Cada día se hacen más frecuentes las denuncias de abuso o violencia sexual, lo que llama la atención en esta situación es que la mayoría de los responsables de estos casos, están relacionados con el entorno de la víctima, por ejemplo familiares como: padrastros, tíos, primos, otros relacionados con el entorno como vecinos o amigos, o personal de trabajo, esto quiere decir que la mayoría son personas conocidas por la agredida dejando un porcentaje bajo para aquellos actos violentos en la calle o con personas desconocidas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la violencia sexual como: “todo acto sexual, o tentativa de consumar un acto sexual mediante la coacción por otra persona”; igualmente menciona que inclusive los comentarios e insinuaciones sexuales no deseados, o las acciones para comercializar o utilizar de cualquier otro modo la sexualidad de forma no deseada, independientemente de la relación de esta con la víctima, en cualquier ámbito, incluidos el hogar y el lugar de trabajo, son considerados violencia sexual.
En el caso del abuso en niños, hay una serie de signos y síntomas, es decir, manifestaciones del cuerpo y conducta de las víctimas que pueden poner en alerta a los familiares y evitar que se sigan cometiendo estos hechos, a continuación algunas de estas señales:
Cambios en la conducta del niño o adolescente, por ejemplo: el niño que es tranquilo, introvertido y de repente se vuelve agresivo, desobediente sin nada que pueda explicarlo o viceversa (el niño que es muy extrovertido, alegre y se torna silencioso o aislado sin ánimo de nada).
Bajo rendimiento escolar, niños que se caracterizaban por destacar en la escuela con buen rendimiento escolar pero bruscamente modifican de forma negativa sus calificaciones o disminuye el interés por actividades escolares; esto no quiere decir que un niño con bajo rendimiento se encuentre bajo algún abuso o violencia sexual, pero es una manifestación a evaluar cuando aparece, ya que estos síntomas tienen causas más comunes como déficit de atención, conductual o algún problema netamente escolar, sin embargo es un punto relevante que no debe pasar por debajo de la mesa.
Puede presentar cambios de conducta, especialmente relacionados con la ansiedad como estar tembloroso y asustado todo el tiempo o el caso contrario aislado sin ningún interés.
Con respecto a los signos físicos que podemos observar en el cuerpo de las víctimas se encuentran:
Moretones o golpes en diferentes partes del cuerpo sin explicación alguna: brazos, piernas, espalda.
Manchas de sangrado, heces u orina en ropa interior, niños que ya habían dejado de mojar la cama y luego de varios años sin ninguna causa orgánica como infección urinaria o diabetes, comienzan a orinarse en la cama o durante el día.
Fracturas frecuentes sin causas que lo expliquen.
Prendas de vestir rotas sin causa, como caídas o peleas.
Debemos siempre mantener un diálogo con nuestros hijos y familiares, generar confianza y un vínculo que permita expresarse ante cualquier tipo de circunstancia en especial este tipo de situaciones; no se debe culpar o reclamar a la víctima (error frecuente donde la madre o el padre recrimina los hechos), ya que lo más importante es la atención y el apoyo de familiares, personal médico, de salud en general y psicológico tanto para la víctima como para el entorno familiar.
Dr. Gabriel Gutiérrez
Médico Cirujano
Especialista en Otorrinolaringología
Sub especialista en Cirugía Plástica Facial
Miembro de la Academia Europea de Cirugía Plástica Facial
Fuente: https://www.doctorgabrielgutierrez.com/violencia-sexual
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