¡Fueron mis lágrimas mi pan de cada día y de cada noche mientras me decían! ¿Dónde está tu Dios? Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí. Mucha tristeza, rabia y amargura me dejó la estadía en los dos últimos años en mi tierra. Cuando hablaba de Dios en medio de la diatriba política, se burlaban de mí diciendo que el problema de esta tierra se arregla con su gente y sus dirigentes. Solo decía que el poder de Dios era más grande que la gente y esos dirigentes y que sus dirigentes políticos, están contagiados de la plaga de la corrupción y su gente conforma una sociedad criminógena. Asi las cosas, mi tierra y su gente está condenada a vivir en el eje del mal, porque ha puesto la fe y esperanza en el hombre y ha dado la espalda a Dios…
Estaba cansado sufrí muchísimo y burlado por mis amigos, por estar llamando a la concordia con el Señor, para servir a Dios en todo momento siendo despreciado por invitarles a acercarse a Dios. Qué pena sentía con cada uno de ellos. Los templos vacíos y cada quien en lo suyo. Y del servicio al prójimo ni hablar, el marketing gobierna en el corazón de mis hermanos, vendiendo la mercancía al que mejor precio ofrezca con especulación incluida porque hay que sobrevivir y mantener a la especie.
Recuerdo parte de una historia donde Jesús de Nazaret les dice a sus discípulos que él habrá de ser humillado por los sacerdotes, azotado por los soldados y puesto en muerte pasando por la cruz, para cumplir el mandato de servicio. Pedro le dice a Jesús no permita Dios que te suceda eso de morir por nosotros, a padecer de los sacerdotes y condenado a muerte. ¡Jesús se volvió a Pedro y le dijo apártate de mí satanás! y no intentes hacerme tropezar en mi camino, porque tu modo de pensar no es el de Dios sino el de los hombres.
¡Debemos ponderar nuestra oración a Dios en una ofrenda digna y agradable! ¿Qué será lo que el Señor quiere de mí? Es un mensaje que no recibimos con tanta claridad. ¡Jeremías el profeta! Decía que era como una seducción. Él estaba cansado porque no recibía nada positivo, puro sufrimiento y desprecio de los hombres.
Ahora bien, cuando decidimos acercarnos a Jesús regularmente sentimos desprecio del prójimo. ¿Esto por qué? Pues la respuesta es, que el modo de pensar de otras personas que sienten desprecio por quienes elegimos estar al servicio de Dios, son quienes están al servicio de satanás, atados a la vida material, pendientes de la fama terrenal y servir a su rey de turno.
En estos tiempos de pandemia por el virus covid-19. ¡El señor quiere renovar el llamado a sus hijos! Pero ¿cómo asociarse a la cruz de Jesús y vivir el sufrimiento? El mensaje de Jesús es distinto al de los motivadores, predicadores, políticos, conferencistas etc. que venden la idea, de que hay que obsesionarse con tu proyecto de vida. Los vendedores de vida materialista, llenos de vicios, corruptelas que siembran la idea que todo se resolverá esperando el Mesías de turno sin ningún sacrifico, pero si poniendo su alma al servicio del gobernante de turno.
¡Dios cuando te llama destruye tu proyecto de vida que tenías! No porque sea malo, pero el señor sabe que su llamado es mejor que tu proyecto de vida, pero tú no estás preparado para ello, para el llamado y reniegas sus buenas intenciones de prepararte para la vida eterna.
En el llamado que Jesús nos hace, muestra un itinerario sencillo de su seguimiento, el primero es una renuncia a tu proyecto de vida; mientras que en el camino del mundo te llama a estar sometido a lo material por encima de Dios.
No está mal renunciar a tu proyecto de vida, es aceptar que ese proceso terminó y ahora te toca otra etapa para que pueda florecer una nueva vida de la mano de Dios.
El segundo es cargar la cruz, asumir que cuando renuncias viene una nueva etapa para que pueda nacer una nueva vida. Ese nuevo proyecto tiene sus sacrificios, pero el precio a recibir es la vida eterna. ¡Toda una victoria!
¡La fe es algo distinto de pedirle a Dios que no te pase nada malo! En el camino somos perseguidos, burlados no es fácil no es cómodo. ¡Tu estas aquí leyendo este tema, porque quieres seguir a Jesús!
Toma ese vacío que sientes, ese miedo que sientes, ese sentimiento negativo que sientes y conviértelo en servicio. ¡Si te sientes solo, decide acompañar a alguien! Si te sientes triste, decide alegrarle la vida a alguien! y volverás lágrimas en sonrisas, volverás oscuridad en claridad, volverás muerte en vida. Porque el amor a Dios es un amor a Dios vivo, que habita en ti y en cada uno de nosotros.
Uno de los grandes enemigos hoy día, es la transacción económica en exceso a través del marketing. Debemos hacer el cambio de vida aceptando la cruz. Hay un plan mejor, prepararte para la vida eterna. Digamos si al Señor, si tenemos esa sed de él y como es abstracto solo se puede completar en el servicio a él.
Cada día piensa, soy afortunado por estar vivo, tengo una preciosa vida humana y no la voy a desperdiciar. Voy a vivir de la mano de Dios y de mi energía para desarrollarme al servicio y expandir mi corazón a otros.
Señor tu eres mi Dios, te busco ardientemente, por ti suspira mi carne como tierra sedienta reseca y sin agua. ¡Mi alma tiene sed de ti!
Gervis Medina
Abogado
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