Tras el anuncio del presidente norteamericano se disparó Wall Street; acusó a Pekín de “falta de respeto” hacia los mercados.
Ante un colapso del mercado global, el presidente Donald Trump el miércoles anunció que postergaba por 90 días sus aranceles sobre la mayoría de las naciones, pero aumentó su tasa impositiva sobre las importaciones chinas al 125%.
Parecía ser un intento de reducir lo que había sido una guerra comercial sin precedentes entre Estados Unidos y la mayor parte del mundo a una entre Estados Unidos y China.
Los mercados globales se dispararon, pero los detalles precisos de los planes de Trump para aliviar los aranceles a los socios comerciales que no son China no estaban inmediatamente claros.

El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, habla con reporteros fuera del Ala Este de la Casa Blanca, el miércoles 9 de abril de 2025, en Washington, con la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt. (AP Foto/Jacquelyn Martin)
Parecía ser un intento de reducir lo que había sido una guerra comercial sin precedentes entre Estados Unidos y la mayor parte del mundo a una batalla entre Estados Unidos y China.
El índice bursátil S&P 500 saltó casi un 7% después del anuncio, pero el drama sobre los aranceles de Trump ahora se prolongará a medida que el gobierno participe en negociaciones que podrían hacer que la incertidumbre persista en la economía mundial.
Trump publicó en Truth Social que, debido a que “más de 75 países” se habían acercado al gobierno de Estados Unidos para sostener conversaciones comerciales y no han tomado represalias de manera significativa,:
“He autorizado una pausa de 90 días, y un arancel recíproco sustancialmente reducido durante este período, del 10%, también efectivo de inmediato”.
Trump dijo más tarde a los reporteros que retiró muchos aranceles globales —pero no los de China— porque la gente estaba “nerviosa” y “asustada”, y agregó que, aunque esperaba llegar a acuerdos, “nada ha terminado todavía”.
El presidente dijo que había observado el mercado de bonos y que la gente estaba “un poco inquieta”. Pero tras su pausa en los aranceles, Trump describió el mercado de bonos como “hermoso”.
Parecía imposible negar completamente la presión generada por los volátiles mercados financieros que habían presionado a Trump para reconsiderar sus aranceles, aun cuando algunos funcionarios de la administración dijeron que la reversión siempre había sido el plan.
El anuncio se produjo cuando la economía global parecía estar en abierta rebelión contra los aranceles de Trump desde su entrada en vigor el miércoles, una señal de que el presidente de Estados Unidos no es inmune a las presiones del mercado.
El arancel del 10% fue la tasa base para la mayoría de las naciones y entró en vigor el sábado.
Es significativamente más bajo que el arancel del 20% que Trump había establecido a los bienes de la Unión Europea, el 24% a las importaciones de Japón y el 25% a los productos de Corea del Sur.
Aun así, el 10% representaría un aumento en los aranceles que el gobierno de Estados Unidos cobraba anteriormente.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, dijo que las negociaciones con países individuales serían “a medida”, lo que significa que en los próximos 90 días se sostendrán conversaciones sobre una serie de posibles acuerdos.
Bessent, exgerente de fondos de cobertura, dijo a los reporteros que la pausa se debía a que otros países buscaban conversaciones en lugar de ventas masivas en los mercados financieros.
“La única certeza que podemos proporcionar es que Estados Unidos va a negociar de buena fe, y asumimos que nuestros aliados también lo harán”, dijo Bessent.
El secretario del Tesoro dijo que él y Trump “tuvieron una larga conversación el domingo, y esta fue su estrategia desde el principio” y que el presidente había “provocado a China para que asumiera una mala posición”.
Bessent dijo que Canadá y México ahora serían gravados con un 10%, aunque esos dos países habían sido gravados hasta con un 25% por Trump, supuestamente para abordar el contrabando de fentanilo y la inmigración ilegal.
Antes de que Trump diera marcha atrás, los ejecutivos de negocios advertían sobre una posible recesión causada por sus políticas, algunos de los principales socios comerciales de Estados Unidos tomaban represalias con sus propios impuestos a las importaciones y el mercado de valores temblaba después de varios días de declive.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo que el retroceso era parte de la estrategia de negociación de Trump.
Leavitt dijo que los medios de comunicación “claramente no vieron lo que el presidente Trump está haciendo. Intentaron decir que el resto del mundo se acercaría más a China, cuando de hecho, hemos visto el efecto opuesto: todo el mundo llama a Estados Unidos de América, no a China, porque necesitan nuestros mercados”.
