El vicepresidente dijo que los demócratas exigen al gobierno 1,5 billones de dólares para cirugías trans y atención médica para inmigrantes ilegales.
WASHINGTON — El vicepresidente JD Vance dijo el lunes que el gobierno federal «se dirige a un cierre», en menos de 36 horas, y culpó a los demócratas del Congreso de querer imponer condiciones en un proyecto de ley de presupuesto a corto plazo.
El gobierno «se dirige a un cierre porque los demócratas no harán lo correcto. Espero que cambien de opinión, pero veremos», dijo Vance a los periodistas después de una reunión de los principales representantes demócratas y republicanos del Congreso con el presidente Donald Trump en la Casa Blanca.
«Básicamente, le están diciendo al pueblo estadounidense: «Queremos dar cientos de miles de millones de dólares a inmigrantes indocumentados para su atención médica, mientras que los estadounidenses luchan por pagar sus facturas médicas», afirmó.
Intentar forzar un cierre del gobierno al exigir 1,5 billones de dólares para cirugías trans y atención médica para inmigrantes ilegales. “No vamos a permitir que tomen como rehén al gobierno del pueblo y luego les demos todo lo que quieren”. Dar dinero de los contribuyentes a inmigrantes indocumentados para su atención médica es una locura. Financiar cirugías transgénero en Perú es una locura.
Vance dijo el domingo a Fox News que el contraste no podría ser más claro: los republicanos están tratando de mantener abierto el gobierno y poner en primer lugar el interés de los estadounidenses. Mientras tanto, los demócratas quieren quitarle dinero al pueblo estadounidense para darle atención médica financiada por los contribuyentes a los inmigrantes ilegales.
Shumer: «enormes diferencias»
El líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, declaró este lunes que subsisten «enormes diferencias» con el presidente Donald Trump y otros dirigentes republicanos para evitar un cierre inminente del gobierno federal estadounidense.
«Todavía hay grandes diferencias entre nosotros», dijo Schumer a los periodistas tras reunirse en la Casa Blanca. La fecha límite para evitar ese cierre es el martes a la medianoche.
Amenaza de un cierre aumenta
Más temprano, el presidente Donald Trump exhortó a la oposición demócrata a ceder para evitar el cierre administrativo del gobierno federal, poco antes de entrar en una decisiva reunión en la Casa Blanca con los líderes de ambas cámaras del Congreso.
Si antes de la medianoche del martes al miércoles el Congreso no aprueba un proyecto de ley para financiar las operaciones federales, el gobierno cerrará parcialmente y Washington se sumirá en una crisis política.
Los demócratas «van a tener que hacer algunas cosas, porque sus ideas no son muy buenas», declaró Trump a los periodistas poco antes de entrar a la reunión.
Un cierre administrativo, conocido como «shutdown», implica el cese de operaciones no esenciales. Cientos de miles de empleados públicos quedarán temporalmente sin sueldo y se interrumpirá el pago de muchas prestaciones sociales.
Pero cuando faltan solo 36 horas para que venza el plazo, ambas partes afianzan su postura y la amenaza de un cierre aumenta.
La Casa Blanca ha amenazado con despedir a un gran número de funcionarios, en lugar de la práctica habitual de simplemente retener sus sueldos hasta que se alcance un acuerdo.
Los republicanos han propuesto extender el financiamiento actual hasta finales de noviembre, y debatir hasta entonces los asuntos de fondo.
Pero los demócratas, prácticamente sin poder y afectados por el desmantelamiento de departamentos gubernamentales enteros por parte de Trump, buscan aprovechar la situación.
Una oportunidad para los demócratas
El proyecto de extensión del gasto público hasta finales de noviembre ya fue aprobado por los republicanos en la Cámara de Representantes, donde cuentan con una estrecha mayoría.
Para la aprobación definitiva en el Senado, sin embargo, necesitan al menos siete votos demócratas (60 escaños de 100).
Para los demócratas, es una oportunidad rara para intentar restablecer programas enteros, en particular en el campo de la sanidad pública, argumentando que es para hogares de bajos ingresos.
Pero Trump ya proclamó su victoria legislativa en julio, cuando el Congreso aprobó con justeza su «gran, hermosa» ley presupuestaria, y considera que no debe dar marcha atrás ni un ápice.
El líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, Mike Johnson, acusa a los demócratas de querer reinstaurar en total 1,5 billones de dólares en gasto sanitario, y asegura que parte de ese dinero permitiría el acceso a sanidad pública de inmigrantes ilegales.
«De buena fe»
Johnson dijo a Fox News el domingo que Trump estaba «abierto a la discusión» y «quiere operar de buena fe» en la Casa Blanca.
Además de Johnson, a la reunión con Trump participaron el líder de la mayoría en el Senado, el republicano John Thune, y los demócratas Chuck Schumer y Hakeem Jeffries.
Jeffries aseguró este lunes a periodistas en el Congreso que los demócratas están dispuestos a hallar un acuerdo para «responder a las necesidades de los estadounidenses en materia de salud, seguridad y bienestar económico».
Los demócratas confían en que, al defender la reinstauración de gasto sanitario, recuperarán crédito ante el electorado.
Según los sondeos, los demócratas solo cuentan con poco más del 30% de aprobación, según distintas encuestas.
El Congreso bloqueado regularmente enfrenta plazos para acordar planes de financiamiento. En marzo, con la amenaza de un cierre ya latente, los republicanos se negaron a dialogar con los demócratas sobre recortes presupuestarios masivos y el despido de miles de empleados federales.
En esa ocasión, 10 senadores demócratas, incluyendo a Schumer, votaron a regañadientes por esa medida republicana de emergencia para evitar un cierre.
Pero su decisión enfureció a la base del partido, que pide a los líderes demócratas que enfrenten a Trump.
FUENTE: Con informaciòn de AFP
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