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Opinión: Pena Máxima – Atentado a la Niñez, en Contacto con El “Gato” Briceño

Bancamiga


Desde el Exilio

Si algo duele intensamente, sin duda es ver a un niño sufrir, todo aquel que ataque su inocencia y sus derechos deben ser aborrecidos, execrado, castigado y condenado. Sin titubeos ni consideraciones de ningún tipo, debe quedar catalogado como el símbolo de la maldad supina. Si de crímenes hablamos durante los mandatos totalitarios, este horroroso crimen de atentar contra la desvalida infancia, este crimen de matar de hambre, jugando con la ignorancia, promoviendo la escasez y tapiando las oportunidades a las generaciones de relevo, debe ser considerado el más abominable crimen y se magnífica cuando el agresor es el estado, cuando se convierte en política de gobierno la vulneración de los derechos de estos niños. Este pecado sin perdón en Venezuela le ha costado la vida a miles de almas infantiles quienes sin saberlo, sin siquiera tener noción de lo que es una dictadura, padecen sus desafueros.

Todos los estudios e investigaciones que se han venido haciendo de las condiciones y calidad de vida en el país, entre ellos el de World Visión Internacional organización evangélica cristiana de ayuda humanitaria, en el cual se plasma la gravedad de todos los indicadores que tienen que ver con la niñez, lo cual es alarmante y catastrófico, se confirma que el 96 % de hogares está en situación de pobreza, están pasando hambre, no tienen posibilidad de llevar alimentos a sus hogares, ocasionando a los niños graves consecuencias en su crecimiento y desarrollo. Son daños irreversibles, con serías consecuencias según los estudios, cuando un niño de 5 años deja de nutrirse con lo más básico que requiere compromete la calidad de su desarrollo y no sólo físico sino neurológico, de la oportunidad de aprender, es en definitiva una gran pérdida del futuro del país. Está comprometida la capacidad de estudiar, de aprender y de integrarse de la vida social, son sumamente tristes y terribles esos datos.



Saber el origen de este dolor me hizo recordar al demonio, farsante de Hugo Chávez cuando se refirió a los niños de la calle, que no quedaría uno y los recogerían a todos; en Diciembre de 1998 dijo que se cambiaría el nombre si en un año quedaba algún niño mendigando en las calles. Esta promesa incumplida y peor aún convertida en mayor desgracia para la infancia, le valió ese cambio de nombre, ahora se llama NADA ya que Dios nos libró de esa plaga y el innombrable lo acogió en la quinta paila del infierno haciendo justicia por el maltrato a los niños, nuestros ángeles en la tierra.

Es relevante destacar que esas cifras o indicadores son recopiladas antes de la pandemia desde el año 2016 cuando además no existían sanciones internacionales y ya se venía advirtiendo de esa grave situación en la que miles de niños en todo el país estaban comiendo una sola vez al dia y para remate comían un solo un alimento: auyama. En el 2017 comenzaron a abandonar las escuelas para apoyar a sus familias trabajando en las calles e incorporándose a la mendicidad y muchos de ellos son explotados como esclavos. Según las cifras de abandono de la escolaridad estas llegan al 70 % y ya podremos afirmar de las grandes consecuencias para el país, o sea, en 8 años que será de los adolescentes que dejaron de estudiar y que no tendrán las capacidades mínimas de aprendizaje. Definitivamente es una demoniaca planificación de políticas de estado para tener a un pueblo ignorante sometido. Y con todo este panorama dantesco yo veo las “buenas intenciones” de algunas instituciones u organizaciones sociales que se niegan a creer que sea una satánica planificación con libreto escrito por los chulos del Caribe, los funestos Castro.

Es lamentable que estos narcocriminales sean tan habilidosos en seguir engañando a los organismos o instituciones internacionales como la ONU, UNICEF, FAO las cuales pareciera que no hacen las visitas de campo para constatar este desastre humanitario. Esta política igualmente la están aplicando a los servicios públicos como el servicio del agua potable considerado universalmente un derecho humano y ya en un 90 % de la población no tiene el vital líquido a disposición, en Caracas las familias tienen cada dos o tres días 15 minutos para recoger agua y hacer la limpieza, asearse, lavar ropa, al igual que con la electricidad hay zonas del país que pasan 9/10 días seguidos sin energía eléctrica.

Lo insólito de los resultados fue que encontraron 100 % de inseguridad alimentaria en 20 municipios del país, eso significa que no consiguen los alimentos, que se acuestan sin comer y que no tendrían tampoco comida al día siguiente. ¿Qué faltará para intervenir esa celda llamada Venezuela y liberar a millones de reos de la narcoictadura?

Viendo desde la cárcel del exilio lo espeluznante de la hambruna planificada por los narcocriminales, es imperdonable cuando algunos políticos venezolanos que ostentaron cargos de representación popular en el pasado, quienes se dan golpes de pecho de ser de oposición “desde siempre” (NUNCA APOYARON AL CHAVISMO) y hoy los vemos declarando que la culpa de lo que están viviendo los venezolanos es producto de las sanciones de Donald Trump. Su cinismo y desfachatez son increíbles, no fue por la corrupción, por la falta de gerencia, por la violación sistemáticamente de la Constitución al desmontar las instituciones del estado y asaltarlas, la pérdida de la propiedad privada, las expropiaciones de más de 5 millones de hectáreas, la destrucción del aparato productivo (10.000 industrias cerraron), el bolívar desapareció como moneda, PDVSA dejó de producir petróleo y el país no tiene electricidad, gasolina, agua, ni gas y el régimen inicia el plan «leña adentro» asegurando que cocinar con leña y bañarse con totuma fue por culpa Donald Trump, el informe de la ONU que da cuenta de las atroces violaciones a los derechos humanos que se cometen: ejecuciones extrajudiciales, torturas, detenciones ilegales, entre otras acciones que constituyen crímenes de lesa humanidad, también fue por culpa de Donald Trump, etc, etc, etc.

Esto nos da cuenta de que por más que una persona estudie, sea catedrático y llegue a tener hasta un doctorado no garantiza que tenga juicio y equilibrio al menos en el cumplimiento cabal de nuestras leyes, mejor sería que fueran sinceros y se ubicaran abiertamente del lado de sus intereses, con la narcodictadura, sin importarles el bien común, será que en la ciudad donde viven estos letrados no hay niños mendigando y comiendo de la basura, será que andan en una burbuja que los aísla de esta patética realidad que seguramente afecta a sus conocidos y familiares. Verdaderamente es una gran vergüenza que cualquier venezolano y más aún los que cacarean amor al pueblo no tengan claros los más elementales principios y valores como ciudadanos, ver a nuestros niños sufrir la decadencia del comunismo y se presten a estas alturas a cohabitar con los responsables de lo antes descrito.

Déjense de vainas y discursos elegantes que buscan confundir a nuestra amada gente, como buen monaguense, nato, neto por los cuatro costados les recuerdo a esos desvergonzados que por más que se tongoneen siempre se les ve el bojote.

Mis sentidos están enfocados y puestos en el objetivo, no estamos fuera para quedarnos viendo los toros desde la barrera, estamos luchando con todo para deponer a esos hampones de nuestra tierra y lo haremos mientras respiremos, por mi parte lo hago con la denuncia cada vez más agresiva con lo único que me queda, LA PLUMA Y LA PALABRA

José Gregorio “El Gato” Briceño Torrealba

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