Lindo día primaveral a esta orilla del Atlántico y espero que donde se encuentren también esté brillando el sol.
Me llegó un video de Juan Pablo Guanipa, alias “tequeño crudo”.
De verdad me sorprende que esa clandestinidad sea tan flexible en su caso. El señor pareciera estar permanentemente en vivo, conectado, al aire. En tiempo real contesta y replica, ataca a su archienemigo Rosales y se victimiza con los peores argumentos posibles.

Supe de él por allá por finales de los noventa. En esos tiempos mi papá vivía en Maracaibo y me hizo saber que había un muchacho en esa ciudad que era muy querido. Hablamos de los tiempos en que Copei era una fuerza regional importante en Zulia, donde habían gobernado el estado, la capital y varias ciudades. Se le tenía a Guanipa entonces como un valor de futuro, por su juventud.
Vino el primer golpe a su figura en 1998, cuando habiendo logrado por su condición de secretario juvenil de su partido, que se le incluyera de número 4 en la lista al Congreso.
Era un puesto salidor y cuando el muchacho ya se veía como un joven diputado, desde Caracas se impuso un arreglo a cambio de financiamiento:
Un joven caraqueño iría en el puesto que le tocaba a Guanipa a cambio de que el padre del caraqueño donara una importante cifra a las finanzas de la campaña.
Así de simple, compraron el cargo que le tocaba a Guanipa.

El joven caraqueño era Capriles. Lo demás es historia.
Pero en la historia está claro que Guanipa habiendo sido testigo del origen corrupto de Capriles, se integró al partido de Capriles y lo aupó como candidato, como dirigente, como líder.
¿Qué sentido tiene reclamar las actitudes de Capriles hoy cuando Guanipa lo conoce como corrupto desde siempre?
Reclama además Guanipa que se tenga a Rosales como opositor.
En realidad ni Guanipa ni Rosales son opositores. Pero si al caso vamos, un gran problema de Guanipa es que nunca pudo ganarle una elección a Rosales, ni como copeyano ni como caprilista.
De nada vale su pataleo hoy. Estamos hablando de un perdedor en toda la regla.
Ahora nos vienen con el cuento del hermano bueno y el hermano malo.
Otra vez. Como hicieron con Pablo Medina y las desajustadas de sus hermanas.
Como hicieron con los Escarrá, los Alcalá Cordones y otros tantos estafadores más.
Si Juan Pablo Guanipa es un ejemplo de algo, es de la capacidad de no lograr nunca nada. Lo demás, es fábula politiquera.
Daniel Lara Farías
Enemigo de Todos
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