Madagascar, Guinea-Bisáu y Venezuela, un triángulo entre el Índico y el Caribe que no responde a las reglas habituales de relaciones diplomáticas
Tres países, dos continentes y una relación de lo más extraña. Las relaciones diplomáticas son, actualmente, una parte esencial de las relaciones internacionales y el hecho de que dos o más países decidan ahondar en esa alianza no es nada ajeno, sin embargo, esto suele darse por factores de cercanía, historia o de intereses económicos.
Guinea-Bisáu, Madagascar y República Bolivariana de Venezuela, un triángulo que se extiende desde el Océano Índico hasta el Caribe y que aparentemente no guarda relación absoluta. Históricamente, ninguno de los tres países han mantenido un vínculo alguno; Venezuela fue parte del Virreinato de Nueva Granada, perteneciente a España; Guinea-Bisáu fue territorio portugués y Madagascar perteneció a París hasta su independencia.
Por razón geográfica no hay nada que pueda hacer que estos tres países, o por lo menos Venezuela con cada uno de los dos estados africanos, tengan una relación de interés por la que profundizar en relaciones diplomáticas. Y por la parte económica, no existen vínculos comerciales que aten a estos dos países africanos con Caracas.
En el caso de Madagascar son Estados Unidos, Francia, China e India los socios comerciales principales en una economía basada en la agricultura, principalmente, además de en la minería, la industria y algo de turismo. Por otra parte Guinea-Bisáu mantiene su fuerza laboral en el sector primario, en actividades como la agricultura o la pesca, además de la minería; siendo la India, Singapur, Portugal y China los países con los que mayor comercio hay.
Hay correlación entre los dos países africanos, aparte de contar con grandes potencias mundiales como socios comerciales, su antigua metrópoli es también uno de los países con los que existen tanto importaciones como exportaciones. En el caso de Venezuela, sus socios principales son Estados Unidos y China, aunque con el primero existe actualmente una relación difícil todavía se mantienen algunas de las compra-ventas entre ambos estados. Otros socios incluyen Colombia, España, Turquía o Brasil, coincidiendo factores geográficos o por razón de historia.
Una relación de casi dos décadas
La relación entre Venezuela y los dos países africanos se remonta a mediados de los 2000 de la mano de Hugo Chávez, predecesor de Nicolás Maduro. En abril de 2006, Venezuela y Guinea-Bisáu establecieron formalmente relaciones diplomáticas con la intención de fomentar cooperación y la solidaridad y el intercambio económico, cultural y político con las naciones africanas, una iniciativa del propio Chávez.
Sin embargo, las relaciones bilaterales no se formalizaron hasta 2008, en el marco del Acuerdo Marco de Cooperación y la ampliación de la cooperación Sur-Sur. En el momento además, se aprobó un Memorando de entendimiento para establecer un Mecanismo de Consultas.
Este año se han cumplido 19 años, en 2026 serán 20, desde que se establecieron relaciones diplomáticas entre ambas naciones. A lo largo de estos años se han suscrito al menos 22 acuerdos de cooperación integral y mixta, en sectores como la agricultura, energía, comunicación, defensa, seguridad y educación.
En el caso de Madagascar las relaciones diplomáticas se establecieron poco después, el 17 de noviembre de 2008. Ambas naciones mantienen relaciones diplomáticas y de cooperación Sur-Sur, con lazos políticos, económicos y culturales. Tanto Venezuela como Madagascar se comprometieron a fortalecer sus alianzas, buscando intercambios en áreas como el turismo, la agricultura, la medicina y la educación. Fue en junio de 2025, cuando los ministros de Asuntos Exteriores, Yván Gil y Rasata Rafaravavitafika, mantuvieron una llamada telefónica para mantener estos lazos.
Caída de Guinea-Bisáu y Madagascar
Sin embargo, los dos socios de Venezuela se han topado con una piedra en el camino. Y es que después de tres semanas de protestas contra el Gobierno, el 12 de octubre de 2025, la unidad CAPSAT del Ejército de Madagascar se negó a seguir las órdenes del gobierno de Andry Rajoelina. Además, instó al resto de miembros de las Fuerzas Armadas del país a unirse a las protestas.
Más tarde, la capital, Antananarivo, fue tomada por estos ‘rebeldes’, y su presidente depuesto. A continuación el jefe del senado fue destituido y el candidato de CAPSAT para jefe de las fuerzas armadas fue aceptado por las autoridades civiles, obligando a Rajoelina a huir del país en avión después de 16 años de gobierno.
Lo mismo ocurrió, poco más de un mes más tarde en Guinea-Bisáu. El 26 de noviembre se oyeron disparos en diversas zonas de Bisáu, la capital del país. El presidente, Umaro Sissoco Embaló, afirmaba haber sido detenido durante el golpe de estado ejecutado por parte del jefe del Estado Mayor del Ejército. Los mandos militares anunciaron que tenían el «control total» del país y conformaron el Alto Comando Militar para la Restauración de la Seguridad Nacional y el Orden Público.
El levantamiento se dio un día antes de la publicación oficial de los resultados de las electorales de los comicios generales celebrados el 23 de noviembre de 2025, en las que Embaló buscaba la reelección. Poco después, la Unión Africana suspendió la participación de Guinea-Bisáu en la organización internacional, afirmando que no tolerará cambios inconstitucionales. Sin embargo, desde UA y otros países del continente señalan que sospechan de que el golpe fue un montaje para no perder las elecciones. Y mientras tanto, Embaló se encuentra en el Congo después de haber huido primeramente a el Congo.
Una relación muy poco habitual
Y es que Guinea-Bisáu ha sido objeto de varias intervenciones internacionales, sobre todo de la DEA, en medio de operaciones antidroga. Según ‘Pucará Defensa’, revista especializada en Defensa en América Latina, el país africano funcionaria como un “narco-estado”: Siendo, desde hace décadas, como un nodo de una ruta de narcotráfico que conecta Sudamérica —especialmente cocaína proveniente de Colombia y Venezuela— con Europa y África.
Además, según apunta una fuente a este periódico, Guinea-Bisáu podría concentrar dinero de altos funcionarios y mandatarios del régimen de Maduro. Uno de los ejemplos de intervenciones de la DEA norteamericana ocurrió en 2013, con operación que acabó por interceptar un envío de 2,5 toneladas de cocaína frente a costas guineanas, con destino a Europa.
Además, con el golpe y la inestabilidad política derivada, se teme que la debilidad institucional posterior faciliten el aumento del tráfico de drogas desde Guinea-Bisáu hacia Europa y Estados Unidos, sirviendo además de «válvula de escape» para los carteles que quieren evadir el bloqueo estadounidense a Venezuela.
vozpopuli
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