Nikki Haley, exgobernadora de Carolina del Sur, puso fin a su campaña presidencial el miércoles y se negó deliberadamente a respaldar a su rival, el expresidente Donald J. Trump.
En cambio, dijo a sus partidarios en Charleston, Carolina del Sur, que el candidato republicano efectivo debe ganarse el respaldo de sus votantes.
“Ahora le corresponde a Donald Trump ganarse los votos de aquellos en nuestro partido que no lo apoyaron, y espero que lo haga”, dijo en breves comentarios ante su personal de campaña, sus principales partidarios y los medios de comunicación reunidos. “Ahora es el momento de elegir”.
El anuncio de Haley puso fin efectivamente a la temporada de primarias republicanas, a menos de dos meses de iniciada, notablemente temprano para una contienda sin un titular.
Se produjo después de que perdiera 14 de las 15 primarias celebradas el Súper Martes, lo que hizo que su búsqueda de la Casa Blanca fuera matemáticamente fuera de su alcance.
En términos cada vez más personales, Haley, que fue la primera embajadora de Trump ante las Naciones Unidas, había descrito a su exjefe como un agente del caos envejecido y mentalmente enfermo, incapaz de respetar a los veteranos o miembros del servicio y no dispuesto a ser fiel a los Constitución.
A diferencia de prácticamente todos los demás candidatos republicanos a la presidencia, Haley felicitó el miércoles a Trump, pero no lo respaldó, a pesar de la promesa ante el Comité Nacional Republicano de que apoyaría al eventual candidato.
Repasó las marcadas diferencias políticas que tiene con Trump, la atención al creciente déficit federal, los límites de mandato para los funcionarios electos a nivel federal y una política exterior con visión de futuro que incluye ayuda militar a Ucrania.
“Si nos retiramos más, habrá más guerra, no menos”, advirtió.
Pero fue más precisa en el tono que quiere ver por parte de los líderes de la nación. “Debemos unirnos como estadounidenses”, dijo.
“Debemos alejarnos de la oscuridad del odio y la división. Continuaré promoviendo todos esos valores, como es el derecho de todo estadounidense”.
El presidente Biden, respondiendo a la decisión de la Sra. Haley antes que lo hiciera el Sr. Trump, dijo: “Donald Trump dejó en claro que no quiere a los partidarios de Nikki Haley. Quiero ser claro: hay un lugar para ellos en mi campaña”.
Y añadió:
“En las cuestiones fundamentales de preservar la democracia estadounidense, defender el Estado de derecho, tratarnos unos a otros con decencia, dignidad y respeto, preservar la OTAN y hacer frente a los adversarios de Estados Unidos, espero y creo que podamos encontrar terreno común.”
El Comité Nacional Republicano lo declaró presunto candidato.
Trump, respondiendo en las redes sociales unos 45 minutos después, no aceptó su llamado de bajar la temperatura.
Invitó a “todos los partidarios de Haley a unirse al mayor movimiento en la historia de nuestra nación”, pero no ofreció ramas de olivo a la Sra. Haley ni concesiones en tono o política a sus votantes.
En cambio, se burló de sus pérdidas.
La señora Haley “fue DERROTADA anoche, en forma récord”, dijo, y atribuyó su única victoria al “hecho de que los demócratas, por razones desconocidas, pueden votar en Vermont”.
Haley puede presumir de dos victorias en las primeras 25 contiendas de la temporada de nominaciones (Vermont y el Distrito de Columbia), las primeras victorias de una candidata republicana a la presidencia. Pero eso fue suficiente para ganar sólo 89 delegados frente a los 995 de Trump, y se necesitan 1.215 para ganar, un umbral que probablemente alcanzará el 19 de marzo.
Incluso cuando amplificó sus ataques contra el expresidente, nunca logró aflojar lo suficiente el control de Trump sobre el partido.
En el lado demócrata, el presidente Biden arrasó en los 15 estados que celebraron contiendas demócratas, así como en los caucus de Iowa.
Su único tropiezo se produjo en Samoa Americana , un pequeño territorio estadounidense en el Océano Pacífico, donde empató a un empresario poco conocido, Jason Palmer, para los delegados del territorio, tres a tres, según The Associated Press.
La campaña de Haley destacó las fracturas en el electorado republicano: obtuvo consistentemente suficientes votos en suficientes estados como para plantear dudas sobre la viabilidad de Trump en noviembre. Pero su argumento de que sólo ella podía vencer a Biden se vio socavado por las encuestas que mostraban que él lo hacía.
Enfrentó una intensa presión por parte de funcionarios del Partido Republicano que temían que una campaña posterior al Súper Martes dividiría aún más al Partido Republicano y ayudaría a Biden.
Detrás de la retórica anti-Trump de Haley durante los últimos meses hubo una campaña notablemente cautelosa y convencional. Repitió su discurso casi palabra por palabra y rara vez respondió preguntas de los votantes o de los medios de comunicación.
Al final, no logró formar una coalición de republicanos a quienes les gustaban las políticas de Trump pero estaban cansados de su bagaje, se sintieron atraídos por su llamado a devolver al partido la responsabilidad fiscal y el liderazgo internacional o estaban ansiosos por dejar atrás la era Trump.
Los candidatos presidenciales no fueron los únicos en la votación del martes. Esto es lo que pasó:
- En Carolina del Norte, los mismos votantes republicanos que se pusieron del lado de Trump eligieron a Mark Robinson, el vicegobernador conservador del estado, que tiene un historial de comentarios ofensivos y polarizadores, para postularse para gobernador en noviembre. Los demócratas seleccionaron al popular fiscal general del estado, Josh Stein, para competir contra Robinson en una contienda para suceder al gobernador demócrata de Carolina del Norte, Roy Cooper, con un mandato limitado.
- En California, donde los votantes eligen a los dos primeros clasificados para que se enfrenten en noviembre independientemente del partido, la carrera por el escaño del Senado de Dianne Feinstein será entre el representante Adam Schiff, un demócrata, y el ex gran jugador de los Dodgers de Los Ángeles, Steve Garvey, un republicano. Schiff, con la esperanza de enfrentarse a Garvey en una California fuertemente demócrata, había publicado anuncios que lo declaraban “demasiado conservador” para California, un ataque que elevó la campaña casi invisible de Garvey. Eso eliminó a la representante Katie Porter, una demócrata que habría sido un rival más formidable en el otoño.
Fuente: https://www.nytimes.com/live/2024/03/06/us/haley-out-trump-election-updates?smid=url-share
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