Pero las presiones del mercado se habían acumulado durante semanas antes de la medida de Trump, y el presidente indicaba en ocasiones que los impuestos a las importaciones se mantendrían, mientras también decía que podrían estar sujetos a negociaciones.
Particularmente preocupante era que la deuda del gobierno de Estados Unidos había perdido parte de su atractivo con los inversores, que usualmente consideran los bonos del Tesoro como un refugio seguro cuando hay turbulencias económicas. Los precios de los bonos del gobierno habían bajado, elevando al 4,45% la tasa de interés del bono del Tesoro a 10 años. Esa tasa se alivió cuando Trump dio marcha atrás.
Gennadiy Goldberg, jefe de estrategia de tasas de Estados Unidos en TD Securities, dijo antes del anuncio que los mercados querían ver una tregua en las disputas comerciales.
“Los mercados en general, no solo el mercado del Tesoro, buscan señales de que se avecina una desescalada comercial”, indicó.
“SI no hay una desescalada, será difícil que los mercados se estabilicen”.
John Canavan, analista principal de la consultora Oxford Economics, señaló que, aunque Trump dijo que cambió de rumbo debido a posibles negociaciones, anteriormente indicó que los aranceles se mantendrían.
“Ha habido mensajes muy confusos sobre si habrían negociaciones”, observó Canavan.
“Dado lo que ha estado sucediendo con los mercados, (Trump) se dio cuenta de que lo más seguro es negociar y poner las cosas en pausa”.
La naturaleza volátil del miércoles puede verse en las publicaciones en redes sociales de Bill Ackman, un multimillonario de fondos de cobertura y partidario de Trump.
“Nuestro mercado de valores está a la baja”, publicó Ackman en X.
“Los rendimientos de los bonos están al alza y el dólar está a la baja. Estos no son indicadores de una política exitosa”.
Ackman repitió su llamado a una pausa de 90 días en la publicación.
Cuando Trump adoptó esa idea varias horas después, un eufórico Ackman publicó que Trump había “ejecutado brillantemente” su plan y que era “de libro de texto, El arte de la negociación”, una referencia al exitoso libro de Trump de 1987.
Con frecuencia, los presidentes reciben un crédito o culpa indebidos por el estado de la economía de Estados Unidos, ya que su periodo en la Casa Blanca está sujeto a fuerzas financieras y geopolíticas más allá de su control directo.
Pero al imponer aranceles unilateralmente, Trump ejerce una influencia extraordinaria sobre el flujo del comercio, genera riesgos políticos y tira del mercado en diferentes direcciones con base en sus comentarios y publicaciones en redes sociales.
Al parecer, todavía hay aranceles del 25% sobre autos, acero y aluminio, y en las próximas semanas se establecerán más importaciones.
El director general de Delta Air Lines, Ed Bastian, dijo en CNBC, que el gobierno estaba siendo menos estratégico que durante el primer mandato de Trump. Su compañía proyectó en enero que tendría el mejor año financiero de su historia, solo para descartar sus expectativas para 2025 debido a la incertidumbre económica.
“Tratar de hacerlo todo al mismo tiempo ha provocado caos en la posibilidad de hacer planes”, afirmó, y agregó que la demanda de viajes aéreos ha disminuido.
Antes de que Trump se retractara, los pronosticadores económicos afirmaban que su segundo mandato ha tenido una serie de impactos negativos y en cascada que podrían llevar al país a una recesión.
“Sacudimientos simultáneos al sentimiento del consumidor, la confianza corporativa, el comercio, los mercados financieros, así como a los precios, nuevos pedidos y el mercado laboral inclinarán la economía hacia la recesión en el trimestre actual”, dijo Joe Brusuelas, economista jefe de la consultora RSM.
Bessent dijo anteriormente que podría llevar meses llegar a acuerdos con los países sobre las tasas arancelarias. Pero Bessent indicó el miércoles por la mañana, en “Mornings with Maria”, que la economía “volvería a estar en pleno funcionamiento” en algún momento del “futuro no muy lejano”.
Dijo que ha habido una respuesta “abrumadora” de “los países que quieren venir y sentarse a la mesa en lugar de escalar”.
Bessent mencionó a Japón, Corea del Sur e India.
“Debo señalar que todos ellos rodean a China. Hoy nos visita Vietnam”, afirmó.
Lo que aún no se sabe es qué hará Trump con el resto de su agenda arancelaria. En un discurso pronunciado el martes por la noche, dijo que los impuestos a los medicamentos importados ocurrirían pronto.
Fuente APNews
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