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La vida de los otros Por el Soc. Ender Arenas Barrios

La vida de los otros es una excelente película alemana del año 2006. La he visto muchas veces, incluso, se las puse a mis estudiantes de pre y postgrado de “Análisis sociopolítico” para ilustrar la naturaleza y los alcances de los regímenes autoritarios de copar todos los espacios de la vida privada y de la vida íntima.

La película recoge las acciones de la Stasi que con sus 100 mil agentes y 200 mil informantes vigilaba cada día, durante las 24 horas, la vida de los ciudadanos de Alemania Oriental. Lo cual me recuerda de manera vívida la propuesta de Maduro para espiar a los venezolanos.

En efecto el lunes pasado, Maduro, una vez más se retrata para el podio de los mayores miserables del siglo XXI. Emulando la práctica policial de la Stasi, la policía política de la Alemania Oriental pide la creación de “una aplicación en la que participe la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) para que los ciudadanos puedan reportar las 24 horas del día «todo lo que ven, todo lo que oyen”. ¿Para qué? pregunto yo. -Maduro dice- que para recibir denuncias sobre problemas cotidianos.

Si eso fuese cierto, Maduro y su gente tendrán la seguridad de que la aplicación VenApp colapsará, pues los problemas cotidianos del venezolano hoy son imposibles de caber en los textos enviados en cualquier plataforma. Por ejemplo, imaginemos, a la Sra. Ligia Pirela, habitante del Callejón “MI Cabaña” en Haticos por Arriba en la ciudad de Maracaibo, enviando su reporte, digamos, que el día 1 de noviembre, que es el día de todos los santos católicos, que ahora incluye a José Gregorio Hernández, a quien debe disgustarle el asunto ese de “San José…”, pues a él le fascinaba que lo llamaran doctor:

“Buenos días Sr. presidente Nicolas Maduro, le paso mi reporte del día: Hoy ha sido un día difícil, igual que ayer y de anteayer, pues, todavía a esta hora, son la 11 y 30 de la mañana, no he desayunado. No crea que estoy con ese asunto del “ayuno Intermitente”, es que no nos alcanzó el sueldo de mi marido, el de mi hija y el de mi yerno, el de mis dos hermanos y de mis dos tías y tíos que viven conmigo para la compra de comida y de las medicinas de mi abuelita, que se me había olvidado, ella también vive con nosotros (todos ellos han regresado deportados por Trump).

Todos estamos esperando que sean las cinco de la tarde, para hacer una sola comida que sea desayuno, almuerzo y cena. Mañana le paso un informe sobre mi vecina, quien parece estar conspirando, pues ha guindado en la cuerda para secar una franela con la imagen de María Corina Machado, y cuando le llamé la atención me dijo que era de Santa Carmen Rendidles, pero, yo no le creí, pues, esos pelos negros no pueden ser de ninguna santa. Bueno, me despido de Ud. con una frase que sé que a Ud. no le va a gustar, porque es de Trump, pero me parece muy elegante:

“Muchas gracias por la atención prestada en este asunto”. Siempre suya. Leal a la causa. ¡Chávez vive! Su miliciana revolucionaria, Ligia Pirela.

La verdad es que lo solicitado por Maduro es un instrumento para denunciar, como ya ha ocurrido, antes y después del 28 de julio, a los manifestantes y a sectores opositores y hasta vecinos (algunos denunciados por estos mecanismos sufren cárcel y seguramente torturas), gente común y corriente que suele expresar sus ideas hablando en la calle, en sitios públicos, en alguna plaza o en algún supermercado o bodega.

Es un mecanismo más de los que suelen utilizar las autocracias para “la vigilancia, promover la delación como fórmula de persecución, censura y control social”. Estamos frente a una suerte del “síndrome Stasi” redivivo en Venezuela.

Seguramente cuando Maduro y el chavismo que gobierna dejen el poder o sea sacado del mismo, bien sea por las buenas o por las malas, estoy seguro, que la gente saldrá jubilosa a las calles, cantará, la mayoría brindará con cerveza, algunos lo harán con Whiskey, habrá quienes, unos pocos, lo harán con Champan y, seguro estoy, que habrá una alocución conjunta de MCM y EGU que terminaran sus discursos con el grito ¡La Libertad ha triunfado!

Bien, eso será perfecto. Pero esos procesos de ruptura traumática (y esta lo será, independientemente, de las formas que adquiera la salida, pues 27 o 28 años de la vida infernal que nos ha tocado vivir dejará secuelas) tienen un día después del júbilo. La pregunta que yo me hago es qué pasará con esa red de supuestos informantes que el gobierno pretende reclutar para que durante las 24 horas vean, oigan a sus vecinos, hasta sus amigos, incluso a personas más cercanas e informen a las policías del régimen (como ocurrió en la Alemania de la Stasi, que llegó a reclutar un informante por cada seis ciudadanos alemanes para que, por ejemplo, profesores espiaran a sus alumnos, esposos a sus esposas, hijos a sus padres, de quienes recogían sus fluidos corporales y hasta la ropa íntima para llevarlas a la Stasi y, por supuesto lo informaran al régimen).

Creo que ese no será el caso venezolano (aquí entre nosotros, eso espero) pues aquí el miedo que existe de verdad no da para que las mayorías cedan ante la indigna tarea de ser un vulgar soplón.

Pero, los hay y habrá muchos que sí cederán. ¿por qué? Por privilegios, por miedo, engañados o por ganarse la estima de unos gobernantes, que aun con la crisis que se les hizo ingobernables siguen diciendo que se quedarán por siempre.

Con seguridad, después que esta pesadilla pase, algunos de los denunciados sobrevivientes de la cárcel y la tortura serán vecinos de los denunciantes, se encontrarán en la “bodega de la esquina”, en un apretado ascensor, en el cine o en el Mall. Yo les sugiero que no los agredan, ya saben, lo que siempre se ha dicho, el reencuentro de los venezolanos, el abrazo entre todos, para reconciliarnos, la otredad, el reconocimiento de las diferencias, etc. todo eso es verdad, pero como hay costras que todavía sangraran, aunque no tengo ninguna autoridad, les doy licencia para que le griten

“Uds. son unos C… de su m…” o “Uds. son unos hdp” como prefieran (con el perdón de sus mamás, que seguramente ellas no tienen nada que ver… a lo mejor)

«Es una idea maravillosa, tenemos ese instrumento, lo tenemos todo, la organización, la conciencia, el liderazgo, las unidades comunales miliciana, la Milicia Bolivariana, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana con sus sistemas de armas, y muchas otras cosas», añadió.