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Coronavirus: Pandemia y crisis económica, ¿Sacrificamos la libertad?

Los seres humanos estamos siendo puestos a prueba en pleno 2020: una pandemia que viene de la mano con una crisis económica. No es momento para pensar en las películas de Hollywood, pues al mismo tiempo que se propaga el virus, lo hacen muchas teorías, desde las conspiraciones, pasando por el globalismo y la idea de una nueva “guerra mundial”. Es momento de pensar frío, de mantenernos apegados a principios racionales y actuar sabiamente.


¿En qué estamos siendo puestos a prueba?

La humanidad y su comportamiento son complejos; aunque tenemos patrones que nos hacen a todos similares en muchas cosas.

Una cosa que nos hace similares a todos -en líneas generales- es el miedo; todos lo sentimos, aunque unos más o menos que otros. El miedo desencadena comportamientos, actitudes, opiniones y formas de resolver -o empeorar- problemas que también nos hacen similares, sin importar la raza, el credo, la nacionalidad, el idioma, ni la ubicación. El miedo, si bien es una reacción automática del cerebro que nos pone en alerta cuando estamos en peligro y -al mismo tiempo- funciona como un mecanismo de protección; normalmente es la causa de malas decisiones. El miedo te hace correr -en la mayoría de los casos- en direcciones sin rumbo, tomar decisiones erradas; es por eso que hace que mercados financieros se hundan, porque los sentimientos predominan ante la razón; nada más catastrófico que eso.

El miedo no es “autoregulador”, como dice el Editor Nixon Piñango. El pensar racional y conscientemente sí lo es. El “ser responsables” es lo opuesto a “ser miedosos”, pero para serlo hay que tener las ideas claras.

Y es ahí donde estamos siendo puestos a pruebas: en tener las ideas claras.


“El miedo, si bien es una reacción automática del cerebro que nos pone en alerta cuando estamos en peligro y -al mismo tiempo- funciona como un mecanismo de protección; normalmente es la causa de malas decisiones.”José Miguel


Lo que está en juego

Hay tres ámbitos en los que cualquier pandemia y crisis económica influyen, que tienen que ver directamente con los pilares de nuestra vida en sociedad:

  • La participación del Estado.
  • Las consecuencias en la Economía.
  • La comportamiento humano.

Estos tres pilares de nuestra vida en sociedad y la forma en la interactúan el uno con el otro en tiempos de crisis, determinan quiénes salen victoriosos, quiénes superan más rápido y quiénes -por el contrario- terminan al revés. La calidad y el resultado del juego de estos tres pilares, depende -precisamente- de qué tan claros estamos en las ideas, así que vamos a descoserlos uno por uno.


La participación del Estado

Todo se originó en China, el imperio -a nivel mundial- con mayor control del Estado sobre la vida de los ciudadanos.

China tiene tantos controles para sostener su sistema comunista, que nos parecen irreales. Los vemos en las películas y no los creemos, y si los vemos en la vida real, creemos que estamos en una película. China es el gran ejemplo de que ni siquiera el control absoluto del Estado es capaz de mantener el orden, proteger la vida de los ciudadanos ni -mucho menos- evitar una crisis.


“China es el gran ejemplo de que ni siquiera el control absoluto del Estado es capaz de mantener el orden, proteger la vida de los ciudadanos ni -mucho menos- evitar una crisis.” José Miguel


Hay una cita de Benjamin Franklin que expresa fielmente esto que acabas de leer; la cita dice: “Aquellos que renunciarían a una libertad esencial, para conseguir un poco de seguridad momentánea, no merecen ni libertad ni seguridad”. Esta es la idea central que está siendo puesta a prueba con respecto a “tener la ideas claras”, porque en tiempo de crisis -especialmente- la gente reacciona clamando por más control Estatal.

Luego tenemos el resultado en países como Italia y España, a quienes se les escapó de las manos la pandemia sorpresivamente y tuvieron que recurrir a la cuarentena masiva. Italia ha apelado a una cuarentena totalitaria, con presencia policial estricta en las calles que te obligan a estar encerrado. España ha decidido lo mismo en algunas zonas y eventualmente podría extenderse en todo el país. Estados Unidos decidió cerrar sus fronteras al suspender los vuelos desde Europa hacia EE.UU. e internamente ha suspendido actividades que involucren conglomeración de personas, especialmente en New York y otros Estados con mayor número de casos.

Y por último tenemos la realidad de “países” como Corea del Norte, Cuba y Venezuela, de los cuales solo sabemos lo que a los criminales que ejercen el poder quieren hacerle saber al mundo.

