de extranjeros con empleo legal. Desde 2012, con el lapso de la pandemia (en 2020 cayó su contratación un 6,2%), esta ocupación ha aumentado un 80% (164.000 más). Se encuentran ubicados en diversas actividades. Particularmente, en fruterías, peluquerías o el campo así como en otros servicios como el doméstico, la jardinería o la construcción.
Dónde trabajan los marroquíes
La mayor parte de los marroquíes son empleados por cuenta ajena (más de 210.000). Ellos lideran la cifra de cotizantes del Régimen Especial Agrario . De los 261.372 foráneos totales inscritos, 118.108 son de éste país. Es decir, el 45% de los extranjeros ubicados en el campo proceden de Marruecos. Ellos representan el 17% del total de afiliados a este Régimen. Les siguen en número los 43.282 rumanos inscritos. Además, hay casi 17.000 senegaleses, más de 15.000 procedentes de Malí, 8.300 ecuatorianos y más de 7.000 búlgaros.
La Seguridad Social tiene computados también a otros 30.000 trabajadores autónomos marroquíes que representan el 6% del total de extranjeros en este Régimen. En todo caso, son los chinos (con 67.500), los rumanos (con 51.000), y los italianos (con 42.000) los que preceden en número estas afiliaciones de ‘emprendedores’. Asimismo, en el Sistema Especial de Empleados del Hogar, los inmigrantes marroquíes ocupan el sexto lugar. Hay 8.600 (6% de los cotizantes extranjeros totales) por detrás de los 31.327 rumanos en alta, 17.640 hondureños, 14.091 colombianos, 11.402 paraguayos, y 9.193 de origen filipino.
El empleo rumano (procede de la UE) ha perdido con Sánchez el primer lugar del podio de extranjeros afiliados en España. Hay ahora 344.394 (51% son hombres) frente a los 339.630 en 2018. Es decir, en los últimos siete años se ha producido prácticamente un estancamiento. Sólo ha aumentado un 1,4%. Así que, no llega a 5.000 más. Colombia se encarama al tercer lugar de este ranking (51% son hombres). Si hace siete años sólo había 58.442 afiliados totales en la Seguridad Social, ahora figuran 230.329 (casi 172.000 más). Se ha registrado un aumento porcentual de casi el 300%.
Mano de obra perdida con la recesión
Parte de esta población laboral se había volatilizado en los años duros de la recesión económica española. Recibieron ayudas del Gobierno de turno para regresar a su país. Por ejemplo, en 2012 había 86.433. Este efecto de ‘huida’ masiva podría producirse de nuevo si no se realiza el pretendido cambio de modelo productivo en España. Dicho cambio es propiciado por los fondos de la UE a favor de otros sectores menos volátiles con las crisis. Como es el caso del sector industrial y tecnológico.
El cuarto lugar del ranking por número de cotizantes lo ocupa curiosamente Italia.
Es el único país de la UE, junto a Rumanía y Portugal, que figura entre los diez primeros lugares de los foráneos. Hay casi 204.000 italianos censados (56% son hombres) frente a los 106.000 que había en 2018 (un 92% más). Venezuela aparece en el quinto lugar con casi 186.000 afiliados (el 52% son hombres) frente a los sólo 33.000 registrados en 2018. Es decir, se ha producido un incremento de 153.000 personas. Lo que supone también un alza récord en términos relativos del 464%.
El empleo chino aparece en sexto lugar. Hay 123.000 afiliados totales (el 53% son hombres) frente a los 101.000 en 2018. Su crecimiento se ha atenuado hasta el 21,6% en los últimos siete años. Esto implica 21.800 ocupados más. Los cotizantes peruanos escalan al séptimo lugar con casi 91.000 empleados frente a los 32.000 de hace siete años. Se ha producido un alza de más del 181%.
Aumento de los trabajadores de Ucrania
Por su parte, posiblemente ocasionado por la situación bélica, el empleo ucraniano alcanza el octavo puesto con 76.000 afiliados frente a los 45.000 que había cuando Sánchez llegó a La Moncloa. Ecuador se encuentra en el noveno lugar con 75.000 efectivos frente a los 71.000 en 2018. Ha registrado un alza sólo del 5,2%. Es decir, también se ha ralentizado su presencia. Por otro lado, Portugal figura en el décimo lugar con casi 70.000 empleos frente a los 50.000 de hace siete años.
En porcentaje, llama también la atención el incremento de naturales de Honduras (181% más) hasta alcanzar los 62.000 empleos.
También destaca el incremento de Argentina (109% más) hasta los 66.000; de Cuba (99% más) hasta los 39.000 cotizantes; de Senegal (97% más) hasta 59.000; o de Malí (94% más) hasta los casi 31.000 afiliados. De los más importantes, sólo hay dos países que pierden ocupados en España: hay un 21% menos de bolivianos (quedan 39.000) y un 2% menos de búlgaros (permanecen 60.000).
De toda esta estadística destacan dos conclusiones: son los inmigrantes de origen africano, y de algunos países latinoamericanos, los más contratados, y son los hombres de los países más pobres los que más empleo acaparan. Quizá por sus mayores posibilidades de salir o por otras circunstancias de discriminación. Por ejemplo, el 94% de los afiliados de Malí en España son hombres. Lo mismo sucede con el 90% de los pakistaníes; el 87% de los senegaleses o el 72% de los inmigrantes procedentes de la India. En sentido contrario, el 68% de la ocupación hondureña es de mujeres así como el 60% de la brasileña, polaca o rusa.
En la cola de la inmigración con empleo llama la atención el aumento del 292% de saharauis (hay 914); del 280% de vietnamitas (hay unos 2.000); del 90% de israelitas (hay 1.300); del 47% de los procedentes, o por ejemplo, de Arabia Saudita (hay 190 en total). De los países ricos productores de petróleo sólo hay 27 kuwaitíes afiliados. También hay 26 de Emiratos, 9 de Omán, 7 de Bahrein , y 3 de Brunei . Mientras que de los paraísos financieros existen 4.000 suizos así como 336 luxemburgueses. Se ha registrado un aumento del 134% en los últimos siete años. Asimismo, 13 proceden de Liechtenstein.
Tomado de Vozpopuli de España

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