La búsqueda del vicepresidente de Donald Trump se intensificó a medida que se calienta la carrera presidencial de 2024, y entre los posibles candidatos, los conocedores sugieren que el senador por Florida Marco Rubio es el más temido por los demócratas.
La campaña de Trump, que aumentó recientemente el proceso de investigación de antecedentes, está examinando a varios posibles candidatos, y Rubio se perfila como un fuerte aspirante.
“Rubio es una cara conocida que se ha convertido en una de las voces más fuertes en el Senado a favor de la agenda America First, es excelente en televisión y puede arremeter contra Biden con eficacia por sus políticas fracasadas”, dijo un estratega del GOP a Fox News Digital.
La alineación de Rubio con la visión de Trump y su capacidad para comunicarse eficazmente lo convierten en un candidato formidable.
Marco Rubio, inicialmente rival de Trump en las primarias de 2016, se convirtió desde entonces en un aliado de confianza. Su evolución en la arena política y su apoyo incondicional a las políticas de Trump aumentan su atractivo.
Este cambio no pasa desapercibido para los insiders del GOP, que lo ven como una excelente opción para el puesto de vicepresidente.
Demócratas en alerta a la posible elección del vicepresidente de Trump
Según el estratega del GOP Matt Wolking, que fue subdirector de comunicaciones de la campaña de Trump para 2020, “Rubio impulsaría el atractivo de Trump entre los latinos en estados clave, un grupo demográfico esencial para ganar las elecciones”.
Destacó que las habilidades bilingües de Rubio ayudarían a la campaña a llegar a los votantes hispanos, sobre todo en estados como Nevada, Nuevo México, Arizona, Virginia y Florida.
La eficacia de Rubio va más allá de su capacidad de comunicación. Demostró su atractivo para una amplia base de votantes, incluidos los de los suburbios y los independientes, que son cruciales para el éxito de Trump.
Wolking señaló que la capacidad de Rubio para relacionarse con grupos diversos podría ser fundamental para inclinar la balanza electoral a favor de Trump.
Sin embargo, la posible nominación de Rubio no está exenta de preocupaciones. Algunos críticos sostienen que Rubio no siempre fue un firme defensor de Trump, señalando casos en los que criticó al expresidente.
Entre sus muestras contrarias a Trump, destacan momentos como cuando lo tachó de “imprudente y peligroso” durante las primarias de 2016 y le atribuyó parte de la culpa de las protestas del 6 de enero en el Capitolio.
Una fuente cercana a la campaña de Trump reconoció: “No estoy seguro de que sea un tipo 100% Trump. Eso es lo único que diría, que no siempre se ha mostrado entusiasta con Trump”.
Especulaciones sobre candidatos a la vicepresidencia de EEUU
Además, la postura de Rubio en política exterior, que tiende a ser más belicista que la de Trump, plantea interrogantes sobre posibles conflictos políticos.
El obstáculo constitucional que supone la 12ª Enmienda, dado que tanto Rubio como Trump son residentes de Florida, también sigue siendo un problema a sortear.
A pesar de estas preocupaciones, Wolking cree que los inconvenientes de Rubio son mínimos, afirmando que desafíos logísticos como la 12ª Enmienda serían “un badén más que un obstáculo real”.
Fuentes familiarizadas con Rubio destacan sus logros legislativos, su destreza en los debates y su capacidad para dinamizar a las multitudes como virtudes que podrían beneficiar significativamente a la candidatura republicana.
Su actuación durante las primarias de 2016 en estados como Virginia y Minnesota se cita como indicativa de su potencial para atraer votantes en estados tradicionalmente competitivos.
A medida que se acerca la convención republicana de Milwaukee, otros nombres siguen en la mezcla, como Elise Stefanik, Sarah Sanders, Glenn Youngkin y Kristi Noem.
Sin embargo, Marco Rubio sigue destacando por su capacidad para tender puentes entre los principales grupos demográficos de votantes y su alineación con la agenda de America First.
La decisión final se conocerá más cerca de la convención, pero por ahora, Marco Rubio sigue siendo un contendiente formidable, que despierta ansiedad entre los demócratas y esperanza entre los republicanos.
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