Ante el recrudecimiento de las manifestaciones escenificadas en varias ciudades de Estados Unidos, contra las políticas migratorias del presidente Donald Trump, el Movimiento Venezolanos con Derechos (MVD) advierte que esta crisis no se atiende sembrando el miedo entre la población.
Tampoco se atiende criminalizando y violando los derechos humanos de los inmigrantes. Además, no se soluciona «y mucho menos con políticas discriminatorias y racistas».

Condenan la represión que la Guardia Nacional y las policías estadounidenses han desatado contra los manifestantes. Citan que, pese a que las protestas del pasado sábado fueron en su mayor parte pacíficas, una persona murió en un tiroteo. Este incidente ocurrió durante una marcha de «No a los reyes» en la ciudad de Salt Lake City, Utah.
Denunciaron que la policía en Los Ángeles lanzó gas lacrimógeno y municiones de control de multitudes para despejar a los manifestantes. La misma situación se vivió en Portland, Oregón. Allí, funcionarios también dispararon gases y proyectiles contra un grupo de extranjeros. Esto sucedió en las inmediaciones de un edificio del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE).
En tal sentido, el coordinador del MVD, Humberto Agudo, insta a las naciones del mundo democrático a atender este problema de manera unificada. El objetivo es impedir que se siga estigmatizando a los migrantes solo por el hecho de que unos pocos hayan cometido algún tipo de delito en Estados Unidos. No se toma en cuenta que una gran mayoría de extranjeros trabaja apegado a la ley. Esta mayoría constituye la fuerza laboral de importantes sectores productivos de esta potencia mundial, como el turismo, la construcción y el agro, entre otros.

Inicialmente, la Administración Trump anunció que las operaciones estaban dirigidas a criminales y potenciales amenazas a la seguridad de la nación. No obstante, un número significativo de inmigrantes indocumentados detenidos por la fuerza pública no tiene antecedentes. Según datos recogidos por defensores de los derechos humanos.
Para finalizar, el movimiento ciudadano radicado en Orlando instó al gobierno norteamericano a redefinir su política de atención. Esta política debe contemplar cientos de miles de ciudadanos que huyeron de sus países de origen. Estos ciudadanos estaban agobiados por la crisis política, económica y social que atravesaban. Buscaron en esta nación democrática una oportunidad para mejorar su calidad de vida y la de sus familias.
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