Antes de ir al grano, señalamos que el intento de reelección de Bukele en El Salvador será motivo de abordaje en otro artículo, aunque aclaramos, no estamos de acuerdo con este tipo comportamiento, probablemente porque los venezolanos tenemos amarga experiencia en temas de reelecciones. El presidente de esa nación intenta establecer el piso legal y legítimo a través de consultas ciudadanas, sin embargo, debemos esperar toda vía más. Su alegato más importante es que hoy es el presidente con mayor apoyo popular de todo el planeta.
Ahora bien, señalando lo positivo de la gestión pública de Nayib Bukele, no solamente podemos resaltar los niveles de seguridad alcanzados, cuando la inseguridad era el principal problema. El Salvador figuraba entre las naciones más inseguras del planeta, pódium donde permanece Venezuela.
Ello le ha valido para que las inversiones retornasen al país, generando empleo, crecimiento económico real. El Salvador atraviesa su era dorada en tan solo 2 años de gestión de Bukele, nos preguntamos ¿Por qué?.
Son varios factores, por ejemplo la determinación y voluntad política, sin embargo, haremos énfasis en algo que creemos supremamente importante: El actual presidente de El Salvador en ningún momento ha recurrido a “lo ideológico” y ha gobernado bajo la fórmula realidad-pragmatismo. Ha llamado las cosas por su nombre, ha identificado con rostros visibles a los responsables, no se escuda en los problemas heredados, sino que ha dedicado tiempo y recursos a su solución, todo lo contrario a quienes basan sus gestiones en ideologías.
De este modo, Latinoamérica ha encontrado un modelo a seguir en gestión pública, la referencia pragmática que tanto ha buscado y que hasta el momento parecía solo un sueño de la Europa nórdica.
¡Que gran diferencia! Los gobernantes, como los que hoy prevalecen en Cuba, Venezuela y Nicaragua, hacen de las excusas su principal gestión, mientras día a día sus respectivas naciones agonizan.
Inventan enemigos impalpables como fulanas oligarquías, malvados imperios, indecibles sabotajes y pare de contar, obstinando los oídos de sus atemorizados conciudadanos con las promesas burlescas de un futuro mejor, donde el “socialismo” hará erguir países prósperos, potencias inigualables, un desarrollo sustentable perfecto. A la par, no cesan el adoctrinamiento de incautos, fábricas de rebaños en lugar de ciudadanos pensantes, que son utilizados como carne de cañón.
Es tan absurdo que el castrismo en Cuba, con largas 6 décadas en el poder, aún afirman están en la “etapa de transición”… Lo curioso es que sin ideología, con economía de mercado y pragmatismo, Bukele llevó en tan solo 2 años a El Salvador a su era dorada… ¡En solo 2 años!
Lo reiterado en ocasiones anteriores, las ideologías en política son un veneno para la sociedad que ingieren, principalmente, personas desaprensivas, esperando que mueran los demás que, presuntamente, “han hecho daño”, mientras, los profetas de las ideologías se enriquecen, ellos y sus colaboradores. No parece una sentencia científica, pero no necesita serlo cuando es lo que ocurre, sin excepciones, en cualquier país donde aún la política se sustenta con ideologías.
Ojalá que el intento de reelección pueda adherirse a la legalidad, a la legitimidad y sin intenciones de perpetuidad, después de todo es el presidente con mayor apoyo popular de todo el planeta tierra. Lo que hasta el momento ha logrado Bukele es digno de admirar. Ha sobrepuesto el pragmatismo por encima de cualquier otra forma de gobernar ¡Excelente! @leandrotango
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