¿Cuál postura ha arrojado mejores resultados? Va a sonar terrible, pero los países con más controles fronterizos han sido los menos golpeados por la pandemia, lo que no significa que “el Estado es bueno”, ni mucho menos lo es el control absoluto.

Mi amigo Nixon dice en su artículo AnarcoCapitalista que “No ha servido de nada el cerrar las fronteras ni la cuarentena, porque China lo hizo con la ciudad donde se originó la pandemia -Wuhan- y no sirvió”. Sí, China lo hizo, pero lo hizo tarde, y si bien es una muestra de que el control absoluto es un fracaso, también es cierto que la cuarentena nada tiene que ver con “el control absoluto del Estado”, pues la cuarentena es un método científico que lo aplican los señores con bata en un laboratorio, para contener cualquier cosa que no quieran ni deba salirse de las manos, solo que ahora lo vemos a gran escala.

Vivimos en una sociedad con una alta participación del Estado en la vida de los individuos, lo cual no significa que “la participación de Estado está bien”, ni mucho menos que “debemos clamar por más intervención Estatal”. Que esta pandemia y sus efectos en la vida de las personas y la economía nos sirva para sellar en nuestra mente, la evidencia de que el Gobierno y su poder absoluto no significa “seguridad”, pero si vamos a vivir con una institución como el Gobierno, debemos tener bien claro cuál es su rol, sus funciones y limitarlas tanto como sea posible.


“Vivimos en una sociedad con una alta participación del Estado en la vida de los individuos, lo cual no significa que “la participación de Estado está bien”, ni mucho menos que “debemos clamar por más intervención Estatal”José Miguel


Las consecuencias en la Economía

Mi amigo Jonathan me enseñó de forma muy simple, qué cosas determinan el rumbo de los mercados: el miedo y la avaricia. Esto lo hizo enseñándome a comprar y vender Bitcoins y ha sido la forma más práctica para entender el rumbo y la tendencia de una economía en tiempos de crisis y en tiempos de abundancia.

El miedo derrumba mercados y la avaricia ocasiona tendencias alcistas. Esto funciona así en mercados globales e individuales. Piensa en tu propio bolsillo, ¿Qué le pasa a tu cuenta bancaria cuando tienes miedo? Compras cosas que no necesitas para almacenar y prepararte para una posible crisis. Apelas a tus tarjetas de crédito para compensar aquello que el dinero en efectivo no te cubre. Tus ingresos normalmente caen, tomas decisiones incorrectas y tratas de proteger al máximo lo que tienes. Eso pasa aquí y en la China, como dicen por ahí.

¿A qué viene todo esto? Simple, a que la economía y lo que le pasa a ella, no es más que el resultado de las decisiones de todos los factores involucrados: los gobiernos, las empresas y la gente. En crisis, nuestra posición con respecto a nuestro comportamiento en la economía y la intervención del Estado son puestos a prueba.

Y lo digo porque en tiempos de crisis, brota el socialista que hay dentro de muchos, especialmente con el tema de los precios y la reventa de productos escasos. Sin importar la nacionalidad, la educación, la raza, el credo ni la ubicación geográfica, todos los seres humanos -sin excepción- especulamos, queremos obtener ganancia por nuestra inversión, queremos proteger nuestro patrimonio y aprovechar oportunidades. Eso -señores- no es un crimen, no es delito ni es “viveza criolla”; eso es reacción humana pura.


“En tiempos de crisis, brota el socialista que hay dentro de muchos, especialmente con el tema de los precios y la reventa de productos escasos.”José Miguel


Para ponerlo de forma resumida: en tiempos de crisis, muchos de los productos básicos se vuelven escasos, especialmente en sociedades donde la escasez ya es la regla, como los socialistas de Cuba y Venezuela. Pero países donde la abundancia es la regla, como EE.UU., también se experimenta escasez sorpresiva. El miedo de la gente es el que vacía los anaqueles y al ser los productos más escasos y la demanda aumentar exponencialmente, los precios se disparan. ¡Es la gente quienes suben los precios de los productos! Aquí y en la China.

¿Y el caso de Venezuela? Hay dos realidades, una buena y otra mala. La mala -y debemos ser muy claros y radicales en esto- es esa realidad en la que un criminal con carnet del partido socialista, usa su palanca para apoderarse de los productos escasos a precios subsidiados por sus amigotes, para revendérselos a sus víctimas: los venezolanos. Esto, señores, no puede ser comparado con -la buena- el comerciante que va a Cúcuta -por ejemplo- y trae productos para venderlos con una ganancia que le permita cubrir sus costos, reponer inventario y tener una vida medianamente decente. ¡El primero se lucra con la crisis, el segundo “se lucra” con el comercio”, dos cosas totalmente opuestas.

