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Opinión: El bulo condenatorio de Garbi, Por José Luis Centeno 

Bancamiga

Por el bulo que lo hizo asesino de un militar, el joven preso político Antonio José Garbi González cumplió 5 años encarcelado el miércoles 3 de junio de 2020. El mismo mes, pero en el 2015, un grupo comando del CICPC, de más de 30 hombres, lo sacó a la fuerza de su hogar, irrumpieron mientras compartía con su madre, la señora Carmen González, y hasta el día de hoy nadie, absolutamente nadie, en el sistema judicial venezolano, ni en ninguna otra instancia gubernamental, ha ofrecido una argumentación valedera que justifique su ilegal privación de libertad, antes y después de ser presentado en el órgano jurisdiccional correspondiente.

En su caso, el delito de homicidio luce como una prenda de vestir estrafalaria que no encuentras con que combinártela. La autoría intelectual difícilmente se le puede atribuir, no existe ni el menor indicio que lo permita; decirle autor material sólo vendría a corroborar las falencias investigativas, o lo que es lo mismo, las carencias acusatorias en el expediente en el cual hay pocos señalados y muchas presunciones sin fundamento. Se ha comprobado que ni siquiera estaba en el lugar de los hechos por los cuales lo acusan.

Cómplice no es, quien estaba preso con él en Tocuyito, por el mismo caso y los mismos cargos, lo dejaron en libertad porque no se encontraron méritos para seguir teniéndolo en prisión, lo curioso es que esa decisión no se hizo extensiva a Antonio José siendo de la misma causa. Desalentado, vio como el tribunal dejaba en libertad al “causa” mientras a él le ponían las esposas para llevarlo al autobús que lo trasladaría de regreso a Tocuyito, en ese momento coincidimos en el palacio de justicia de Maracay, fue realmente triste verlo en ese estado de congoja.

Por otra parte, el máximo tribunal colombiano no tuvo otra opción que dejar en libertad a otro acusado en la misma causa, un ciudadano venezolano de origen griego, detenido por Interpol en Colombia, sindicado también de dar muerte al capitán de la Guardia Nacional, la Corte Suprema del hermano país se quedó esperando “el cúmulo de pruebas” que le ofrecieron los gobiernos de Grecia y Venezuela para demostrar la culpabilidad del venezolano-griego hoy en libertad por falta de pruebas en su contra.

Alguien debe pagar por la muerte no esclarecida del militar, con mayor razón siendo su esposa oficial en el mismo componente militar del muerto, además del revuelo ocasionado por la mamá y un hermano del occiso. En mala hora tomaron a Garbi de chivo expiatorio, porque eso es lo que es, ni una prueba de Análisis de Trazas de Disparos (ATD) le hicieron, ¿cómo hacérsela?, arremetieron contra él después de más de un año de ocurridos los hechos. Castigo rudo y duro, directo, sin juicio previo.

Ferozmente cargaron con él, se lo arrebataron a la madre de las manos, antes de ese episodio de terror ya le habían dictado la sentencia y fijado la condena, precisamente, esa condena anticipada es la que ha impedido que sea juzgado, las tácticas dilatorias han sido una exaltación al cinismo, dejando claro algo, los jueces del Circuito Judicial Penal de Maracay son todos cortados por la tijera de la perversión, como aquella jueza del 5º de Juicio privada de libertad por extorsión que mantuvo sin juicio a un ciudadano inocente por más de 7 años, pero cuando uno de sus hermanos mató a otro de sus hermanos, el fraterno asesino no tuvo ni un día tras las rejas.

En su caso no hay pronóstico de condena, es decir, no tienen con que condenarlo. La sinrazón del sometimiento a juicio postergado por parte de delincuentes de despacho. ¡¿Cinco años preso sin juicio?! Exclamó el funcionario del Consejo Nacional de Derechos Humanos a quien le informaba sobre el caso. La exclamación, más que signo de desconcierto, era un claro indicio de la tendencia gubernamental a negar la realidad, más aún, tratándose de violaciones de derechos humanos irrebatibles.

Su madre, al igual que sus hermanos, dentro y fuera del país, han mostrado una férrea determinación a recuperar la libertad de Antonio José y, en consecuencia, recuperar sus vidas, signadas por otras aflicciones, como el secuestro y desaparición del padre de familia. Son gente de entereza, de dignidad, de reciedumbre, son gente del llano adentro y por sus venas corre sangre de forjadores de la patria, entre ellos un fundador de la Guardia Nacional, fuerza a la cual pertenecía el capitán asesinado.

Cuando escribo estas líneas, un amigo en común, que estuvo preso con él, me comenta que se despidió de Garbi mientras cocinaba en “el rancho”, es decir, la cocina de la cárcel, fue entonces cuando entendí su proyecto de dedicarse a la cocina con una de sus hermanas que es chef. Por encima de la ilegal e ilegítima medida de coerción que pesa sobre él arbitrariamente, mantiene su espíritu emprendedor.

En Antonio José he visto, en la distancia y las pocas veces que he tenido la oportunidad de compartir personalmente con él, que además de luchar a diario contra la adversidad, las rejas no han impedido que siga dando forma a los proyectos que ocuparán su atención al salir en libertad, pues es un emprendedor nato, desde chamo al lado de su papá, más que soñador es previsivo, tanto que se ha esforzado en aprender a manejar sus emociones para superar las angustias del día a día, y mantener la concordia y entusiasmo familiar.

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