Todos los dictadores en sus discursos hablan de: democracia, de libertad, de defensa de los derechos humanos, de soberanía; en fin, de todo lo que significa relaciones plenas entre el Estado y el Ciudadano y lo que menos desean es ese escenario. Lo peor del caso es que, derivado de la ignorancia sobre política, quienes la manejan han llevado a muchos pueblos desde la prehistoria a las más indignas de las situaciones sociales, desde la esclavitud y la sumisión hasta la represión y el terrorismo de Estado, actualmente desplegados en centenas de países, todos subdesarrollados y bajo el yugo del comunismo o la tiranía, siendo las más suaves, las dictaduras solapadas como democráticas, mediante la obtención del poder de cualquier manera, entre ellas, el robo de elecciones o golpe de estado, no con armas, sino con el control institucional, entre otros el CNE.
Desde Aristóteles en su obra «Política» hasta Carlo Altini en su obra «Fabrica de la Soberanía», se ha venido planteando, denunciando y descubriendo todos los ejemplos habidos y por haber de gobiernos perversos, los cuales desarrollan (pacto con el diablo como lo afirma el dominico Girolamo Savonarola) las más diversas formas de someter al populacho.
Los mas avezados zánganos (corruptos políticos según Platón) han adoptado, después del renacimiento europeo hasta nuestros tiempos las ideas derivadas de la ciencia política de Maquiavelo (Fundador de la Ciencia Política. «El Principe») por supuesto, interpretada de manera maligna, siendo sus principales mentados los fascistas, los nazis, los comunistas y otros, con una estrategia disfrazada que no tiene nada que ver, en lo absoluto, con la vindicación del pueblo, ni del trabajador o proletario. Estos son las víctimas.
El usurpador plantea reformas constitucionales con el mensaje de democratizar la sociedad, a sabiendas que tiene un rechazo popular por encima del 90% y todo es para continuar con el «desface de la ciudadanía» y para el control político .
Para que haya democracia debe existir libremente el PLURALISMO político y no monopolio político, como lo pretenden, con la tal reforma, imponer, (entre otros vacuum), como partido único al PSUV.
La política necesita políticos, y la política significa la dinámica exponencial y estructural de una sociedad. La única condición que se le pide a un político es el «sentido común», allí está todo registrado. En una democracia plural perder el poder es normal y natural; pero en una tiranía eso es una felonía para quienes detentan el poder.
Acostumbrarse al poder y perderlo, está demostrado que genera una violencia natural. Sin embargo, a pesar de que, el ser humano es violento por naturaleza, en política y en democracia es necesario, una formación ciudadana integral, basada en la convivencia pacífica y en el respeto de las leyes. La Europa imperialista e invasora, el África tribal, el Asia lejana, han dejado huellas y aun presentan signos evidentes de esa fuerza arrolladora. Venezuela es un país violento, no es adquirida pero si volitiva.
La conducta social de nuestro presente es como una especie de un río desbordado que rompe los instintos represados, empujando sus aguas al ritmo del odio social, el caudillismo, las carencias, la corrupción, la impunidad y sobre todo una ausencia de buenas intenciones de quienes dirigen el poder, y transmitirla como normalidad en la conducta colectiva. Todas las revoluciones en nuestro país y la malévola revolución del siglo XXI, es un fiel modelo, han tenido; por supuesto, la búsqueda del poder y la riqueza fácil. Eso si, en nombre del «pueblo», ese al cual subyugan e ignoran, sembrando pobreza y deficiente educación.
Es imposible igualar ante la ley a un pueblo cuando su gobierno ejerce el poder fuera de esa misma ley. No puede haber paz cuando vivimos en una permanente violencia y moral que, tiende al control y sometimiento social, generando tenebrosas desigualdades entre los que son pro régimen, una ultra minoría, y quienes no lo son.
El clamor a la sensatez, recibe oídos sordos; la paz está cada vez más inalcanzable, la educación que pudiera ser un punto de apoyo es un instrumento de filo retrógrado. El populismo utilitario se convierte en la única acción en la relación entre el poder y su colectivo. Las taras sociales se convierten en el oasis revolucionario y éstas sirven de propaganda política. Quien calla, sufre la paz de los sepulcros (seguridad ante la violencia política); quien se rebela, en cualquiera de sus formas, es la «violencia extrema» que lo acobija en su sede natural: EL HELICOIDE. Cada día es irrelevante pensar en la DEMOCRACIA, sino existe LIBERTAD; lo relevante es hacer POLÏTICA y más POLÏTICA, en la búsqueda de la conciencia social extraviada, Así estamos en nuestro país.
Profesor Universitario
Marlons.jimenez55@gmail.com
@marlonj03650037
Comment here