No permitan que el socialista que hay dentro de muchos, les brote en tiempos de crisis. Para ver con más detalle y ejemplos, los invito a leer este HILO en Twitter (se los dejo al final del artículo) después de que lean el capítulo que sigue.


El comportamiento humano

Tenemos que admitirlo: en tiempos de crisis, nuestro comportamiento depende en mayor porcentaje de lo que le metemos a la cabeza esos días. Y es aquí donde el rol de los medios de comunicación juega un papel que hoy día es criminal, pues mientras la pandemia se propaga, estos optan por propagar una pandemia mental: el terror.


“El rol que juegan los medios de comunicación hoy día ante la crisis es criminal, pues mientras la pandemia se propaga, estos optan por propagar una pandemia mental: el terror.”José Miguel


Y los seres humanos reaccionamos a eso, cosa que es normal. Creemos que el mundo se va a acabar, que nos vamos a quedar sin comida, que no habrá agua, que nos vamos a enfermar todos, que la crisis económica nos va enterrar en la pobreza, que es culpa de las corporaciones, que solo unos pocos ricos malvados la causaron para enriquecerse y, la peor de todas: ¡Que necesitamos al Estado para que ponga orden, nos proteja y nos saque de la crisis!

Es esto lo que está puesto a prueba en una crisis: nuestra posición ante nuestra propia libertad. El miedo vuelve irracional a la gente, quien guiada por la crisis y las noticias apocalíticas y embusteras, comienza a sentir la necesidad de que alguien le salve la vida. ¿Quién es ese alguien? Lamentablemente la primera vaina que les viene a la cabeza es: el Estado.


“El miedo vuelve irracional a la gente, quien guiada por la crisis y las noticias apocalíticas y embusteras, comienza a sentir la necesidad de que alguien le salve la vida. ¿Quién es ese alguien? Lamentablemente la primera vaina que les viene a la cabeza es: el Estado.”José Miguel


Lo vemos en la actitud de las personas en China, Italia, España y hasta Estados Unidos. “Regulen los precios de las mascarillas”, “Clausuren los negocios a los comerciantes”, “Oblíguenlos a pagarnos el sueldo si no podemos trabajar”, “Presionen a los médicos a atendernos gratuitamente si estamos enfermos”, “Nos tiene que dar gratis los tests y las vacunas contra la pandemia”.

En conclusión, en medio de una pandemia por el Coronavirus ha brotado una pandemia mental: el socialista que hay dentro de muchos.

Y el Estado y sus funcionarios salivan, se les hace agua la boca al ver que el comportamiento humano es así, porque -y aquí si estoy de estoy de acuerdo con el artículo de Nixon– “Estas pandemias son la excusa perfecta que tienen los gobiernos para desatar sus tentáculos interventores”.


Conclusión

¿Vamos a pedir más intervención del Estado cada vez que tenemos miedo? China nos ha demostrado que no funciona. ¿Vamos a culpar al comercio y a los emprendedores de los efectos de una crisis en la economía? Nosotros -el mercado- tenemos nuestra cuota. ¿Vamos a reaccionar como las sociedades prehistóricas cuando entramos en crisis? Eso juega en nuestra contra.

China ha resultado ser un tremendo ejemplo de que el control absoluto del Estado no funciona, más que para los propósitos de los totalitarios. Más control estatal no significa más seguridad, más protección ni mejor posición ante una crisis, de hecho, es una amenaza para nuestra libertad individual.

¿Qué decir de las cuarentenas y cierres de fronteras? Los resultados hablan por sí solos: funcionan. ¿Significa que el Estado es nuestro Superman? No, significa que, si decidimos vivir en sociedad y el Gobierno es uno es de los pilares de esta, debe cumplir su rol; no cumplir todos los roles ni meter sus narices en todo.

¿Cómo deberíamos reaccionar nosotros, las personas? En tiempo de crisis, los que salen triunfadores son los que conservan la calma, no se dejan dominar por el miedo, se apegan a un plan, se mantienen íntegros a sus principios de libertad, fortalecen su compromiso con la familia y no mendigan más controles ni intervención del Estado.

Es una crisis, ni la primera ni la última y ¿saben qué? ¡Saldremos victoriosos! -como otras veces- pero no vamos a sacrificar la libertad por “un poco de seguridad momentánea”. ¡No señor!

Por José Miguel

Editor de iF Revista Digital

Miembro de Derecha Ciudadana 


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