El Espíritu Santo le habló a Juan en la isla de Patmos y le indicó que escribiera la visión que estaba recibiendo y la enviara a las iglesias. Juan obedeció y el Espíritu a través de Juan, pesó los espíritus de esas iglesias incluyendo a los espíritus de los que pastoreaban. En Proverbios 16:2 está escrito: “Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión; pero Jehová pesa los espíritus”. Y el Espíritu descubre en Efeso que hacían obras pero bajo su propia dirección (olvidaban su primer amor). Descubre que aceptaban la doctrina nicolaíta , que enseñaba a jerarquizar la iglesia; eliminando la línea de gobierno horizontal, por una de gobierno piramidal. Descubre el espíritu de Jezabel, que involucra manipular y controlar.
Esas tendencias ocurren también en este tiempo, pero si se le pregunta a los pastores o a los miembros sobre esas calificaciones que hace el Espíritu, la rechazan, aduciendo que el Señor, el mismo Espíritu, debe indicárselo a ellos. Por lo general se ubican en la iglesia a Filadelfia, que el mismo Espíritu por medio de Juan, calificó, pero no aceptan las otras correcciones.
El que tiene oído para oír, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias
Pastor, Germán Núñez Mejías
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