En el presente, cuando los habitantes de Venezuela sufren en el deterioro de su calidad de vida la catástrofe del comunismo rotulado como socialismo del siglo XXI, es oportuno recordar que el éxito de un sistema democrático consiste en disminuir los estamentos sociales más carentes de riqueza mejorando su educación, implementando oportunidades de trabajo, fortaleciendo el crecimiento de las denominadas clases medias.

El gran éxito político de los gobiernos democráticos, ha sido proteger el patrimonio de los comerciantes e industriales, promover la iniciativa privada en la producción de riqueza, en base al respeto de la propiedad privada, y al respaldo de políticas sociales para el bienestar de los trabajadores.
Para ello es necesario en el mundo occidental fortalecer nuestra cultura originaria basada en la Filosofía y conocimientos del mundo griego, enseñar e instruir a las nuevas generaciones en la religión cristiana y los preceptos que criaron el judaísmo, tomar nuestras fuentes latinas referidas al idioma y el Derecho Romano y aplicando justicia social en las relaciones económicas capitalistas, aceptando las reglas de mercado de este sistema, asumiendo el estado entonces su verdadero rol y aplicando normas de justicia social a favor de la población en las relaciones sociales de producción.
Entender entonces que la pobreza es un estado mental que lleva a determinados pueblos a lamentar y culpar de su desgracia a presuntos enemigos internos o externos, situación que es aprovechada por las corrientes ideológicas basadas en el marxismo para a través de la lucha de clases debilitar las democracias occidentales y tomar el poder para conformar estados totalitarios, donde libertad y calidad de vida desaparecen y con ello el futuro de nuevas generaciones.
El Papa Francisco como máximo conductor de la iglesia católica debería asumir su verdadero papel de pastor de nuestro conglomerado occidental y declararse como lo hizo JUAN PABLO I I enemigo del comunismo internacional y abstenerse de proteger los gobernantes latinoamericanos que le visitan y guardan sus fortunas en el BANCO DEL VATICANO.
Caracas, 17 de noviembre del 2019. SIMÓN TRUJILLO.
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